viernes, 26 de diciembre de 2008

RAZONES QUE NOS OBLIGAN A RECHAZAR LA NUEVA MISA - 3ª

Sin fe es imposible agradar a Dios (San Pablo, Epístola a los Hebreos, 11, 6). Pero aún cuando nosotros mismos, o un ángel del cielo, os predique un Evangelio diferente del que nosotros os hemos anunciado, sea anatema. (San Pablo, Gálatas 1, 8)
Razones por las que, en conciencia, no puedo asistir a la "NUEVA MISA" o Misa de Pablo VI, o la Misa Moderna, sea en Latín o en Español, de cara al pueblo o de cara al Sagrario. Y, por lo tanto, por las mismas razones, continúo con la Misa tradicional, o Misa de San Pío V, o Misa tridentina, o Misa de siempre.

- Porque la Iglesia canonizó varios mártires ingleses que dieron su vida por no adherir a una misa muy semejante a la Misa Nueva, que era la misa anglicana.
- Porque muchos ex protestantes convertidos al Catolicismo quedaron escandalizados al ver en la Misa Nueva la misma "Misa" a que ellos asistieron cuando estaban en el error. Uno de ellos (Julien Green) llegó a preguntarse: "¿Para qué nos convertimos?"
- Porque las estadísticas nos demuestran una gran disminución de las conversiones al Catolicismo después de la implantación de la Nueva Misa e inclusive un gran crecimiento de las sectas protestantes en los países católicos. Así por ejemplo, en los EE.UU., las conversiones que sumaban 100.000 aproximadamente por año, descendieron a menos de 10.000.
- Porque la Misa Nueva está siendo instrumento y ocasión de los mayores desvaríos y profanaciones de la Santísima Eucaristía y del lugar Santo; lo cual ocurre con mucha frecuencia. Ahora bien, eso no acontecía, según el testimonio del Card. Renard, Arzobispo de Lyon, en Francia: "Acontece que son celebradas misas sin el suficiente respeto, por ejemplo, sin ningún vestido litúrgico, sin Creo ni Pater, con un canon inventado, o en plena refección profana, sin oraciones". "Sucede a veces, que hay concelebraciones con seglares o con sacerdotes casados..., que no se purifique más el cáliz al final de la Misa, o que se dejen rodar sobre una mesa o un altar partículas de pan consagrado" (Vison, Messes de L´Antechrist, pág. 4).
- Porque la Nueva Misa es, en sí, modernista; a pesar de las apariencias inocula una nueva Fe que no es la Fe Católica. Sigue perfectamente la táctica modernista de jugar con ambigüedades y términos imprecisos para infundir errores. (Táctica denunciada y condenada especialmente por San Pío X.)
- Porque no constituye factor de unidad en la liturgia, como la Misa Tradicional lo hacía; de hecho, cada sacerdote celebra la misa como quiere, bajo el pretexto de creatividad. Así el nuevo "Ordo" de la Misa merecía llamarse nuevo “desorden”, porque lo ha producido constantemente. Además el nuevo Ordo de la Misa, tal como fue presentado oficialmente, no es seguido prácticamente en ningún lugar, lo que agrava sus defectos.
- Porque muchos teólogos, canonistas y sacerdotes respetables no aceptaron la Misa nueva y afirmaron que en conciencia no la pueden celebrar.
- Porque la Nueva Misa ha eliminado muchas cosas, tales como: las genuflexiones (quedan sólo tres), la purificación de los dedos del sacerdote en el cáliz, la preservación de los mismos dedos de todo contacto profano después de la Consagración, la piedra consagrada (ara) y las reliquias, los tres manteles de lino (hoy se usa uno sólo), etc. lo cual confirma el implícito repudio de la fe en el dogma de la Presencia Real. ("Breve examen crítico del Nuevo Ordo" de los Cardenales Ottaviani y Bacci).
- Porque es una misa artificialmente fabricada y no una Misa enriquecida y perfeccionada por una tradición multisecular como la Misa de siempre que fue codificada, y no inventada, por un papa que fue un santo, San Pío V.
- Porque las traducciones de la Nueva Misa en la versión vernácula vinieron a aumentar y agravar los errores presentes ya en su texto en latín, y así acentuaron más su carácter modernista.
- Porque, debido a todos esos errores y ambigüedades del rito, corre fácilmente el riesgo de ser celebrada inválidamente, quedando así la Iglesia privada del verdadero sacrificio, y nosotros expuestos a la ira de Dios. Los Cardenales Ottaviani y Bacci afirman en el examen crítico: "Los sacerdotes que en un futuro próximo no hubieran recibido la formación tradicional, y que se fiaran en el Nuevo Ordo de la Misa y en su 'Institutio generalis' para hacer lo que hace la Iglesia, ¿consagrarán válidamente? Es legítimo dudarlo."
- Porque "la Misa es lo que existe de más bello y mejor en la Iglesia... Así, el demonio procuró siempre, por medio de herejes, privar al mundo de la Misa, haciéndolos precursores del anticristo, el cual, antes de todo, procurará abolir y realmente abolirá el Santo Sacrificio del Altar, en castigo por los pecados de los hombres según la profecía del profeta Daniel, 8, 12:´'Y que le fue dado poder contra el Sacrificio perpetuo, por causa de los pecados (del pueblo)". (Palabras de San Alfonso María de Ligorio).

miércoles, 24 de diciembre de 2008

LAS TEMPESTADES

Domingo IV después de Epifanía - Noviembre 2008

Queridos fieles, el Evangelio nos cuenta que Nuestro Señor subió a una pequeña barca acompañado de sus discípulos.
Estaban navegando por el mar de Tiberíades, el cual estaba tranquilo, tanto así que Jesús se quedó dormido; pero de repente se levantó una terrible tempestad: El cielo se oscureció, el mar se comenzó a agitar, las olas se hicieron cada vez más grandes y comenzaron a inundar la pequeña barca.
Y Jesús seguía dormido profundamente, estaba cansado después de un día de intenso apostolado.
Los apóstoles estaban aterrorizados, hacían hasta lo imposible para evitar que la barca se hundiera y remaban para llegar a la orilla; La pequeña barca ya estaba casi cubierta por las olas y ante el peligro inminente de hundirse, despertaron a Nuestro Señor y le dijeron: “¡Señor, sálvanos que perecemos!” Jesús les contestó: “¡Hombres de poca fe! ¿por qué teméis?
Y Jesús, sin turbarse, se levantó e imperó a los vientos y al mar, y al punto sobrevino una gran bonanza: el mar quedó tranquilo y el viento dejó de soplar.

La vida es como un mar que debemos atravesar. Nuestra alma es la pequeña y frágil barca; La orilla, la ribera a donde debemos llegar es el cielo.
Pero, más frecuentemente que en el mar, a nuestro alrededor, se levantan las tempestades de las tribulaciones, de las tentaciones, de las pruebas y humillaciones; Y a veces son tan fuertes estas tempestades, que en momentos parecen hundirnos y llevarnos a la angustia y a la desesperación; Y nosotros, hombres de poca fe, perdemos la confianza en Dios, y quizás llegamos a enojarnos y a quejarnos contra Él.
Y Quizás llegamos a pensar: “¡qué difícil es salvarse! ¡es prácticamente imposible ser santos!”
Pero, queridos fieles, dios nos ha dado un gran medio para poder soportar toda clase de tribulaciones, tentaciones, pruebas y humillaciones, y de poder aspirar a la santidad: es el ejemplo de los santos (ayer hemos festejado la Fiesta de todos los santos).

La vida de los santos ha estado llena de miserias: ellos eran de carne y huesos como nosotros; sufrieron nuestras mismas tentaciones
( y aún peores); muchos de ellos fueron grandes pecadores, llegaron a tener grandes vicios; pero supieron acudir a Nuestro Señor, supieron despertarlo con sus oraciones, con sus lágrimas, con sus gemidos;
y por eso, Jesús se levantó e imperó a los vientos y a las tempestades que los amenazaban, Y así, poco a poco, se vieron libres de sus miserias y llegaron a ser grandes santos.

Queridos fieles, repasemos un poco algunos aspectos de los santos, consideremos que muchos de ellos tuvieron grandes miserias, pero supieron superarlas.
Veamos lo que eran antes, y lo que llegaron a ser después.

TEMPESTAD DE LA IMPUREZA:
MARÍA MAGDALENA.- Fue una gran pecadora pública, su vida respiraba solo impurezas, se dice que ella tenía dentro siete demonios.
Pero supo acudir a Nuestro Señor, echarse a sus pies, llorar sus pecados y pedir misericordia.
Se alejó del mundo y se fue a vivir a una cueva por 30 años, y allí hizo penitencia durante todo el resto de su vida.
Llegará a ser una gran santa, gran amante de Nuestro Señor, y patrona de todos los penitentes.
Y ahora existen múltiples templos en todo el mundo dedicados a esta gran santa.

AGUSTÍN.- Fue también un gran pecador, su juventud estaba llena de impurezas; hasta llegó a tener un hijo con alguna mujer; y le costó mucho trabajo dejar este vicio, pasaron muchos años antes de poder vencerlo:
"Deseaba y ansiaba la liberación; sin embargo, seguía atado al suelo, no por cadenas exteriores, sino por los hierros de mi propia voluntad. El Enemigo se había posesionado de mi voluntad …
de la perversión de la voluntad había nacido la lujuria y de la lujuria la costumbre y, la costumbre a la que yo no había resistido, había creado en mí una especie de necesidad cuyos eslabones, unidos unos a otros, me mantenían en cruel esclavitud”.
Y le decía a Dios que pronto iba a salir de su vicio: “Lo haré pronto, poco a poco; dame más tiempo. Pero ese 'pronto' no llegaba nunca, las dilaciones se prolongaban, y el 'poco tiempo' se convertía en mucho tiempo".
En sus precedentes intentos de conversión, Agustín había pedido a Dios la gracia de la continencia, pero con cierto temor de que se la concediese demasiado pronto: "En la aurora de mi juventud, te había yo pedido la castidad, pero sólo a medias, porque soy un miserable. Te decía yo, pues: 'Concédeme la gracia de la castidad, pero todavía no'; porque tenía yo miedo de que me escuchases demasiado pronto y me librases de esa enfermedad y lo que yo quería era que mi lujuria se viese satisfecha y no extinguida"
Pero Agustín no dejó de acudir a Nuestro Señor y con la gracia de Dios, logrará vencer sus miserias, y llegó a ser un gran santo y además Doctor de la Iglesia, uno de los 4 más importantes de la iglesia latina.

TEMPESTAD DE LA IRA
FRANCISCO era una persona muy iracunda, por cualquier cosa se irritaba sobremanera, en pocas palabras eran un “león iracundo”;
pero acudió a Dios y luchará contra su carácter, y después llegará a ser el gran SAN FRANCISCO DE SALES, modelo de mansedumbre, y también doctor de la Iglesia.
El santo Cura de Ars también tenía un carácter fuerte, pero lo supo dominar; Una vez, tuvo en su parroquia un compañero sacerdote que era insoportable; una vez el santo se enfermó por aguantarse una fuerte ira por algo que hizo su mal compañero.

TEMPESTAD DE LA AMBICIÓN
Los apóstoles llegaron a discutir entre sí, querían saber quién sería el mejor; Nuestro Señor los regañará: “Quien quiera ser el mejor, que se convierta en el servidor de los demás”; Y así lo hicieron, pues todos adquirirán una gran humildad y consumirán toda su vida por cuidar a sus ovejas.
También Cristóbal tenía mucha ambición. Como era muy fuerte, él quería servir al que fuera más poderoso. Así comenzó por servir al gobernador de su ciudad; pero después se dio cuenta de que el rey era más poderoso y sirvió al rey; cuando se dio cuenta que el rey temía al diablo, se propuso servir a Satanás; y cuando, finalmente, se dio cuenta de que el diablo temía a la Cruz, servirá a Nuestro Señor para siempre; y así, lo que comenzó con una ambición desordenada, terminó en ayudarle para llegar a ser un gran santo, y llegó a ser el gran San Cristóbal, patrono de los transportistas y viajeros.

TEMPESTAD DE LA INCREDULIDAD
Santo Tomás era duro de cabeza, no quería creer en la Resurrección de Nuestro Señor; Pero después adquirirá una gran fe y confianza en Él, que hará grandes milagros y dará su vida por Nuestro Señor; lo atravesaron con una lanza mientras estaba de rodillas rezando.

TEMPESTAD DEL MIEDO
San Pedro tenía miedo de confesar a Nuestro Señor delante de una simple criada; pero después lo confesará delante de 4,000 y hasta 5,000 judíos, y les recriminará en su cara el pecado de deicidio.
Hubo también muchos hombres y mujeres que, por miedo a la muerte, renegaron de Nuestro Señor y ofrecieron incienso a los ídolos, pero después se arrepintieron y llegaron a ser mártires.

TEMPESTAD DE LA VANAGLORIA
El sacerdote Juan iba de camino a un pueblo a predicar un sermón. Tuvo tales pensamientos de vanagloria en querer agradar a la gente, que Dios hizo que se cayera del caballo;
Después adquirirá una gran humildad y será un gran santo, el gran SAN JUAN BOSCO; y tanta será su santidad, que su cabeza despedía tal cantidad de luz, que se podía leer un libro en la oscuridad, acercándose a su cabeza.

TEMPESTAD DE LAS MUCHAS PREOCUPACIONES
Muchas mujeres se afanan mucho por muchas cosas: la comida, la limpieza, la ropa, planchar, lavar; MARTA era igual.
Pero supo acudir a Nuestro Señor y aprendió a trabajar sin perder lo más importante: el agradar y contemplar a Nuestro Señor, y llegará a ser una gran santa, SANTA MARTA, muy venerada por muchos.

TEMPESTAD DE LOS DEFECTOS
VERÓNICA era terriblemente inquieta; quería siempre imponer sus caprichos a los demás; era iracunda; una vez arremetió a patadas las costuras de otras muchachas, porque no quisieron acompañarla a rezar el Santo Rosario. Una vez, Nuestro Señor le dijo: “Verónica, tu corazón no es de carne, sino de acero”; Pero Verónica acudirá a Dios, luchará contra su carácter y llegará a ser una gran santa, amante de Nuestro Señor, de sus santas Llagas; será estigmatizada, religiosa, ella llegará a ser la gran SANTA VERÓNICA DE JULIANIS.

José, joven sacerdote, también tenía defectos. Una vez, le dolía mucho una muela; se quejó de ello, y porque su hermana le dijo que era un quejumbroso, él no se aguantó y le dio una bofetada; mucho después fue invitado a almorzar a la casa de San Juan Bosco; como allí le dieron una comida muy frugal, al salir se fue a un restaurante porque dijo que le sirvieron muy poquito. Mucho luchará contra sus defectos y llegará a ser un gran santo: SAN PIO X.

ANDRÉS era un niño terrible, rebelde y molestón, y tanto que sólo lo soportaba su propia mamá; cuando creció, fue un estudiante problemático y promotor de desórdenes; lo encerraban para castigarlo y se escapaba; más tarde será muy mundano, le gustarán los bailes y las fiestas. Pero también supo acudir a Nuestro Señor, y con la gracia de Dios y fuerza de voluntad, llegó a enmendarse; llegará a ser sacerdote, párroco, fundará una comunidad de religiosas, y llegará a ser un gran santo: SAN ANDRÉS DE FOURNET.

TEMPESTAD DE LOS ESCRÚPULOS
Un joven religioso era muy escrupuloso; veía pecado donde no había, y esto hizo que comenzara a dejar la santa Comunión; acudirá a Nuestro Señor y luchará con fuerza, y llegará a ser un gran Santo: SAN BUENAVENTURA, escritor eclesiástico, Cardenal y Doctor seráfico de la Santa Iglesia.

TEMPESTAD DEL RENCOR
Juana no podía perdonar al asesino de su marido; tanto luchó y se encomendó a Dios, que al final lo logró y lo perdonó; hasta le pidió al asesino que fuera el padrino de uno de sus hijos. Cuando esto lo supo San Francisco de Sales, su director espiritual, se estremeció de emoción. Llegará a ser una gran santa: SANTA JUANA FREMIOT DE CHANTAL

TEMPESTAD DEL ODIO
Juan tenía gran odio contra el asesino de su hermano. Una vez, un Viernes santo, cuando iba armado y a caballo con otros amigos, se encontraron al asesino sólo y desarmado. Juan estaba ya dispuesto a matarlo cuando el asesino se puso de rodillas, y le suplicó, con los brazos en cruz, que lo perdonara por amor a Nuestro Señor, que murió un día de Viernes santo; Juan bajó del caballo y lo perdonó. Poco después, entrará a una iglesia a rezar, y allí oirá que Nuestro Señor le dice: “Gracias, Juan”.
Llegará a ser un gran santo, el gran SAN JUAN GUALBERTO, fundador de monasterios benedictinos.

TEMPESTAD DEL AMOR A LOS VICIOS DEL JUEGO DE AZAR
Camilo era un vicioso; le gustaban los juegos de azar, todo lo apostaba, incluso sus vestidos; En 1574 apostó en las calles de Nápoles sus ahorros, sus armas, todo lo que poseía y perdió hasta la camisa que llevaba puesta.
Pero acudió a Nuestro Señor y llegó a ser el gran San Camilo de Lelis, Patrono de los hospitales y enfermeros.

TEMPESTAD DE LA MUNDANIDAD
Jerónimo era un mundano; le gustaba jugar, divertirse; Un día, cansado de esta vida mundana, acudirá a Nuestro Señor, y llegará a ser el gran San Jerónimo Emiliano, el gran Patrono de los niños huérfanos.


CONCLUSION
Queridos fieles, ¡qué consolador conocer estas cosas!
Nosotros, quizás también somos orgullosos, perezosos, vanidosos, rencorosos, mal geniados y estamos llenos de defectos; ¡Pero no desesperemos! ¡Tenemos remedio!

Si los santos pudieron salir adelante, ¿por qué nosotros no? Este fue el pensamiento que movió a San Agustín a convertirse: “si ellos pudieron, ¿por qué yo no?”

Acudamos a Nuestro Señor, despertémoslo con nuestras oraciones, con nuestras lágrimas, con nuestros gemidos; y Él, seguro que se levantará, imperará a los vientos de nuestras miserias y pecados, y pronto habrá gran bonanza; de esta manera podremos llegar a puerto seguro, Y no sólo al puerto de la salvación, sino al puerto de la santidad.

domingo, 7 de diciembre de 2008

FIESTA DE CRISTO REY

Queridos fieles:
En el Evangelio, hemos recordado que los judíos llevaron a Nuestro Señor al pretorio de Pilatos. Nuestro Señor ya estaba todo cansado, golpeado, escupido, débil por todos los malos tratos de los soldados;
Y allí, en el pretorio, los judíos acusaron a Jesús.
Y Pilatos le preguntó:
“¿Eres Tú el rey de los judíos?”
Jesús después contestará:
“Mi reino no es de este mundo. Si de este mundo fuese mi reino, mis gentes hubieran luchado para que no fuese Yo entregado en manos de los judíos, pero mi Reino no es de aquí.”
Replicóle Pilatos: “¿con que Tú eres Rey?
Respondió Jesús: “Tú lo dices, Yo soy Rey. Yo para esto nací y para esto vine al mundo…”
SÍ, QUERIDOS FIELES, NUESTRO SEÑOR ES REY, ¿Y POR QUÉ?
Pues por ser nuestro Dios y nuestro Redentor:
· Por ser Dios:
- Dios es el “todopoderoso, Rey de los reyes, y Señor de los señores”
- Al Él le debemos sumisión, Él nos creó : Él dijo : “Mías son todas las cosas…”
· Por ser nuestro Redentor:
- Por el pecado original éramos esclavos del demonio e hijos de la maldición
- Nuestro Señor Jesucristo nos rescató, no con oro, ni con plata, sino con su Sangre preciosísima, generosamente derramada
- Por eso, nosotros no somos nuestros, fuimos comprados a gran precio
- Nuestro Señor es nuestro Dueño, nuestro Salvador, nuestro Rey

ESTE IMPERIO DE CRISTO sobre todas las cosas, lo proclama San Pablo con gran majestad: Nuestro Señor Jesucristo es “ el primogénito de toda la creación, porque en Él han sido creadas todas las cosas en los cielos y sobre la tierra, el mundo visible y el invisible, tronos, señores, principados, dominaciones, todo ha sido creado por Él y para Él,…, PARA QUE EN TODO TENGA ÉL LA PRIMACÍA” ( Col. 1 )

PERO, ¡QUÉ LÁSTIMA!, queridos fieles, Nuestro Señor fue rechazado como rey:
Los judíos, enfurecidos, negaban a su Rey: Pilatos: “¿queréis que os suelte al rey de los judíos?”
Ellos gritaban: “¡No a Él, sino a Barrabás! ¡ si sueltas a éste, no eres amigo del César! ¡ todo el que se pretende rey se opone al César!
Pilatos: “¡He aquí a vuestro rey!
Y ellos se pusieron a gritar como lobos rabiosos: “¡No, que muera, que muera! ¡crucifícalo, crucifícalo!”
Pilatos: “¿a vuestro rey he de crucificar?
Respondieron los sumos sacerdotes: “Nosotros no tenemos más rey que el César”

JESÚS SUFRIÓ entonces el más cruel de sus dolores, la más baja de las injurias, Él, el gran Mesías esperado, el gran rey, fue rechazado por su pueblo elegido, a quien había dado, desde hacía muchos siglos, muchas muestras de amor y predilección: “vino a los suyos, y los suyos no le recibieron” “Pueblo mío, ¿qué te he hecho, en qué te he contristado?, ¡respóndeme! ¿qué más debí hacer, y no hice? ¿Por qué te saqué de la tierra de Egipto, has preparado una Cruz a tu Salvador?”

Queridos fieles, y NO SÓLO LOS JUDÍOS HAN RECHAZADO A CRISTO REY, ahora también, en este mundo actual, tan corrompido y lejos de Dios,
Nuestro Señor ya no reina ni en las naciones, ni en las familias, ni en las almas.

· NUESTRO SEÑOR YA NO REINA EN LAS NACIONES:
- Se proclamó desde hace mucho la independencia de la Iglesia y del Estado
- Se le da el mismo lugar a Nuestro Señor, a Buda, a Mahoma, al diablo.
- Roma misma pidió que se quitara de alguna Constitución polaca, que la religión católica fuera la religión del Estado
- En la Revolución francesa, se proclamaron los derechos del hombre:
¡Se proclamó que el hombre es libre, libre de Dios!
¡El hombre ya no quiere servir a Dios!
Esto se parece a loa primera revolución que hubo en el mundo, la de Satanás, Cuando el gritó : “¡no serviré!”
- No, Nuestro Señor ya no reina en las naciones
· Y también, NUESTRO SEÑOR YA NO REINA EN LAS FAMILIAS

- ¿cuántas rezan reunidas al pié del Sagrado Corazón entronizado?
- ¡quizás no está entronizado el Sagrado Corazón!
- ¡quizás ni siquiera haya una imagen de Él!
- ¿cuántas familias se reúnen para rezar, aunque fuera solo un ratito?
- ¡quizás sólo se reúnen para las fiestas, o para ver televisión!
- No, Nuestro Señor ya no reina en la mayoría de las familias
· Y NUESTRO SEÑOR YA NO REINA EN LAS ALMAS
- Con que facilidad se cometen los pecados mortales , es el reino de Satanás
- Los santos llegaban a hacer cosas heroicas para evitar el pecado, revolcarse en las espinas, lanzarse a un estanque de agua helada, etc.
- Nosotros no, nos acostamos, encendemos la televisión, navegamos libremente por Internet, mantenemos y hasta reafirmamos nuestras relaciones pecaminosas.
- En una palabra, somos impíos, no queremos que reine Nuestro Señor en nuestras almas, preferimos la novia, el novio, el Internet, la televisión, la moda, el trago, el placer;
- con esta manera de actuar, aún sin abrir la boca estamos gritando como los impíos:
“¡no queremos que reine sobre nosotros, quítale, quítale, crucifícale, crucifícale!”

¡QUÉ TRISTEZA, NUESTRO SEÑOR YA NO REINA en las naciones, ni en las familias, ni en las almas! Las mismas almas que deberían defender su realeza la están negando:

RECORDEMOS LAS PALABRAS DEL CARDENAL RATZINGER en 1987 :
Él “decía que la sociedad no debe ni puede ser cristiana, que esto es contra la naturaleza de la sociedad, que Nuestro Señor no puede ni debe reinar en las sociedades, que la conciencia humana es libre en relación a Nuestro Señor, que hay que dejar en libertad a los hombres, que hay que darles un espacio social autónomo.”

Queridos fieles,
¡Negar la realeza de Nuestro Señor es una abominación!
¡ hasta los mismos animales reconocen su realeza!
¡también los vegetales y hasta los seres inertes! Les doy tres ejemplos:

LOS SERES INERTES LA RECONOCEN
El agua la reconoció.
En el año 1226, en Aviñón, Francia, UN RÍO SE DESBORDÓ con ímpetu furioso, y convirtió en un inmenso lago toda la ciudad.
EN MEDIO DE AQUELLA GRAN CONSTERNACIÓN, la gente piadosa se acordó que en una capilla estaba expuesto solemnemente el Santísimo Sacramento, y determinaron salvarlo de la inundación.
Algunos hombres SE EMBARCARON en un pequeño bote y remaron hacia el lugar de la pequeña iglesia, y al entrar encontraron algo asombroso:
SE HABÍA REPETIDO EL PRODIGIO DEL MAR ROJO Y DEL RÍO JORDÁN, pues las aguas se conservaban a una altura de más de un metro formando a derecha e izquierda del altar una pared de agua, quedando libre el paso hacia el tabernáculo, el cual permanecía intacto, así como el Santísimo.
¡Qué maravilloso, las aguas reconocieron a su Dios y a su Rey, y le formaban escolta, sin tocarlo!

LOS VEGETALES TAMBIÉN
Lo siguiente ocurrió en Orleáns, Francia.
HABÍA UN FAMOSO HEREJE en esa ciudad, quien había dicho que jamás creería en la presencia real de Nuestro Señor en la Eucaristía ( y que menos lo adoraría ).
UN SANTO MONJE CAPUCHINO había tratado de convencerlo con poderosos argumentos, pero aún así el hereje no creía.
HABÍA EN ESE LUGAR UN JARDÍN, y en ese jardín un árbol muy grande y grueso ( una encina), y en lo más alto de ese árbol estaban sus ramas y sus hojas.
EL HEREJE LLEGÓ A DECIR QUE, así como esa encina jamás se inclinará ante la hostia consagrada, de modo que sus ramas y hoja toquen el suelo,
ASÍ TAMPOCO ÉL NUNCA CREERÁ y adorará a Cristo sacramentado.
AL OIR ESTA PROVOCACIÓN, el capuchino, inspirado por Dios, dijo al hereje:
“Y si la encina inclina sus ramas hasta tocar el suelo, como decís, ¿creerás en la presencia real de Jesucristo en el Sacramento?”
EL HEREJE, CON SARCÁSTICA RISA CONTESTÓ:
“si esto sucediere, no tendré inconveniente alguno en creer lo que los católicos creen”.
ENTONCES, EL RELIGIOSO SE ARRODILLÓ, juntó sus manos, y dirigiendo sus ojos al cielo, suplicó al Dios todopoderoso que le asistiera en aquella ocasión de tanta gloria para la majestad divina.
SE LEVANTÓ, Y ANIMADO DE VIVA FE, se dirige a la encina, y en nombre de Jesucristo le mandó que se inclinara ante su Dios sacramentado.
¡MOMENTO SOLEMNE Y DE GRAN EXPECTACIÓN! Como si el corpulento árbol fuera capaz de entender lo que se le ordenaba, inclinó al punto sus ramas hasta tocar con sus hojas de la copa el pasto verde del suelo.
EL HERESIARCA, AL VER TAN ESTUPENDO Y RARO PRODIGIO, hizo inmediatamente la señal de la cruz y creyó en Cristo sacramentado; y con su ejemplo, muchos herejes se convirtieron.
¡Qué maravilloso, el reino vegetal reconoce a su Dios y su Rey, y se inclina ante Él!

¡Y HASTA LOS MISMOS ANIMALES RECONOCEN LA REALEZA DE CRISTO!
En un pueblo de España, en el año 1624 ocurrió algo sorprendente:
DOS PERSONAS IMPÍAS tuvieron la diabólica idea de entrar a una iglesia para robarse la custodia que contenía el Santísimo Sacramento.
UNA VEZ QUE REALIZARON EL ROBO, la hostia consagrada la escondieron en el hueco de un árbol, y se quedaron con la custodia, de oro y con piedras preciosas.
CUANDO SE TUVO LA NOTICIA del robo sacrílego, fue grande la consternación de los moradores del pueblo. Se comenzó a buscar a los culpables, y gracias a Dios, pudo encontrarse a los ladrones, los cuales fueron encerrados en una dura prisión, y fueron obligados a declarar donde habían puesto el Santísimo Sacramento.
UNA VEZ QUE SE SUPO EL LUGAR en donde lo habían puesto, se organizó una devota procesión en busca del Santísimo Sacramento.
UNA VEZ QUE SE LOCALIZÓ EL ÁRBOL, se vio, con gran asombro de todos los presentes, a una gran multitud de hormigas que llevaban pajas, hojitas, piedritas, granos, y entraban en el hueco del árbol.
SE ASOMARON AL HUECO del árbol, ¿y qué fue lo que vieron?
PUES VIERON QUE LAS HORMIGAS, con todo lo que habían recogido, ¡le habían fabricado un hermoso pequeño altar al Santísimo Sacramento!, con forma de custodia.
¡SORPRENDENTE, las mismas hormigas reconocieron a su Dios, a su rey!

Queridos fieles, ¡NO NOS DEJEMOS GANAR POR LOS ANIMALES, por los vegetales, y por los seres inertes!,
RECONOZCAMOS TAMBIÉN A CRISTO COMO NUESTRO REY ABSOLUTO, y demostremos nuestra sujeción a Él por medio de las obras.
· que Él sea el rey de nuestras almas
- Todas las noches, hagamos un pequeño examen de conciencia antes de dormir, y preguntémosnos:
- ¿qué pecado cometo más frecuentemente?
- ¿Cuál destrona a Jesús y lo hecha fuera de mi corazón?
- ¿por qué peco? ¿ por usar Internet, por ver T.V, por una mala amistad?
- ¿por no cuidar la mirada? ¿por no cuidar la lengua?
- Concentremos todas nuestras fuerzas para vencer primero el pecado que más a menudo cometamos
- Tomemos resoluciones firmes y generosas
- ¡Nuestro Señor debe reinar!
- También amemos mucho la Santa Comunión
- Nuestro Señor quiere entrar en su trono por la comunión
- Si el domingo que venimos a Misa , no comulgamos, ¡el rey se no pudo entrar, se quedó fuera!
- La verdadera gran alegría del domingo, no es la reunión familiar, o la fiesta, o el almuerzo con los amigos;
- La verdadera gran alegría del Domingo es el haber recibido a Nuestro Señor, con Él lo tenemos todo.
· que Nuestro Señor sea el rey de nuestras familias
- Entronicemos al Sagrado Corazón en nuestros hogares
- Si ya lo hemos hecho, renovemos con frecuencia esa consagración.
- Tratemos de rezar en familia, si se puede, aunque sea un poquito, a los pies del Sagrado Corazón
· Todo esto será muy útil para que algún día, Nuestro Señor sea el rey de las naciones


CONCLUSION
Queridos fieles, Nuestro Señor es el Rey, si las gentes, las familias y las naciones no lo reconocen,
¡NOSOTROS SÍ!
Pongamos a los pies de Nuestro Señor, todas nuestras facultades, nuestras potencias, nuestros deseos; todo lo que somos o poseamos, pongámoslo a su servicio hasta la muerte, ¡Sí, hasta dar la vida por la gloria de nuestro Rey!
Y recuerden esas palabras de San Agustín, que nos darán ánimo en la lucha y harán temblar a los enemigos: “¿a quién tenemos miedo si estamos con Dios? Porque si nos derrotan a nosotros, tendrán que vérselas directamente con Dios”.

Y DE HECHO ASÍ SERÁ, PUES AL ANTICRISTO, Dios mismo lo destruirá con un soplo de su boca; EN ÚLTIMA BATALLA DEL FIN DEL MUNDO, cuando los enemigos se reúnan en Armaggedon, Dios mismo hará descender fuego del cielo y los aniquilará.

“¡Enemigos de Cristo, no hay nada que hacer! : Nuestro Señor Jesucristo ha sido, es y será siempre el Rey del Universo”.
¡Recuerden las palabras de Nuestro Señor! :

“A los que no han querido que Yo reine sobre ellos,
¡Traedlos aquí y degolladlos en mi presencia!”

Para terminar, elevamos a Dios este hermoso himno a Cristo Rey:

HIMNO A CRISTO REY

A Ti, oh Cristo, aclamamos
por Príncipe de los siglos, Rey de las naciones;
a Ti confesa­mos único dueño de las almas y de los corazones.

La multitud criminal grita: "No queremos que Cristo rei­ne";
más nosotros, entre aplausos, te aclamamos supre­mo Rey de todos.
¡Oh Cristo, Príncipe de la paz!
Somete a los obstinados y congrega a los desviados de tu amor en un solo redil.

Para ello pendes del árbol sangriento con los brazos abiertos
y traspasado el pecho por aguda lanza, y muestras el corazón abrasado.

Para ello te ocultas en los altares bajo las especies de pan y vino,
vertiendo de tu abierto costado la salud para tus hijos.

A Ti te honren con público culto los jefes de las naciones,
te adoren los magistrados y los jueces; las leyes y las artes te enaltezcan.

Brillen las insignias reales a Ti consagradas;
haz que vuelvan sometidos a tu suave cetro, la patria y los hogares de los ciudadanos.
Gloria a Ti, oh Jesús, que riges los reinos del mundo,
en unión del Padre y del Espíritu Santo, por los siglos de los si­glos. Así sea.

martes, 21 de octubre de 2008

LA CURIOSIDAD

Sermón - Domingo XXIII después de Pentecostés

Hemos hablado hace algún tiempo sobre la soberbia: vimos que es un pecado abominable; que todos tenemos, al menos, un poco de él, en nuestros pensamientos, palabras, y acciones. Vimos también como Dios detesta este pecado:
“No morará en medio de mi casa el que obra con soberbia” (Salm.100,7)
“En donde hubiere soberbia, allí habrá también deshonra” (Prov.14,3)
“La soberbia es aborrecible a Dios y a los hombres” (Si.10,7)
“El principio de todo pecado es la soberbia: quien la tuviere será lleno de maldición, y al cabo le transformará” (Si.10,15)

SAN BERNARDO ENUMERA DOCE GRADOS DE SOBERBIA: Curiosidad, ligereza o inconstancia del alma, alegría necia, jactancia, singularidad,
arrogancia, presunción, defensa de los pecados, confesión simulada, rebelión, libertad de pecar y costumbre de pecar. TRATAREMOS DE VER, poco a poco, cada uno de estos grados de soberbia. TRATEMOS DE TENER CUIDADO, y reconozcámoslos, para irnos guardarnos de ellos. Si no lo hacemos, uno sin darse cuenta podría ir subiendo éstos grados de soberbia rápidamente y llegar a los más altos, lo cual podría significar la pérdida de nuestra alma.
Recuerden EL EJEMPLO TERRIBLE de cómo alguien escaló rápidamente por estos grados de soberbia, es Simón Mago, y su fin fue más terrible todavía:

EJEMPLO: SIMON MAGO
Curiosidad.- Le llamó mucho la atención los milagros de los apóstoles, y se puso a averiguar cual sería la causa de los grandes poderes que tenían
Confesión simulada.- No se había arrepentido de sus pecados, y recibió hipócritamente el bautismo
(Ambición de poderes).- Ofreció dinero a San Pedro con tal de tener también el poder de hacer descender el Espíritu Santo. Y por lo tanto de hacer milagros.
Singularidad.- Quería atraer a la gente con sus magias y hechicerías.
Jactancia, arrogancia y presunción.- Muchos romanos fueron engañados por sus magias y lo consideraban una deidad. Dicen que incluso el mismo emperador Claudio ordenó fundir una estatua del mago, en la que se leía la inscripción “A Simón, el Santo dios,”
Rebelión contra Dios.- Dicen que él mismo se hacía llamar el Cristo y por eso, fue castigado con una muerte muy terrible en presencia de muchos.

Queridos fieles, ¡QUÉ TERRIBLE ES LA SOBERBIA! , hasta donde puede llegar uno en su ceguedad.
Por eso, comencemos a combatirla, incluso desde sus manifestaciones más simples, como lo es el primer grado de soberbia: LA CURIOSIDAD.

Veamos 5 pequeños puntos:
1) Ejemplo inicial (de la Sagrada Escritura)
2) Lo que dice un santo sobre la curiosidad (San Bernardo)
3) La definición propia de la curiosidad (Santo Tomás)
4) La curiosidad es un vicio terrible
5) Mortifiquemos la curiosidad

1) EJEMPLO INICIAL(Sagrada Escritura):
En el libro del Génesis se lee lo que le pasó a LA MUJER DE LOT, en parte por ser curiosa:
Dios le había dicho a Lot que tomara a su mujer y a sus dos hijas, y que salieran de la ciudad, que huyeran, no sea que perecieran. Y LES DIJO QUE NO MIRARÁN ATRÁS. ¿Y qué pasó? Lo dice la Sagrada Escritura: “Más la mujer de Lot miró hacia atrás y se convirtió en estatua de sal.” (Gén. 19, 26)

Vean, queridos fieles, lo que le pasó a esa mujer por curiosa. Dios la castigó para que nosotros aprendiéramos que hay que obedecer lo que Dios nos manda. Es cierto que esa mujer fue castigada por su desobediencia, por su apego a la ciudad, pero ¿por qué desobedeció? Desobedeció incitada por la curiosidad.
En el libro de la Sabiduría (10,7) , se lee que esa estatua de sal aún existía, y la gente la podía ver “como testimonio de un alma incrédula”.

2) LO QUE DICE UN SANTO SOBRE LA CURIOSIDAD (San Bernardo):
La curiosidad hace que nos guste andar por muchas partes, y ya estemos sentados, o de pié, todo es mover los ojos de aquí para allá, y prestar oídos para todo lo que se dice. La persona que hace esto, demuestra con esta agitación una enfermedad del alma, y que le hace menos circunspecto, más descuidado de sí y de sus cosas, y más atento para las ajenas.
Como esta alma se desconoce a sí misma, se sale de sí y comienza a usar de todos sus sentidos y facultades para mirar y curiosear lo que pasa en el mundo exterior.

“Oye, tú, curioso, escucha a Salomón, escucha lo que te dice el Sabio: <>, como quien dice: vigila todos tus sentidos, custodia el mayor tesoro que es el amor y la gracia de Dios. ¿a dónde vas tú, curioso, cuando te apartas de ti? ¿a qué guarda te confías cuando te dejas abandonado? No debes mirar a todas partes, a la tierra debes mirar para aprender a conocerte; ella te pondrá ante los ojos que eres polvo y en polvo te has de convertir”

San Bernardo dice que EL CURIOSO IMITA A DINA, A EVA Y AL PROPIO SATANÁS.

