martes, 17 de marzo de 2009

ORACIONES A SAN JOSÉ – I

ORACIÓN DE SAN PÍO X A SAN JOSÉ OBRERO
Glorioso San José, modelo de todos aquellos que se dedican al trabajo, obtenedme la gracia de trabajar con espíritu de penitencia para la expiación de mis numerosos pecados; de trabajar en conciencia, poniendo el culto del deber por encima de mis inclinaciones; de trabajar con reconocimiento y alegría, considerando un honor el emplear y desarrollar por el trabajo los dones recibidos de Dios; de trabajar con orden, paz, moderación y paciencia, sin retroceder jamás ante la pereza y las dificultades; de trabajar sobre todo con pureza de intención y desprendimiento de mí mismo, teniendo sin cesar ante mis ojos la muerte y la cuenta que deberé rendir del tiempo perdido, de los talentos inutilizados, del bien omitido y de las vanas complacencias en el éxito, tan funestas para la obra de Dios. Todo por Jesús, todo por María, todo a imitación vuestra ¡oh Patriarca San José! Tal será mi divisa en la vida y en la muerte.

PARA PEDIR LA ACEPTACIÓN DE LA DIVINA VOLUNTAD
San José, casto esposo de la Virgen María intercede para obtenerme el don de la pureza. Tú que, a pesar de tus inseguridades personales supiste aceptar dócilmente el plan de Dios tan pronto supiste de él, ayúdame a tener esa misma actitud para responder siempre y en todo lugar, a lo que el Señor me pida.
Varón prudente que no te apegas a las seguridades humanas sino que siempre estuviste abierto a responder a lo inesperado obténme el auxilio del Divino Espíritu para que viva yo también en prudente desasimiento de las seguridades terrenales.
Modelo de celo, de trabajo cons-tante, de fidelidad silenciosa, de paternal solicitud, obténme esas bendiciones, para que pueda crecer cada día más en ellas y así asemejarme día a día a nuestro divino modelo, Nuestro Señor Jesús.

CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ
Oh Glorioso Patriarca San José, heme aquí, postrado de rodillas ante vuestra presencia, para pediros vuestra protección. Desde ya os elijo como a mi padre, protector y guía. Bajo vuestro amparo pongo mi cuerpo y mi alma, propiedad, vida y salud. Aceptadme como hijo vuestro. Preservadme de todos los peligros, asechanzas y lazos del enemigo. Asistidme en todo mo-mento y ante todo en la hora de mi muerte. Amén.

ORACIÓN DEL SIGLO I
San José, cuya protección es tan grande, tan poderosa y eficaz ante el Trono de Dios, en vuestras manos entrego todos mis intereses y mis deseos. San José, asistidme con vuestra poderosa intercesión. Obtened para mí, de vuestro Divino Hijo, Nuestro Señor, todas las bendiciones espirituales que necesito, a fin de que, habiendo conseguido, aquí en la tierra, la ayuda de vuestro poder celestial, pueda ofrecer mi gratitud y homenaje, al Padre más Amoroso.
San José, nunca me cansaré de contemplaros con el Niño Jesús dormido en vuestros brazos. No me atrevo a acercarme mientras que el Niño reposa sobre vuestro corazón. Abrazadle fuertemente en mi nombre; y de parte mía, besad su fina y delicada cabecita. Luego, suplicadle que me devuelva ese beso a la hora de mi último suspiro. San José, Patrón de los moribundos, rogad por nosotros. Amén.

PARA DISCERNIR LA VOCACIÓN
Oh grandioso San José, vos que fuisteis completamente dócil a las mociones del Espíritu Santo, obtenedme la gracia de conocer el estado de vida al que el Señor en su providencia ha escogido para mí. Y ya que mi felicidad en la tierra y la eterna en el Cielo dependen de esta opción, permitidme elegir sin errar.
Obtenedme la luz para conocer el plan de Dios, para seguirlo confiadamente, y escoger la vocación que me habrá de llevar a la vida eterna. Amén.

SAN JOSÉ BENDITO
San José bendito tú has sido el árbol elegido por Dios no para dar fruto, sino para dar sombra. Sombra protectora de María, tu esposa; sombra de Jesús, que te llamó Padre y al que te entregaste del todo. Tu vida, tejida de trabajo y de silencio, me enseña a ser fiel en todas las situaciones; me enseña, sobre todo, a esperar en la oscuridad.
Siete dolores y siete gozos resumen tu existencia: fueron los gozos de Cristo y María, expresión de tu donación sin límites. Que tu ejemplo de hombre justo y bueno me acompañe en todo momento para saber florecer allí donde la voluntad de Dios me ha plantado. Amén.

No hay comentarios: