viernes, 29 de agosto de 2008

EL SENTIDO DE UN MOVIMIENTO

Desde hace un año se vienen realizando juicios contradictorios sobre el Motu Propio Summorum pontificum de julio del 2007. Con la distancia es posible ver más claro.
El punto fundamental para interpretarlo bien, me parece, es darse cuenta de que el Motu Propio da comienzo a un movimiento que concierne a la liturgia, y por eso mismo hecho, a la Iglesia misma (lex orandi, lex credendi – la ley de la oración es la ley de la fe). Solamente evaluando el sentido y el alcance de este movimiento se puede dar un apreciación justa.
Un movimiento arranca en un punto de partida. ¿Cuál es el estado de la liturgia en junio de 2007? La dominación casi total, aplastante, de la misa llamada de Pablo VI, y la eliminación casi absoluta de la misa tradicional, considerada sea como totalmente superada, sea como lisa y llanamente prohibida.
Frente a esto, dos grupos muy pequeños. Por una parte, los “tradicionalistas” que afirman sin interrupción que la misa tradicional no está prohibida y no puede serlo, y que nunca han aceptado la misa de Pablo VI: pero ellos son duramente perseguidos por las autoridades eclesiásticas. Por otra parte, los “Ecclesia Dei” a quienes, por algunas leyes de excepción, se les ha concedido celebrar la misa tradicional en condiciones restrictivas, a título de una preferencia espiritual.
El primer artículo del Motu Propio es evidentemente inaceptable: la misa tradicional y la misa de Pablo VI son “dos modos del único rito romano”. Pero esta fórmula expresa solamente el punto de partida.
A partir de este estado de las cosas (catastrófico), el Motu Propio, de un modo mucho más amplio que lo que se había hecho hasta el presente, abre el camino a la celebración de la misa tradicional.
“El Misal romano promulgado por San Pío V y reeditado por Juan XXIII debe (…) ser honrado en razón de su uso venerable”; “Por lo tanto está permitido celebrar el sacrificio de la misa siguiendo la edición típica del Misal romano promulgado por el Papa Juan XXIII en 1962 y nunca abrogado”; “Todo sacerdote católico de rito latino, secular o religioso, puede utilizar el Misal romano publicado en 1962 por el Papa Juan XXIII”; “Para celebrar así (…), el sacerdote no tiene necesidad de ninguna autorización, ni de la Sede apostólica ni de su Ordinario”, etc..
Y también (carta del Papa): “Yo querría llamar la atención sobre el hecho de que el Misal de 1962 nunca fue jurídicamente abrogado, y que en consecuencia, en principio, siempre estuvo autorizado”.
El Motu Propio abre, pues, una puerta hacia la liturgia tradicional para todos los que, y son inmensamente numerosos, fueron privados de ella ilegítimamente desde hace cuarenta años.
Por supuesto, ello no se refiere a los que saben que la misa tradicional no puede ser prohibida, y asisten a ella con tranquilidad de conciencia. Para esta minoría, ¡lástima!, que son los “tradicionalistas”, utilizar el Motu Propio sería un retroceso: sería admitir que la Misa de Pablo VI tiene “la misma dignidad” que la misa tradicional: lo que con justas razones siempre hemos rechazado.
Por el contrario, los que solo conocen la Misa de Pablo VI y que hasta ahora estaban persuadidos, en razón de la propaganda, que la misa tradicional estaba prohibida, o era mala, pueden de ahora en más tener la ocasión, gracias al Motu Propio, de acceder a esta misa y de descubrir sus riquezas.
Tal es el sentido esencial del movimiento inaugurado por le Motu Propio: una cierta posibilidad, para tantos bautizados que han sido privados de la misa tradicional desde hace décadas, de ver por primera vez la liturgia tradicional de la Iglesia y de habituarse a ella; paso progresivo pero humanamente necesario para comenzar a salir, al menos en el plano litúrgico, de la crisis.
Los obispos franceses (en particular) no se han equivocado, y hacen todo lo posible para bloquear, restringir, desnaturalizar el Motu Propio.
No nos engañemos nosotros tampoco.