DINA, por curiosa, salió por el campo, y ello fue causa que la raptaran y le robaran la virginidad.
“¿Que necesidad tenías, Dina, de irte a mirar a las mujeres extranjeras?
¿qué te importaban a ti? ¿la curiosidad sola guió tus pasos?
¡quién iba a pensar que tu ociosidad curiosa, o tu ociosa curiosidad, iba a ser no vana, sino perniciosa, no sólo para ti y para tu familia, sino también para tus enemigos!”

¡También tú, EVA, estabas bien en el Paraíso, después te iban a llevar al cielo!
Todos los frutos del paraíso eran para ti, menos los del árbol del bien y del mal.
¿por qué entonces te recreabas en mirar lo que no te era lícito comer?

Si Eva dijera: ¿pero qué no puedo mirar a donde me plazca? Le respondería San Pablo: “todo me es lícito, pero no todo me es conveniente” El mirar no es necesariamente pecado, pero sí es ocasión de pecado.

Eva, ¿por qué quisiste probar bocado de ese fruto prohibido, que además sabía muy mal?
En parte por curiosidad, el árbol prohibido era el árbol de la ciencia del bien y del mal,
¡PERO EVA, NO DEBÍAS DE SABER MÁS DE LO QUE CONVENÍA SABER! Así, primero, la curiosidad atacó a Eva. Y Cuando la serpiente dijo: si comes, “de ninguna manera morirás”, se acrecentaron entonces los deseos de Eva, luego se excitó la gula, después la codicia con el “seréis como dioses”; y después terminó por desobedecer y comer del fruto prohibido.

“¡MALDITA CURIOSIDAD, QUE TE HIZO PERECER A Ti, a Adán, y a tus descendientes!
Por tu culpa, nacemos para morir, es más, antes de haber nacido, ya estamos muertos (pues somos concebidos sin gracia de Dios).”

Y EL CURIOSO IMITA TAMBIÉN AL MISMO SATANÁS.
“Eras imagen de Altísimo, colocado no en el paraíso terrenal, sino en las delicias del mismo paraíso de Dios, ¿qué más podías desear y apetecer?
Estabas lleno de sabiduría, y eras perfecto en hermosura,
¡no busques cosas más altas que tú, ni ambiciones lo que está por encima de tus fuerzas!
¡quédate en ti mismo, no pretendas elevarte a mayores grandezas!
PERO NO HACES CASO, Y DIRIGES curiosas miradas a quien es más alto que tú, y dices: “pondré mi trono allá arriba, y seré semejante al Altísimo”. ¿ADÓNDE TE LLEVÓ TU CURIOSIDAD, desgraciado? Te llevó a una gran presunción. Fue el comienzo de tu perdición y la de los tuyos. “SI EL ÁNGEL CAYÓ, FUE POR DEJARSE LLEVAR DE LA CURIOSIDAD, porque primero miró curiosamente, lo que después deseó ilícitamente y esperó conseguir presuntuosamente”.

3) DEFINICIÓN:
VANACURIOSIDAD.-
“Consiste este vicio en un instintivo deseo de conocer lo oculto y secreto de cualquier género, sintiéndose poderosamente instigada el alma hasta conseguirlo. Basta que una cosa, por insignificante que sea, tenga el tinte del secreto y del ocultamiento, para que el deseo se vea apremiado, ansioso e instigado”. “Es una inclinación a satisfacer nuestra necesidad natural de saber, mediante conocimientos inútiles, peligrosos o malos.”

SANTO TOMÁS:
El hombre tiene una inteligencia dada por Dios cuyo objeto es conocer la verdad.
La inteligencia quiere conocer la verdad, y la verdad es en sí buena.
En lo que puede haber desorden es en el apetito, en el gusto desordenado por conocer las verdades, por conocer las cosas.
HAY 4 MANERAS EN QUE ESTA CURIOSIDAD POR CONOCER ES DESORDENADA:
a) Cuando uno se dedica a estudiar, o a curiosear en cosas menos útiles (o inútiles) y por ello se descuida el estudio de las cosas más importantes que a uno le incumbe por necesidad.
“No escudriñes con ansias las cosas superfluas” (Ecli.3,24).
b) Cuando uno se pone a curiosear cosas malas (en cuanto a la fe, a la moral, etc.).
c) Cuando lo que uno quiere saber, no lo está refiriendo a la gloria de Dios y al provecho del prójimo (querer enterarse de chismes, críticas, murmuraciones).
d) Y cuando uno quiere saber cosas que están sobre su capacidad, ya que por esto los hombres caen en muchísimos errores.
“No busques lo que es sobre tu capacidad, ni escudriñes aquellas cosas que exceden tus fuerzas; sino siempre piensa en lo que te tiene mandado Dios, y no seas curioso de sus muchas obras” (Ecles. 3,22)
“Muchas cosas se te han enseñado que sobrepujan la humana inteligencia. A muchos sedujo la falsa opinión que formaron de ellas” (Ecles. 3,26)

4) LA CURIOSIDAD ES UN VICIO TERRIBLE
“La curiosidad es hija de la imaginación loca y desordenada; la hermana de la curiosidad es la inquietud. Por eso, la persona curiosa, es inquieta y desordenada.
En todos los estados, clases y condiciones existe este maldito vicio de la curiosidad”.
ES UN VICIO MUY ODIOSO que a veces trae funestas consecuencias, y acarrea al alma muchísimos y grandes males. MUCHAS VECES, AL SATISFACERSE LA CURIOSIDAD, uno encuentra el veneno que causa la muerte del alma (como le pasó a Eva y a Satanás);
OTRAS VECES, al curiosear, el alma recibe profundas puñaladas, arrepintiéndose después de haber curioseado (como le pasó a Dina).

LA CURIOSIDAD DESPIERTA PASIONES TERRIBLES. ES SOBRE TODO, UN VICIO DE LAS MUJERES, que llega a inocular con su veneno a miles de corazones. Mucho cuesta a las mujeres dominar este natural instinto de la curiosidad. Que nace y crece con ellas, desarrollándose en toda su extensión cuando no se le combate por medio de las virtudes morales.
SÓLO LA VIRTUD ES CAPAZ DE MODERAR LOS BRÍOS DE LA CURIOSIDAD, sólo la santidad llega a dominarla; digo a dominarla, no a matarla, porque la curiosidad sólo muere cuando muere la criatura.
GRAN TRIUNFO HABRÁ CONSEGUIDO LA MUJER QUE LLEGUE A DOMINAR LA CURIOSIDAD, y crea entonces que ha dado un gran paso en la vida espiritual, pues donde reside la curiosidad, es imposible que exista la acción y santa quietud del Espíritu Santo.”.

5) MORTIFICACIÓN DE LA CURIOSIDAD:
· VISTA:
- Cerrar los ojos ante todo a todo espectáculo peligroso (T.V, Internet), e incluso tener la valentía de cerrarlos a todo espectáculo vano e inútil (Novelas, diversos programas televisivos). Ver sin mirar; no fijarse en nadie para discernir su belleza o fealdad.
- Por la inmortificación de la vista se derrumbaron hombres que parecían de una virtud inquebrantable. Por ejemplo, el REY DAVID (2 Rey.11,2-4) Por eso, sin el control de la vista es muy difícil mantenerse en el camino de la virtud y aún en el simple estado de gracia.
- Muy bien lo comprendió el Santo Job, que “hizo pacto con sus ojos de no mirar doncella alguna”(Job.31,1) (SAN LUIS GONZAGA, incluso, no quería levantar su mirada para ver a su mamá).
- Con esta mortificación de la vista no sólo se evitan pecados de impureza, sino también, según lo dice San Juan de la Cruz, la curiosidad de los ojos produce vanidad de ánimo, codicia, descompostura exterior e interior, envidia.
- Es bueno saber privarse también, a veces, de los espectáculos interesantes y honestos: es el medio para adquirir dominio sobre el sentido de la vista y sobre los demás sentidos. (SAN JUAN BOSCO, preparaba con sus niños, obras de teatros para las fiestas importantes, después de muchos ensayos, llegaba el gran día de la fiesta, y se desarrollaba la obra de teatro, la gente estaba feliz, cuando se acercaban los momentos culminantes de la obra, los de mayor emoción, alguien vio a San Juan Bosco bajar la mirada…)
· OÍDO:
- No dar oído a los chismes, burlas, críticas, sospechas y murmuraciones. Es el medio de no cooperar al pecado de los que hablan mal, y de frenar sus tristes repercusiones.
· LENGUA:
- No preguntar a los demás sobre chismes, pecados, acciones sin interés del prójimo.
- Recordar que de toda palabra vana daremos cuenta a Nuestro Señor.
· IMAGINACIÓN:
- Mortificar la imaginación cuando uno comienza a pensar cosas sobre las demás personas (pecados, acciones, defectos).
· INTELIGENCIA:
- Debemos prohibirnos las lecturas frívolas, las novelas, el estudio de cosas malas o peligrosas; de las lecturas inútiles o de pura curiosidad;
- y también debemos controlar el tiempo que pasamos leyendo el periódico o escuchando las noticias. (Todas estas cosas dañan el recogimiento, la unión con Dios, y nos hacen perder un tiempo que debemos íntegramente a Dios).

CONCLUSION
Sí, Queridos fieles, LA CURIOSIDAD, PRIMER GRADO DE ORGULLO, vicio terrible que puede ocasionar terribles consecuencias.
NUNCA OLVIDEN LO QUE LE PASÓ AL REY DAVID, a la esposa de Lot, a Dina, escarmentemos en carne ajena.
PRACTIQUEMOS ESTA MORTIFICACIÓN BÁSICA de la curiosidad que hemos indicado.
Ó también, COMO DICE UN AUTOR:
“EL REMEDIO GENERAL para toda curiosidad es el recogimiento exterior e interior del corazón, unido a un amor muy grande a Dios, porque el que ama a Dios con todo el corazón, no se ocupa ni se entretiene en cosas insignificantes, no anda por allí curioseando; sino que directamente busca y se lanza a agradar a Dios de la manera más perfecta que le permiten sus fuerzas.

RECUERDEN TAMBIÉN EL PRIMER GRADO DE HUMILDAD, que se opone a la curiosidad, el cual es: mirarse uno mismo, y reconocer en nosotros nuestra propia miseria.
Sí, pensemos frecuentemente en lo pecadores que hemos sido, en lo pecadores que aún somos, en lo pecadores que podríamos llegar a ser, si Dios lo permitiera; Y ESTE SÓLO PENSAMIENTO NOS AYUDARÁ A MANTENERNOS en una humildad básica; Y ASÍ, NO ANDAREMOS CURIOSEANDO POR ALLÍ; no andaremos buscando la pajita en el ojo de nuestro hermano, pues bien sabremos que nosotros tenemos grandes vigas en nuestro mismo ojo, QUE HABRÁ QUE QUITAR PRIMERO, para así poder ver claramente, y ayudar mejor a nuestro prójimo.

jueves, 16 de octubre de 2008

LAS MALAS CONVERSACIONES

Domingo XXII después de Pentecostés - Octubre del 2008

Queridos fieles, continuemos estudiando los pecados de la lengua, ahora veamos otro pecado muy común: LAS MALAS CONVERSACIONES.
¡CUÁNTAS MALAS CONVERSACIONES SE VOMITAN CADA DÍA! Palabras deshonestas, charlas inmundas; chistes groseros, chistes picantes, Palabras y chistes de doble sentido, comentarios morbosos; ¡Y cuán extendido está este pecado por el mundo!, pues estas malas conversaciones y palabras obscenas se profieren por toda clase de personas:
Tanto por los jóvenes de baja condición, como por los de de traje y corbata; Tanto por mujeres de mala vida, como por las señoritas de buenas familias; también, y es una lástima decirlo, estas malas conversaciones se oyen tanto de las bocas de adultos y viejos, como también de las bocas de los niños.

¡Qué contento estará el diablo cuando oye proferir semejantes palabras obscenas!
Le parecerá haber destruido la obra de Dios, Pues el hombre y la mujer, que fueron creado a imagen y semejanza de Dios, Con estos pecados, se convierten en imagen y semejanza de las más inmundas bestias, ¡y aún peor que ellas!

Y aunque estas obscenidades que se dicen sean sólo de palabra, y no se lleven a cabo en la obra,
Tanto sólo por haberlas dicho, ya se ha ensuciado y empantanado el corazón, de la misma forma como si se hubiesen cometido, y así, se hacen reos del pecado terrible de fornicación, ó de adulterio, ya sea natural ó antinatural, dependiendo de lo que se haya hablado.

Queridos fieles, No olvidemos la sentencia fulminante de nuestro Dios: “Ni los fornicarios, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas…heredarán el reino de los cielos”. (I. Cor. 6,9-10)

Queridos fieles, para tener asco de estos pecados de las malas conversaciones, chistes obscenos y palabras inmundas, veamos algunas consideraciones que nos recordarán el grave daño que se hace con este pecado en las almas del prójimo y también en la misma alma del que las profiere.
1) Las palabras obscenas hacen gran daño al prójimo
2) Las palabras obscenas hacen gran daño a la misma alma del que las profiere

1) Las palabras obscenas hacen gran daño al prójimo
San Agustín, a los que hablan deshonestamente los llama “mediadores de Satanás”, porque donde no puede llegar Satanás con las sugestiones, llegan los impuros con las palabras obscenas que pronuncian.
El apóstol Santiago habla de estas malditas lenguas, y dice que la lengua del impuro es fuego inflamado por el infierno, con el cual quema el obsceno a los demás.
Dios, en el libro del Eclesiástico, habla de un tercer tipo lengua, el cual es aplicable a la lengua de los impuros (Eccl.28,16).
La primera lengua, es la lengua espiritual, la que habla de Dios;
La segunda lengua es la lengua mundana, la que habla de los negocios y riquezas del mundo.
Y la tercera lengua es la lengua del infierno, que es la que habla sobre obscenidades carnales, y ésta es la que pervierte a muchos y hace que se pierdan en el infierno.

El rey David dice que la vida del hombre sobre la tierra está llena de tinieblas y de oscuridad.
Esto quiere decir que el hombre, mientras vive, camina entre tinieblas por un camino resbaladizo, por lo cual está en peligro de caer a cada paso, si no tiene toda la cautela y no mira muy bien por donde camina, con el fin de evitar las caídas, que son las ocasiones de pecar.
Si en este camino tan resbaladizo, hubiese además alguien que se encargase de empujar a los otros para hacerlos caer, sería un milagro que no se cayese en el precipicio.
Pues esto es precisamente lo que hacen aquellos instrumentos del demonio que hablan obscenidades: inducen a los otros al pecado mientras están en este mundo, habitando en las tinieblas, y cercados por una carne tan propensa a este vicio.

Hablando Dios acerca de estos hombres y mujeres con lenguas obscenas dijo: “Sus bocas son sepulcros abiertos” (Salm.5,11)
Y San Juan Crisóstomo añade que: Las bocas de éstos que no saben hablar sino obscenidades, son sepulcros abiertos que exhalan putrefacción, y contaminan todo a su alrededor; de la misma forma que el olor que sale de la podredumbre de los cuerpos amontonados en una fosa, infesta y trastorna a todos aquellos que perciben la hediondez.
Para recalcar todavía más el grave daño que ocasiona la lengua impura, Dios dijo: “el golpe del azote deja una llaga (en el cuerpo); pero el golpe de la lengua desmenuza los huesos”. (Eccl.28,21).
Esto quiere decir que las heridas que causan las lenguas deshonestas penetran hasta los huesos de aquellos que las oyen, por el escándalo que les causan, especialmente cuando se profieren en presencia de personas jóvenes e inocentes.
Cuenta San Bernardino de Sena, que una doncella muy pura, y que vivía santamente, una vez oyó de un joven una palabra obscena,
y fue tal el escándalo que le produjo, que ella quedó terriblemente conturbada; le comenzaron a llegar gran cantidad de malos pensamientos y deseos, de tal manera que llegó a consentirlos,
y después se entregó tanto a la impureza, que dice el santo, que aunque el demonio hubiese tomado carne humana, no hubiera podido cometer tantos pecados impuros como ella cometió.
Queridos fieles, ¿cuál habrá sido el fin de esa doncella, antes pura, que se volvió un demonio?
¿Y cuál habrá sido el fin de ese joven que pronunció esa palabra obscena y la escandalizó?
Seguramente que el fin de ese joven, si no se arrepintió, fue terriblemente peor, pues no olviden lo que Nuestro Señor advirtió: “quien escandalizare a uno sólo de estos pequeños que creen en Mi, Más le valdría que le colgasen al cuello una rueda de molino y lo echasen a lo profundo del mar… ¡Ay del hombre por quien el escándalo viene!” (Mt.16,6-7)

¡Cuántas almas se han condenado por culpa de la lengua impura!
Dios dijo tristemente: “Muchos han perecido al filo de la espada; pero no tantos como por culpa de su lengua! (Eccl.28,22)

En fin, esos hombres y mujeres, cuyas lenguas son un volcán de impurezas, son la ruina del mundo.
Dijo un autor que más daño hace uno sólo de ellos, que cien demonios del infierno, siendo así la ruina de muchas almas; por eso Dios les pedirá terribles cuentas en el día del juicio, y de muchísimos de ellos, Dios podrá decir lo mismo que dijo de Judas: “Más le valiera no haber nacido”.

2) Las palabras obscenas hacen gran daño al alma misma del que las profiere

Podría decir alguno: “¡Pero, padre, esas palabras deshonestas y chistes malos, yo los digo por diversión y sin malicia!”
A ellos, un autor les responde: “¿Con que los dices por diversión? ¡infeliz! Esas diversiones hacen reír al demonio, y te harán a ti llorar eternamente en el infierno.
Porque no sirve decir que tú las dices por diversión y sin malicia, pues cuando profieres esas palabrotas escandalosas y obscenas, es muy difícil que uno no se complazca con las ideas que surgen en la imaginación; pues normalmente resulta de ellas una secreta complacencia, que suele ser semejante a una chispa que puede fácilmente encender la estopa seca. Y de allí, se llega fácilmente a las obras”.

No hay que olvidar que los hombres y las mujeres están todos inclinados al mal, inclinados al pecado; tenemos una naturaleza gravemente herida por el pecado original, recuerden lo que dijo Dios: “los pensamientos del corazón humano se dirigen al mal todos los días” (Gen.6,5)
por eso, y sobretodo en materia de impureza, tenemos que ser muy cautos y prudentes, si no, muy pronto nos hallaremos enredados y enlodados en estos vicios deshonestos, de los cuales será muy difícil salir.
además, nos advierte el Espíritu Santo: “no seas capturado (agarrado) por tu lengua” (Eccl.V,16).
Esto quiere decir: “Ten cuidado de no labrarte con tu lengua una cadena que te conduzca y arrastre a los infiernos”, pues la lengua mancha todo el cuerpo e inflama la rueda de la vida.

Sí, como antes dijimos, la lengua es uno de los miembros del cuerpo que, cuando habla mal, infesta a todos los demás miembros, e inflama y corrompe toda nuestra vida, desde la niñez hasta la senectud; y de allí resulta que los que hablan obscenidades, no saben abstenerse de semejantes conversaciones, aún cuando sean ancianos.
Otra razón más por la que las malas conversaciones hacen daño al alma de los que las profieren, es que se hacen desmerecedores de la misericordia de Dios.

¿Se compadecerá Dios de aquellos que no se compadecen de las almas de los prójimos?
Dijo el apóstol Santiago que será juzgado sin compasión aquél que no tuvo compasión de los demás: “Juicio sin misericordia, a aquél que no tuvo misericordia” (Sant.2,13)

Y los que hablan impurezas no tienen misericordia del prójimo: pues a veces vomitan sus obscenidades tanto a una persona, como a muchas; y cuando mayor es la concurrencia, tanto mayor es el calor y desenfreno con que suelen hablar; y sobretodo las profieren con sus amigos; no tienen piedad ni de sus amigos, pues con esas palabras están más que contaminando y hundiendo las almas de sus tristes amigos.
Y todavía más, a veces dicen sus chistes delante de mujeres, como también delante de los niños;
¡arrasan con todos, no tienen escrúpulos, no tienen pudor, perdieron toda vergüenza!

¡Y hasta se gozan al echarse unas carcajadas para deleitarse sobre el tema impuro que han hablado y de esa manera le dan más fuerza a sus palabras! Si estas personas de lenguas impuras siguen obrando así, ¿podrá Dios tener compasión de ellas?

Por todo esto que hemos dicho, los impuros, con todas sus sucias palabras, están matando, condenando y sumergiendo, cada vez más profundo, a su propia alma;

CONCLUSION

Queridos fieles, cuidémonos mucho de no proferir con nuestra boca palabras deshonestas, ni siquiera las palabras de doble sentido, ni los chistes picantes;
Pues Dios ordenó lo siguiente: “La fornicación y cualquier impureza, ni siquiera se nombre entre vosotros, como conviene a los santos” (Ef.5,3).

Dios nos ha dado la lengua, no para ofenderle, sino para alabarle y bendecirle.
Y por eso nos ha dicho: “Haz una balanza para tus palabras, y un freno bien ajustado para tu boca; Y mira no resbales en tu hablar, por lo cual caigas en tierra…y sea incurable y mortal tu caída” (Eccl.28,29-30)

Pensemos que en nuestras bocas, ha entrado ya muchas veces Nuestro Señor Jesucristo por la santa Comunión, y por eso, debemos precavernos con mayor cuidado de proferir cualquier palabra que contamine la puerta por donde ha entrado y entra Dios a nuestro corazón.

Es más, usemos nuestra boca para hablar como Dios lo quiere: Dios dijo: “Vuestras palabras estén siempre condimentadas con la sal” (Col.4,6) Es decir, nuestra conversación debe ir mezclada con algunas palabras santas que muevan a los demás a amar a Dios y a retraerlos de ofenderle.

¡Feliz la lengua que no sabe sino hablar de las cosas de Dios!

Queridos fieles, hagamos estas cosas, usemos nuestra lengua como un poderoso instrumento para aumentar la gloria de Dios, y para la edificación del prójimo,
pues de esta manera, podremos gozar eternamente de la hermosa gloria que Dios nos tiene preparada.

miércoles, 8 de octubre de 2008

LAS MALDICIONES

Sermón - Domingo XXI después de Pentecostés - Octubre 2008

Queridos fieles, CONTINUEMOS ESTUDIANDO LOS PECADOS DE LA LENGUA;
Ya hemos visto la mentira, las malas palabras, la contumelia (injuria al prójimo estando él presente) y la difamación (hablar mal del prójimo en su ausencia);
AHORA HABLEMOS DE OTRO PECADO MUY COMÚN no sólo en el lenguaje de la antigüedad, sino en las gentes de todos los tiempos,
sobretodo en medios vulgares y entre mujeres malhabladas, me refiero a la MALDICIÓN.

¡CUÁNTAS MALDICIONES SE VOMITAN CADA DÍA!
UN AUTOR ESCRIBIÓ: “Por el mundo, no se oyen sino maldiciones del marido contra la mujer, de la mujer contra el marido, maldiciones de los papás y mamás contra los hijos, de los hijos contra los papás; El vecino maldice a sus vecinos, el jefe a su empleado y el empleado a su jefe; En una palabras, todo está lleno de maldiciones”
SE MALDICE la lluvia, el frío, el calor;
se maldice al perro que ladra, a la mosca molesta, al mosquito que pica;
se maldicen las plantas, las frutas, los objetos;
se maldicen las llaves, que no quieren abrir la cerradura;
Se maldice al “Mouse” que no quiere funcionar;
¡HASTA SE MALDICEN los huecos de la calle!
EN UNA PALABRA, casi nadie ni nada se escapa de ser maldecido.
Y sin embargo, Dios dijo: “Bendecid y no maldigáis” (Rom.12,14) “Ni los fornicarios, ni los adúlteros, ni los MALDICIENTES, poseerán el reino de Dios”. (I. Cor. 6,9-10)

QUERIDOS FIELES, ES NECESARIO EXTIRPAR YA DE NOSOTROS este pésimo hábito de la maldición, si no queremos nosotros correr el riesgo de ser arrojados al lago de fuego y azufre, donde se lanzarán terribles maldiciones, unos contra otros, las cuales durarán por los siglos de los siglos.

POR ESO, PARA CONOCER MÁS ESTE PECADO Y LUCHAR CONTRA ÉL, veamos los siguientes puntos:
1) ¿Qué es la maldición y cuántos tipos hay de ella?
2) Veamos cuánto mal se hace con la maldición
3) ¿Y qué tan grave pecado es maldecir?


1) ¿QUÉ ES LA MALDICIÓN Y CUÁNTOS TIPOS HAY DE ELLA?
Recordemos que hay varias maneras de ofender al prójimo con nuestras palabras:
i) si las malas palabras dañan el honor del prójimo, el pecado se llama CONTUMELIA (Cuando uno insulta a otro en su cara);
ii) si las palabras dañan la fama del prójimo, entonces el pecado se llama DETRACCIÓN ( ó Difamación)
iii) y si las palabras dañan la prosperidad de otro, el pecado se llama MALDICIÓN (cuando alguien con sus palabras le desea un mal a otro);

DEFINICIÓN.- Entonces, maldición es cuando uno profiere un mal contra la prosperidad del prójimo.
HAY TRES TIPOS DE MALDICIONES: la causal imperativa, la imperativa secundaria y la de deseo.
a) MALDICIÓN CAUSAL IMPERATIVA.- Este modo de maldecir le compete principalmente a Dios, cuya palabra causa los males que de un modo imperativo enuncia. Es decir, cuando Dios maldice algo ó alguien, su palabra es completamente eficaz, y por lo tanto, lo que Él maldiga quedará maldito. Tenemos muchos ejemplos de esto en la Sagrada Escritura:
- Después del pecado original Dios le dijo a Adán: “¡Maldita sea la tierra que tú trabajes!” Y desde ese momento, el hombre ha luchado contra la esterilidad de la tierra.
- También, recordemos que Jesús, una mañana, cuando volvía a la ciudad, tuvo hambre; y viendo una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no halló en ella sino hojas. Entonces maldijo la higuera diciendo:
“¡nunca más nazca fruto de ti! Y, al instante, la higuera se secó. Viendo esto, los discípulos, se maravillaron” (Mt.21,18-20).

Los hombres, por sí solos, no pueden proferir maldiciones contra otros de esta forma causal imperativa, sino sólo de forma imperativa secundaria y de deseo.
Por eso, Santo Tomás de Aquino definirá la maldición como: Locución “por la cual se pronuncia un mal contra alguien, imperando o deseando”.

b) MALDICIÓN IMPERATIVA SECUNDARIA.- Es cuando alguien amenaza o manda hacer algún mal a otro, y también, cuando alguien pide a Dios que mande males sobre otros.
POR EJEMPLO, las que la han efectuado los profetas en nombre de Dios, cuando ellos lanzaron maldiciones para cegar las mentes, endurecer los corazones de los hombres y propiciarles males, en castigo de los pecados que habían cometido.
Sólo los santos, por la oración, pueden obtener de Dios castigos para los demás o el cumplimientos de sus imprecaciones.
RECUERDEN LO QUE HIZO EL PROFETA ELISEO: Unos jóvenes se burlaron de él por ser calvo, y entonces él se dio vuelta y los maldijo en nombre de Yahvé; entonces salieron dos osas del bosque y destrozaron a cuarenta y dos de esos muchachos. (IV Rey. 2,23)
También, en este tipo de maldiciones, entran los MALEFICIOS, los cuales son lanzados por brujos, hechiceros ú otras personas, que logran cierta eficacia a sus maldiciones por intervención diabólica.

c) MALDICIÓN DE DESEO.- Es la más común, y como su nombre lo dice, es cuando alguien le desea un mal a otro.
Ejemplos: desear que alguien se muera, que se enferme, que le vaya mal en los negocios, que le vaya mal en la escuela, que corte con su novio, etc.

2) VEAMOS CUÁNTO MAL SE HACE CON LA MALDICIÓN
El que maldice, injuria a Dios, injuria al prójimo, y se hace un gran daño a sí mismo.
a) EL QUE MALDICE INJURIA A DIOS.- El que se irrita hasta prorrumpir en maldiciones, ultraja a Dios, combate sus infinitas perfecciones y quiere usurpar los derechos de su omnipotencia.
Todo pertenece a Dios. ¿Y qué hace el maldiciente en su cólera?
Blasfema contra la Providencia divina, en vez de reconocer que todo está dispuesto por su sabiduría; En lugar de sujetarse a Dios cuando le sucede alguna cosa funesta, y de decir como el santo Job: “Dios sea bendito, hágase su voluntad”, se desenfrena en maldiciones execrables.
Y a veces, el maldiciente, irritado contra alguien, llega a desearle mil veces la muerte, ¡y hasta llega a desear que Dios lo sepulte en el infierno!
¡qué gran injuria para Dios!
El maldiciente no puede destruir a ese hombre, ¡y quiere que Dios sea el ejecutor de su mal intento! ¿se puede tratar más indignamente al Señor y envilecer más su suprema majestad?
b) EL QUE MALDICE INJURIA AL PRÓJIMO.-
Dijo Dios: “será escuchada la imprecación del que te maldijere en la amargura de su alma; y oírle ha su Creador” (Eccli.4,6)
Dios permite algunas veces, que sea oído el que en la amargura de su alma maldice contra su prójimo.
Escribió un autor: “Si el papá maldice a su mujer y a sus hijos, Dios, para castigar al que maldice, podría sacarlos de este mundo cuando el papá más los necesitare. Muchas veces, las maldiciones de los padres y de las madres sobre sus hijos, tienen su cumplimiento”.

San Agustín refiere en libro 22 de la ciudad de Dios un ejemplo bien trágico de esto que venimos hablando: El dice que una madre que tenía siete hijos y tres hijas muy rebeldes, no pudiendo sufrirlos, los llevó un día junto a la pila donde habían sido bautizados, y allí les deseó la maldición de Caín.
¿Cuál fue la maldición de Caín? Pues Dios le dijo: “La voz de la sangre de tu hermano está clamando a Mí desde la tierra. Por eso, andarás maldito, lejos de esta tierra… Fugitivo y errante vivirás sobre la tierra”. (Gén. 4,10 y ss)

Y la maldición de la mamá se cumplió inmediatamente; pues a partir de ese momento, todos sus hijos tuvieron grandes temores y anduvieron errantes de provincia en provincia; Dos llegaron a Hipona, y con la aplicación de las reliquias de San Esteban se curaron, de los otros, no se sabe su paradero.

Si la maldición no tiene siempre su efecto, es porque Dios protege al prójimo de los tiros furiosos del que maldice.

c) EL QUE MALDICE SE HACE UN GRAN DAÑO A SÍ MISMO

ESCRIBIÓ UN AUTOR: “¡Infeliz tú que maldices a tu prójimo! Tú querrías en tu cólera que tus horribles imprecaciones se cumpliesen; más esto no está en tu poder, y tus blasfemias recaerán sobre ti”.
ESTO ES LO QUE ORDINARIAMENTE SUCEDE. Después de haber echado la maldición sobre la mujer, sobre los hijos, sobre los vecinos, sobre los campos, viene a caer sobre su autor. Si alguien se complace en maldecir, la maldición recaerá sobre él.
DIOS MISMO LO DIJO: “Alguien amó la maldición, pues la maldición vendrá sobre él; desechó la bendición, pues la bendición se alejará de él” (Salm. 108,18)


“La maldición lo rodeará como un vestido y estará todo cubierto de ella”.
Aún la maldición es peor que el vestido incómodo; pues el vestido que incomoda se quita; pero no sucede así con la maldición, pues Dios también dijo: “(La maldición), penetrará como agua en el interior del hombre, se introducirá como el aceite en sus huesos, estará todo rodeado de ella, como un cíngulo””.

ESTO QUIERE DECIR QUE EL QUE MALDICE, estará interior y exteriormente expuesto a los tiros de la venganza divina, la cual no perdonará a ninguna parte de su cuerpo, y lo hará todo entero víctima de su maldición y objeto eterno de su justicia.
QUERIDOS FIELES, CON TODO ESTO QUE HEMOS DICHO, ya podemos darnos una idea del grave daño que causa la maldición.

3) ¿Y QUÉ TAN GRAVE PECADO ES MALDECIR?

CLARO ESTÁ, LAS MALDICIONES QUE LANZA DIOS Y LAS QUE DICEN LOS SANTOS EN NOMBRE DE DIOS, no son pecado, sino actos virtuosos de la justicia divina para castigar al culpable, ó actos de su misericordia, para prevenir que el hombre no cometa ciertos pecados graves por temor a incurrir en los castigos divinos.

PERO LA MALDICIÓN PROPIA Y FORMAL, la que se hace imperando o deseando el mal al prójimo, es un pecado grave contra la caridad y también, a veces, contra la justicia.
- Es un pecado contra la caridad al querer el mal del prójimo ó mandar que se lo hagan, pues por la caridad amamos al prójimo y queremos su bien.
El deseo del mal es odio al prójimo.
- Y es un pecado contra la justicia, cuando por nuestra maldición se cause efectivamente algún daño injusto al prójimo.
POR ESO, LA MALDICIÓN ES DE SUYO PECADO MORTAL, y será tanto más grave, cuanto mayor sea nuestra obligación de amar y reverenciar a la persona a quien maldigamos.

DE ALLÍ QUE DIOS HAYA DICHO: “Quien maldiga a su padre ó a su madre, sea castigado con la muerte; caiga su sangre sobre él (Lev.20,9)
POR ESO, TODA PALABRA DE MALDICIÓN QUE VAYA DIRIGIDA A LOS SUPERIORES, sacerdotes, obispos y personas de cierta dignidad, son mucho más graves. Incluso, las maldiciones graves dirigidas a los superiores, aún proferidas sin un deseo verdadero interior, implican falta grave de respeto.
LA MALDICIÓN QUE VA CONTRA DIOS ES GRAVÍSIMA, y es también una blasfemia.


SIN EMBARGO, PUEDE OCURRIR QUE PROFERIR UNA PALABRA DE MALDICIÓN SEA SÓLO PECADO VENIAL:
- ya sea por la pequeñez del mal que uno deseé a otro al maldecirle, (MATERIA LEVE)
- ya sea por los sentimientos del que profiere tales palabras de maldición, cuando lo hace por ligereza, por broma ó por algún aturdimiento de la ira. (SIN PLENA ADVERTENCIA Ó SIN PLENO CONSENTIMIENTO)

LAS MALDICIONES A LOS ANIMALES O SERES IRRACIONALES, en sí mismos, es algo ocioso y vano, y por lo tanto es pecado (normalmente es venial). (ejem: decirle al perro: “muérete”).
Pero las maldiciones a los animales y seres irracionales con relación a los hombres o como posesión de ellos, equivalen al deseo del mal de los mismos hombres. (ejemplo: maldecir la finca de alguien para que no produzca).
Pero maldecirlos como criaturas de Dios, entraña maldición implícita del mismo Dios y blasfemia.

CONCLUSION
Queridos fieles, cuidemos nuestras bocas. Ya no maldigamos a nada ni a nadie.
Tengamos caridad y compasión hacia nuestro prójimo.
En el Evangelio, ¿qué hizo el rey con el siervo malo que no tuvo compasión de su compañero?
Pues lo entregó a los verdugos hasta que pagase la última deuda.
Y Nuestro Señor terminó su parábola diciendo:
“Así hará también con vosotros mi Padre celestial si no perdonareis de corazón cada uno a su hermano”

Queridos fieles, si esto hará el Padre celestial con los que no perdonan, ¿Qué hará con los que además maldicen?
Por eso, queridos fieles, hagamos lo que nos ha pedido nuestro Dios: (Hijitos míos), “¡bendecid a los que os persiguen, bendecid y no maldigáis!... ¡No devolváis a nadie mal por mal, sino venced el mal con el bien!... Así seréis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir el sol sobre buenos y malos”

martes, 30 de septiembre de 2008

LA PRESENCIA DE DIOS

Sermón - DOMINGO XX después de Pentecostés - Septiembre 2008

Queridos fieles, el Evangelio narra el segundo milagro de Jesús en Galilea. EN CANÁ, ESTABA UN OFICIAL DEL REY HERODES, y tenía un hijo muy enfermo en Cafarnaúm ( otra ciudad de Galilea, pero más al norte). Este oficial, al enterarse de que Jesús había venido de Judea a Galilea, FUE A BUSCARLO Y LO ENCONTRÓ, era como la una de la tarde, y entonces le rogó diciéndole que fuera hasta su casa y sanase a su hijo, porque se estaba muriendo.
JESÚS VEÍA LA POCA FE de este hombre, pues si creyera en Él como Hijo de Dios, hubiera creído que Jesús no necesitaba ir hasta la casa para curarlo, Jesús podía hacer el milagro desde lejos ( como el milagro al criado del centurión). Por eso Jesús le dijo: “Si no veis milagros y prodigios, no creeréis”. EL OFICIAL INSISTÍA: “desciende Señor, antes que muera mi hijo”. Por estas palabras, también SE VE SU POCA FE: ¿acaso no podría Jesús resucitarlo si moría?
Y Jesús le dijo: “Ve , tu hijo vive”. Y CREYÓ EL HOMBRE LA PALABRA DE JESÚS y se fue hasta Cafarnaúm para ver a su hijo. En el camino, al día siguiente, se encontró con sus criados que venían a avisarle que su hijo ya estaba sano. Y el oficial les preguntó: “¿a qué hora comenzó a mejorar?” (AÚN SU FE ES POCA, si hubiera creído en las palabras de Jesús, ya hubiera sabido que su hijo estaba curado en la misma hora en que Jesús lo dijo. Y le dijeron: “Ayer, a la hora séptima cesó la fiebre ( es decir, a la una de la tarde del día anterior). Entonces reconoció el padre que era la misma hora en la que había dicho Jesús “Ve, tu hijo vive”, y creyó él y toda su familia.

Sobre este pasaje del Evangelio, San Gregorio comenta lo siguiente:

“El padre exigía que Jesús fuera a su casa para que curara a su hijo. Quería la presencia humana de Aquél que con su divinidad está en todas partes. Si su fe hubiera sido perfecta, habría sin duda conocido que no hay lugar en donde Dios no esté y no obre”.

Queridos fieles, muchos de nosotros nos parecemos a este padre de familia:
Sabemos teóricamente que Dios está presente en todas partes, lo aprendimos en el Catecismo; Pero en la práctica, pareciera que lo olvidáramos, o más bien, pareciera que no nos importara mucho;
¡Oh! Si el pensamiento de la presencia de Dios iluminase todos los días de nuestra vida, Tendríamos una poderosa defensa contra el mal y un consuelo en el dolor.

I.- DEFENSA CONTRA EL MAL
No olviden la siguiente sentencia: “Acuérdate que Dios te ve y no pecarás”.
En una leyenda antigua, se lee que el rey Antíoco, habiendo hecho detener sus ejércitos en la llanura, oyó desde su tienda que dos soldados hablaban mal de él. El rey asomó la cabeza fuera de la tienda y mirando a los dos imprudentes les dijo: “Id más lejos, para que no os oiga” Los dos pobres soldados, temblando de espanto, salieron corriendo.

Reflexionemos, queridos fieles: ¿a dónde podrán huir aquellas personas que les gusta pecar a cada rato, que les gusta cometer acciones impuras,
A dónde podrán huir para que Dios nos lo vea ú oiga?
Si esos dos soldados, quedaron atemorizados porque su rey escuchó todo lo que decían contra él, entonces, ¿quien será el atrevido (atrevida), que osará ofender a Dios, sabiendo que le está presente, que lo ve y conoce sus malvados deseos y sus malignos pensamientos?


Escribe un autor: “El desgraciado más infame, no se atrevería a cometer un homicidio ante el juez que podría inmediatamente castigarle; El sirviente, no transgrediría lo ordenado por su señor, en su presencia; Un joven impuro ò jovencita impura, no se atrevería a cometer su pecado delante de sus papás; (un esposo(a) no se atrevería a cometer adulterio en presencia de la esposa(o))
Y bien, si hasta la presencia de éstas personas puede detener al culpable en medio de sus desórdenes, ¿cómo no se detendrá el pecador en la presencia de un Dios acusador, testigo, juez, vengador de la culpa, de un Dios que todo lo ve?”

EJEMPLOS
NOÉ. Hubo un tiempo en que prácticamente todos los hombres y mujeres eran malos; sus pensamientos y los deseos de su corazón estaban dirigidos al mal, tanto que Dios se arrepintió de haberlos creado. Pero dice la Escritura que había uno que en aquella corrupción universal, supo conservarse bueno: Noé. ¿Y cómo le hizo? ¿acaso no sentía él también los instintos y el ímpetu de las pasiones, los atractivos del pecado y de los malos ejemplos? Bueno, y ¿cómo le hizo? Lo dice la Sagrada Escritura: “Él caminaba delante de Dios” (Gen.6,9); es decir, él estaba siempre delante de la presencia de Dios

JOSÉ, él servía al faraón, era su mano derecha, y una vez, la esposa del faraón quiso seducirlo, ¿y qué fue lo que respondió José para vencer la tentación? Pues él dijo: “¿cómo podré yo pecar ante Dios?” (Gen.39) Y dejando su manto, huyó de la impúdica mujer.

SUSANA ¿ y qué le dio fuerza a la casta Susana para vencer la tentación que le propusieron los dos ancianos lascivos? Ella respondió: “Mejor caer victima, antes que pecar en la presencia de Dios” (Daniel, 13,24)
Y lanzó un grito que atrajo a la gente al jardín.


Sì, queridos fieles, el pensamiento de la presencia de Dios será nuestra defensa para no caer en el pecado. Y no sólo eso, sino que si hemos caído en el pecado, también el pensamiento de la presencia de Dios nos debe ayudar a salir de él.
Adán y Eva, después del pecado, se escondieron. ¡Qué ingenuos! , creían esconderse del ojo de Dios. ¡Más pronto oyeron acercarse su terrible voz! “¡Adán!, ¿dónde estás?”

Caín andaba por los bosques y desiertos, huyendo del rostro de Dios, más el ojo divino penetraba implacable su conciencia manchada con la sangre de su hermano.

Así también, la voz de Dios, el ojo de Dios, están continuamente sobre el alma de los pecadores, ¿y cómo pueden resistir en ese estado sin confesarse? Él los mira, y ellos no tienen el vestido nupcial, ¿y por qué no temen que de un momento a otro puedan ser echados a las tinieblas exteriores del infierno?

“¡Dios me ve!”, este pensamiento vence las tentaciones.
- Cuando el demonio asalte vuestros corazones, digan: “¡Dios me ve!”
- Cuando las pasiones quieran seducirlos, digan: “¡Dios me ve!”
- Si los amigos, los compañeros quieren inducirlos al mal, griten interiormente: “¡Dios me ve!” Con este pensamiento saldrán victoriosos.
Y no sólo saldrán victoriosos, sino que los consolará en el dolor.

II.- CONSUELO EN EL DOLOR
DURANTE LA ORACIÓN. El primer consuelo se halla en la oración sincera y afectuosa. Cuando se piensa que Dios está con nosotros, que nos ve, que nos escucha, que nos ama tiernamente, de nuestro corazón se elevan oraciones muy bellas, las palabras salen de nuestros labios sin buscarlas y hablamos con Dios sin cansarnos. Esta oración hecha en la presencia real de Dios es la más eficaz y la más consoladora.
Quedamos admirados ante aquellos hombres de oración que fueron los santos. ¿Cómo hacían para orar noches enteras, semanas y semanas sin interrupción? Es porque sabían estar en la presencia de Dios tanto, que lo sentían muy cercano, lo veían con los ojos del alma. Esto nos explica por qué los santos, no obstante sus aflicciones, estaban siempre alegres.

DURANTE EL TRABAJO. ¡Qué fuerza y qué alivio sentiremos nosotros en el cansancio del trabajo, al decir frecuentemente!: “¡Dios ve todo, todo lo examina, tendrá en cuenta cada gota de sudor que yo derramo para ganar el pan para mis hijos!”
Un santo religioso repetía en su sencillez: “Cuando debo hacer algún trabajo, yo tomo a Jesús conmigo, y trabajo con Él; En verdad, entre dos, el trabajo rinde más y pesa menos, especialmente si uno de estos dos es el Señor”.

Queridos fieles, ¡hagamos lo mismo, santifiquemos nuestros trabajos, nuestros esfuerzos con la presencia de Dios! Sea cual fuere el trabajo que desempeñemos, pensemos que Nuestro Señor está a nuestro lado ayudándonos, como un papá que ayuda a su hijito a hacer la tarea.

EN LAS TRIBULACIONES. El pensamiento de la presencia de Dios nos trae muchas consolaciones en medio de las tribulaciones. Muchas veces la gente nos ofenderá, nos despreciará, hablará mal de nosotros; Otras veces, aún en nuestra misma casa, no nos comprenderán; Otras veces seremos poco amados, poco considerados y muy abandonados; Muchas veces estaremos preocupados por nuestro porvenir, nos angustiaremos por la miseria y otras dificultades.
¡Oh, cuán dulce es en esos momentos pensar que Dios está con nosotros,
que sabe todo y todo lo puede!
Una vez, Santa Teresa estaba muy angustiada; sus disgustos eran tantos que no podía comer, y la vista de la comida le causaba vómitos dolorosos.
Hallándose en este estado, una noche que estaba en la mesa y no se resolvía a cortar el pan, se animó pensando que Jesús la veía y que Él conocía su tribulación. Jesús, de pronto, se apareció visiblemente y parecía que le cortara el pan y se lo acercara a la boca diciendo: “Come, hija mía, sufro al verte sufrir, más en este momento conviene que sufras”. De pronto una gran dulzura le entró en el corazón y se halló con fuerzas para seguir llevando su cruz.

Queridos fieles, nosotros también podremos llevar con resignación cristiana nuestra pesada cruz, si sabemos sacar consuelo de la presencia de Dios. Pensemos que siempre, a nuestro lado, está Nuestro Señor, ¿y qué hace Él? ¿sólo nos ve? ¡no! , Él mismo está con nosotros cargando nuestra cruz; y además, Él carga la mayor parte.

CONCLUSION
Queridos fieles, Nuestro Señor se entristece mucho con las personas que tienen poca fe. ¿Recuerdan qué les dijo Nuestro Señor a los apóstoles, una vez que no pudieron echar un demonio? Les dijo: “¡Hombres de poca fe!, ¿hasta cuando habré de soportaros?”
Queridos fieles, ¡no hagamos enojar a Nuestro Señor!, al contrario, ¡seamos su alegría, su consuelo!
Vivamos de la fe, y muy especialmente de la fe en su presencia divina en todas partes.

Comparación. Así como un papá, sentado en una silla, ve jugar a su niño pequeñito: lo ve gatear, lo ve caerse, lo ve caminar, arrancar el pastito, perseguir una hormiga; Pensemos que así está Dios con nosotros, sentado en su trono, mirándonos con su ojos amorosos: nos ve trabajar, nos ve rezar, nos ve sufrir, nos ve llorar, y Nosotros, niños pequeños, miremos de vez en cuando, con los ojos de nuestra fe, a nuestro Padre que nos mira,
¡hagamos esto, y la vida se nos hará deliciosa! ¿pues qué podremos temer, teniendo a Dios a nuestro lado?
Y después de esta vida, llena de consuelos por haber vivido en la presencia divina, Llegará el momento en que el papá, que es Dios, se levantará de su silla, Y tomando a su bebé en sus brazos y le dirá: “¡Ven, hijo mío, que ya es hora de irnos al cielo!” Y entonces, lo que fue presencia divina por la fe Se convertirá en visión beatífica para toda la eternidad.

sábado, 27 de septiembre de 2008

DEL OBJETO Y SUJETO DE LA FE

P. ¿Cuál es el sujeto de la fe, es decir aquello que creemos? R. El sujeto, o subjectum, de la fe es Dios, y todas las verdades que se creen de Dios, es decir todas las realidades y misterios de su perfección trinitaria. Además son sujeto de fe todas las verdades reveladas por Dios con respeto a las criaturas, como las que hablan de Adán, Eva, la caída de los ángeles, en cuanto dicen relación a Dios mismo. Pero estas verdades no pueden ser alcanzadas por el solo intelecto humana, sino que es necesario que la inteligencia del hombre sea fortalecida por el auxilio divino, mediante la virtud de la fe, para poder asentir, con una certeza divina, aquello que está oculto en Dios y que se nos presenta si evidencia, bajo el velo de la fe. Dios, en la medida en que es posible que sea penetrado por este auxilio sobrenatural, es el objectum de la fe. La propuesta de la Iglesia es una condición para nuestra fe; la Iglesia nos expone lo que ha sido o no revelado por Dios.
P. ¿Qué certidumbre gozan las verdades y misterios de nuestra fe? R. Gozan una certidumbre más que metafísica, y que excede cualquier otra certidumbre; de manera que es imposible sea lo contrario, por estribar en el testimonio de Dios, en quien no es posible hallarse falsedad.
P. ¿Cuáles son los actos principales de la fe? R. Son los tres siguientes: Credere Deo, Credere Deum y Credere in Deum, esto es: Credere Deo, como a primera verdad revelante; Credere Deum, como a verdad revelada, o creer su existencia; Credere in Deum, como en fin último. Por lo que, aunque creamos la Iglesia Católica (es decir creemos que la Iglesia Católica es la única verdadera, divina, etc.), no creemos en la Iglesia Católica (como si debiéramos dirigir todos nuestros actos hacia la Iglesia como si ella fuera Dios, nuestro fin último). Credimus Paulum, sed non in Paulum, dice S. Agust. Tract. In Joan. (es decir creemos que Pablo es apóstol y tiene un mensaje divino, pero no creemos que debamos dirigir todos nuestros actos para agradar a Pablo como si él fuera Dios)
P. ¿Dónde reside la fe? R. La fe reside en el entendimiento donde se recibe como virtud intelectual. Pero no en todo entendimiento, sino solo en el de aqullos que son viadores, es decir que están en su vida mortal aquí en la tierra. No se da fe, es decir no existe la virtud de fe, en los Bienaventurados porque gozan de la visión clara e inmediata de Dios, incompatible con la obscuridad de la fe. Por la misma razón Cristo no tvo la virtud de fe, porque siempre fue perfectísimamente comprehensor, es decir que su inteligencia humana, creada, tenía la visión beatífica desde el primer instante de su concepción.. Los Ángeles tuvieron la virtud cuando fueron viadores, es decir en su período de prueba. S. Tom. 1. p. q. 57. art. 5. ad. 3.
P. ¿Se halla en los condenados fe sobrenatural? R. No se halla; porque ni son viadores, ni comprehensores (los que ven a Dios cara a cara), sino obstinados en la maldad, destituidos de todo bien y auxilio sobrenatural. Las palabras de Santiago cap. 2. daemones credunt, et contremiscunt (los demonios creen y se estremecen) se entienden de una fe natural, y forzada por las señales que conocen, y principalmente por los tormentos que padecen. En las almas del Purgatorio permanece la fe juntamente con la caridad, y esperanza, porque aún no ven lo que creen. Los pecadores, que no son infieles ni herejes, retienen la fe aunque lánguida y casi muerta; porque fides sine operibus mortua est (la fe sin las obras está muerta). Los herejes se hallan destituidos de la verdadera fe sobrenatural; pues desechan su razón formal, que es la divina revelación propuesta por la Iglesia. Creen lo que les place, y lo que no, lo niegan; y por esta causa aun respecto de aquellas verdades, que les parecen creer con fe verdadera, no la tienen en la realidad, sino opinionem quandam, secundum propiam voluntatem (una cierta opinión según su propia voluntad) como dice S. Tom. 2. 2. q. 5. art. 3.

martes, 23 de septiembre de 2008

LA DIFAMACIÓN

Sermón - Domingo XIX después de Pentecostés - Septiembre 2008
Queridos fieles, HEMOS ESCUCHADO EL EVANGELIO de las bodas del rey.
Durante las bodas, el rey entró para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no tenía traje de bodas.
¿Y QUÉ HIZO EL REY? Pues le preguntó al hombre: “Amigo, ¿cómo es que has entrado aquí no teniendo vestido de bodas?” EL HOMBRE ENMUDECIÓ. Entonces dijo el rey a sus ministros: “Atadle de pies y manos y arrojadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y rechinar de dientes. Porque muchos son los llamados, y pocos los escogidos”.
EL BANQUETE DE BODAS del rey es el cielo; EL VESTIDO DE BODAS es la gracia santificante; QUIEN AL MORIR NO TENGA EL VESTIDO DE BODAS, quien no tenga la gracia de Dios en su alma, será echado fuera, al infierno, y allí arderá por los siglos de los siglos.
QUERIDOS FIELES, PREPAREMOS BIEN NUESTRO VESTIDO DE BODAS, limpiemos y purifiquemos nuestras almas para no quedarnos fuera de cielo por toda la eternidad.

UN PECADO TERRIBLE que ha sido la causa de que muchas almas hayan sido arrojadas al infierno es la DIFAMACIÓN ( ó Detracción) , otro de los pecados de la “famosa” lengua.

RECUERDEN LO QUE UNA VEZ DIJO NUESTRO SEÑOR: "(La Difamación), ¡Oh infame y universal peste que causa la muerte de tantas almas! ¡Detengan esta corriente impetuosa que conduce tantas almas al infierno! ¡En cuán graves males y profundos precipicios caen las personas que no refrenan su imaginación y su lengua (y se ponen a difamar). A muchas, más le valiera no haber nacido.”

QUERIDOS FIELES, PARA CONOCER MÁS ESTE PECADO de la Difamación y llegar a odiarlo, de tal manera que no caigamos en él, veamos los siguientes puntos:
1) ¿Qué es la Difamación?
2) ¿Cuán grave es este pecado ?
3) ¿Cuándo es pecado mortal y cuándo es venial?
4) ¿Cómo se debe restituir la fama?
5) ¿Es en algún caso lícita la Difamación?
6) ¿Cómo peca el que oye la Difamación?


I) ¿QUÉ ES LA DIFAMACIÓN?
Recordemos que hay varias maneras de ofender al prójimo con nuestras palabras:
i) si las malas palabras dañan el honor del prójimo, el pecado se llama CONTUMELIA (Cuando uno insulta a otro en su cara); es el tema que vimos hace dos semanas;
ii) si las palabras dañan la prosperidad de otro, el pecado se llama MALDICIÓN (cuando alguien con sus palabras le desea un mal a otro; ejemplos: que se muera, que se enferme, que le vaya mal en los negocios, etc.)
iii) y si las palabras dañan la fama del prójimo, entonces el pecado se llama DIFAMACIÓN ( ó Detracción)
DEFINICIÓN.- DIFAMACIÓN, es la injusta denigración de la fama del prójimo, hecha en ausencia de aquél a quien se difama.
DIVISIÓN: La Difamación se divide principalmente en dos:
a) DIFAMACIÓN SIMPLE .- es cuando se manifiesta, sin justa causa, un pecado o vicio oculto del prójimo;
b) CALUMNIA.- es cuando se le imputa falsamente al prójimo algún pecado ó crimen;
La calumnia le agrega a la Difamación simple el hecho de decir también una mentira, y a veces tan perniciosa, que daña mucho la fama del prójimo.
La Difamación también puede ser directa ó indirecta:
- DIFAMACIÓN DIRECTA, cuando claramente se narra el pecado ó vicio de prójimo;
(EJEMPLO: el difamador dice expresamente: “Fíjate que fulanita, el otro día, salió con un hombre casado”;
- DIFAMACIÓN INDIRECTA, cuando el pecado ó vicio de prójimo no se manifiesta claramente, sino que sólo se insinúa, lo cual puede hacerse no sólo con palabras, sino también con gestos; EJEMPLO: el difamador dice: “fíjate que la otra noche, fulanita llegó muy tarde a la casa, quién sabe qué habrá estado haciendo”.
También es Difamación indirecta cuando se niegan o disminuyen las buenas cualidades del prójimo. Esta Difamación indirecta, a veces es más maliciosa que la difamación directa, pues hay expresiones que dañan mucho la fama del prójimo:
EJEMPLOS:
- “Y con esto que te digo, no te digo todo, ehh?”
- “¡ay!, si pudiera decirte todo lo que sé”,
- “sí, fulanita es piadosa, pero…”

II) ¿CUÁN GRAVE ES ESTE PECADO DE LA DIFAMACIÓN ?
LA DIFAMACIÓN ES UN PECADO CONTRA LA JUSTICIA, porque el hombre tiene perfecto derecho a su fama.
SI SE COMPARA ESTE PECADO CON OTROS, los autores dicen que este pecado de la difamación es menos grave que el homicidio y que el adulterio, pero que es un pecado más grave que el hurto, pues como dice la Sagrada Escritura: “Para el hombre, es mejor el buen nombre que las muchas riquezas” (Prov. 22,1)

ADEMÁS, ESTE PECADO DE LA DIFAMACIÓN DAÑA MUCHO EL BIEN COMÚN DE LA SOCIEDAD, pues el bien común exige que las acciones malas del prójimo no sean reveladas si no hay suficiente motivo;
pues si a todos les fuese lícito revelar los pecados ocultos de las personas,
de allí surgirían muchos pleitos, envidias, odios, y por lo tanto, la paz y la tranquilidad de las familias y de toda la sociedad se perturbaría.

EN LA SAGRADA ESCRITURA hay muchos pasajes en los que Dios nos habla en contra de este pecado, y dice que los difamadores son odiosos a Dios y a los hombres (Prov. 24,9), y que serán excluidos del Reino de los cielos. Por eso, el gran Sabio, Salomón, nos advierte contra este pecado y exclama: “Mira, no resbales en tu hablar, no vaya a ser que tu caída sea mortal e incurable (Eccl.28,30)”
En los Salmos, el rey David, hablando de los difamadores, exclama lo siguiente: “Su garganta es un sepulcro abierto, con sus lenguas maquinan continuamente engaños; ¡Júzgalos, oh, Dios mío!” (Salm.5,11)
Y San Pablo hace entrar este pecado de la difamación (maledicencia) entre los crímenes más enormes que excluyen del Reino de los cielos: “Ni los fornicarios, ni los adúlteros, ni los maldicientes, poseerán el reino de Dios”. (I. Cor. 6,9-10)

¿Y QUÉ DICEN LOS SANTOS PADRES sobre este pecado de la difamación? Pues lo consideran como una abominación y como una obra del demonio. Tan sólo SAN BERNARDO dice que, el Difamador, con la espada de su lengua, mata tres almas de un solo golpe: mata a su misma alma, mata al alma que lo escucha, y mata el alma del pobre difamado.

III) ¿CUÁNDO ES PECADO MORTAL Y CUÁNDO VENIAL?
Para determinar la gravedad del pecado, habrá que considerar tres aspectos:
a) la gravedad del pecado ó defecto que se está revelando
b) la condición y dignidad de la persona difamada
c) la eficacia de la difamación

a) la gravedad del pecado ó defecto que se está revelando
- si se dice de otro un pecado grave, ordinariamente el pecado será mortal
- si se revela un pecado leve, ordinariamente el pecado será venial
Ejemplos:
- Si se anda diciendo que fulanito es adúltero, homosexual, drogadicto, violador, ladrón ; esto hiere mucho la fama del prójimo y por eso el pecado ordinariamente será mortal
- Si se anda diciendo que fulanita es perezosa, que es mal geniada, que es imprudente, indocta, esto normalmente no hiere mucho la fama del prójimo, por eso el pecado ordinariamente será venial.

b) la condición y dignidad de la persona difamadaSi se está infamando a una persona de cierta dignidad, aún cuando sólo se revele algún pecado en sí mismo leve, puede llegar a ser pecado mortal:
Ejemplo: - decir que un obispo ò un sacerdote es mentiroso, el pecado puede fácilmente ser mortal
Por el contrario, si se infama a una persona de condición y dignidad inferior, aún cuando se diga de ella algún pecado grave, no por eso el pecado será mortal, sino que podría ser venial:
Ejemplo: - si se infama a una criada de servicio diciendo que es una ladrona,
el pecado no necesariamente será mortal

c) la eficacia de la difamación
Es decir, hay que ver que tanto daño se causa a la persona infamada; Y para medir este daño, hay que considerar: quién está difamando, y quiénes están escuchando;
- si la persona que está difamando es una persona de cierta dignidad, prudencia y autoridad, su difamación hace más daño que si lo hiciera una persona de inferiores cualidades; Por eso, la difamación hecha por una persona de gran autoridad, es más grave;
- también, es pecado más grave revelar cosas a personas locuaces y chismosas, que revelarlas a personas prudentes y serias.
- Igualmente, es más grave revelar el pecado a varias ó a muchas personas, que a una sola.

IV) ¿CÓMO SE DEBE RESTITUIR LA FAMA?
Hay que distinguir si se trata de calumnia ó de simple difamación.
EL CALUMNIADOR DEBE RETRACTARSE DE LO DICHO, aún con perjuicio de su propia fama, porque la fama del inocente es más valiosa que la fama del culpable.

EL QUE HA COMETIDO SIMPLE DIFAMACIÓN (ha revelado pecados ó defectos verdaderos del prójimo), no puede negar lo que dijo, pues mentiría; Pero sí tiene que declarar que cometió un error al decir tal cosa, que no debió haber hablado,etc. Además de hacer esto, el difamador debe aprovechar toda ocasión que tenga para alabar y honrar al difamado (por las virtudes que tenga, por sus buenas obras, etc.)

NOTA: La reparación debe ser proporcionada y suficiente. Así, el que difama en público, está obligado a retractarse en público, para que así las personas que se dieron cuenta de la ofensa, puedan volver a tener la estimación que tenían por la persona antes difamada.

V) ¿ES EN ALGÚN CASO LÍCITA LA DIFAMACIÓN?
LA DIFAMACIÓN QUE ES CALUMNIA, en ningún caso es lícita.
Pero LA SIMPLE DIFAMACIÓN, es decir, el manifestar el pecado oculto del prójimo, aunque éste pierda la fama, es lícito hacerlo cuando haya una justa causa, y así lo exija el bien público ó el privado, porque de esta manera cesa en el pecador el derecho a conservar su fama.
EJEMPLOS DE CAUSAS JUSTAS:
- la utilidad notable del que revela el pecado ( si lo hace para pedir consejo o favor, y no con ánimo de difamar)
- la utilidad del pecador, para que se arrepienta o corrija
- el bien público; cuando se evitan daños que amenazan a la Iglesia, a la Sociedad
- el bien privado de los oyentes o de otras terceras personas (para librarlos de un mal cierto o probable)
En todos estos casos, al manifestar el pecado ajeno, ni se viola la justicia, porque el prójimo no tiene derecho estricto a su fama hasta el punto que los demás callen con grave daño propio;
Ni se viola la caridad, que no obliga con grave incómodo.

VI) ¿CÓMO PECA EL QUE OYE LA DIFAMACIÓN?
- Si el que oye la difamación influyó eficazmente para que el otro difamara, peca contra la justicia y contra la caridad:
Peca contra la justicia, por ser también causa del daño que se infiere al difamado; Y peca contra la caridad, por cooperar al pecado del que difama;
- el que se goza al oír una difamación grave, peca gravemente contra la caridad, por alegrarse del daño ajeno.
- Cuando alguien oye a otro difamar, y no hace nada por impedirlo porque le dio vergüenza, o por negligencia o por temor, el pecado podría llegar a ser venial;
(los padres que oyen difamar a sus hijos, y nos los corrigen, cometen pecado contra la justicia, pues es su deber corregirlos)
- Si impedir la difamación es fácil y eficaz, tendrá que hacerse bajo pena de pecado
- Los que de algún modo manifiestan su disgusto contra la difamación, no cometen pecado

CONCLUSION
Queridos fieles, EN UN DÍA MUY PRÓJIMO, Nuestro Señor se presentará delante de nosotros para examinar nuestro vestido de bodas,
¡Ay de nosotros si no lo tenemos preparado! Pues entonces seríamos arrojados a las tinieblas de fuera, donde será el llanto y rechinar de dientes para toda la eternidad
Y también, ¡ay de nosotros si, aún teniendo nuestro vestido de bodas, lo tuviéramos todo manchado! pues de esta manera seríamos arrojados fuera, a las tinieblas del Purgatorio, hasta que el fuego limpiase todas las manchas de nuestra alma;
¡Y QUE FÁCIL ES MANCHAR NUESTRA ALMA CON EL PECADO DE LA DIFAMACIÓN! ¡Ya sea difamando, o también oyendo la difamación!

QUERIDOS FIELES, ¡CORRIJÁMONOS YA DE ESTE ABOMINABLE VICIO!,
Practiquemos la caridad;
la caridad es benigna, es suave;
La caridad es bienhechora, no piensa mal;
La caridad aparta los ojos del vicio, para no divisarlo;
La caridad no halla un maligno placer en descubrir las iniquidades.
Muy lejos de mostrarlas, las deplora;
y lejos de burlarse del pecador, lo compadece.
LA CARIDAD, EN VEZ DE DESCUBRIR LOS PECADOS, LOS OCULTA,
en cuanto es posible, a todas las miradas, cubriéndolos con su manto.

QUERIDOS FIELES, HAGAMOS ESTAS COSAS, TENGAMOS GRAN CARIDAD,
Que de esta manera tendremos un blanquísimo y hermosísimo traje de bodas,
y al mirarnos, Nuestro Señor exclamará:
“¡ven amada mía, hermosa mía, paloma mía!”
“¡entra en el gozo de tu Señor!”