R.P. Régis de Cacqueray, Superior del Distrito de Francia

lunes, 25 de agosto de 2008

LA BURLA

Domingo IX después de Pentecostés - Julio 2008

Queridos fieles, hace algún tiempo hemos comenzado ha estudiar los diferentes grados de orgullo.
Les recuerdo los doce grados: Curiosidad, ligereza o inconstancia del alma, alegría necia, jactancia, singularidad, arrogancia, presunción, defensa de los pecados, confesión simulada, rebelión, libertad de pecar y costumbre de pecar).
YA Vimos el primer grado de orgullo, que es la CURIOSIDAD, que es ese instintivo deseo de conocer las cosas; y vimos como este vicio de la curiosidad ocasiona terribles consecuencias: vimos lo que le pasó al mismo Lucifer, a Eva, a la mujer de Lot, a Dina, al rey David; recuerden el regaño que hizo, dirigiÉndose a eva, un santo doctor de la Iglesia: “¡maldita curiosidad, que te hizo perecer a ti, a Adán, y a tus descendientes!
“por tu culpa, nacemos para morir, es más, antes de haber nacido ya estamos muertos (pues somos concebidos sin gracia de Dios)”

EL SEGUNDO GRADO DE ORGULLO ES LA LIGEREZA DEL ESPÍRITU, ES EL OJO MALO, que nos hace juzgar ligeramente de todo lo que vemos y oímos.
Y AQUÍ NACE el pecado de la murmuración, consecuencia de esta ligereza de espíritu: al andar curioseando mucho, viendo y escuchando por aquí y por allá (1er. Grado de orgullo), uno comienza a juzgar ligeramente del prójimo (2º.grado de orgullo) y de allí llegamos fácilmente a murmurar contra él.
Recuerden las palabras fuertes de Nuestro Señor contra la murmuración:
“¡Oh maldito vicio, rastrero y bajo, que así traicionas a la pobre alma que está muy lejos de conocer tu negrura! Pero Yo te veo y conozco la hondura de tu vileza; y mi justicia se descargará en el murmurador, hasta quedar pagada y satisfecha.”
DESPUÉS, PROFUNDIZANDO UN POCO sobre este segundo grado de orgullo, que es la ligereza de espíritu, vimos que un santo Doctor de la Iglesia dijo que el andar curioseando, y juzgando ligeramente del prójimo, nos lleva a dos consecuencias:
1º. Que con respecto a los que son superiores o mejores que nosotros, comencemos a sentir cierta ENVIDIA;
2º. Y con respecto a los que son inferiores a nosotros, comencemos a sentir cierta BURLA Ó MENOSPRECIO;
Ya hemos estudiado la Envidia, recuerden lo que dijimos: “La envidia es una peste universal que abunda en el mundo y en las almas. Es un horrible vicio que ciertamente pone a las almas en una pendiente, que si a tiempo no se detienen, se hundirán sin remedio”.

AHORA NOS TOCA ESTUDIAR un poco la Burla. Veamos los siguientes puntos:
1) ¿QUÉ ES LA BURLA?
2) ¿QUIÉNES SON LA FAMILIA Y LOS AMIGOS DE LA BURLA?
3) ¿CUÁNTOS TIPOS HAY DE BURLA?
4) ¿CUÁN GRAVE ES LA BURLA?
Y, a modo de conclusión, veamos algunos REMEDIOS CONTRA LA BURLA

I) ¿QUÉ ES LA BURLA?
“La burla es una mofa sarcástica en la cual el espíritu dominado por Satanás, se goza contra su hermano”. Es un vicio que se anida en los corazones bajos e innobles y es un pecado contra la caridad.
Esta serpiente infernal de la burla vive en todas partes: en las casas, en las calles, en el trabajo, en las escuelas, en los templos, hasta en los conventos.
Y si la burla no se exterioriza, ella sabe vivir en el fondo de los corazones:
“¡cuántos comentarios burlescos se hacen internamente en el fondo de los corazones!”
Este vicio de la burla se despliega contra las personas, las palabras, las acciones, los defectos y hasta las virtudes del prójimo.
La santidad es ordinariamente, el blanco de las burlas del mundo y de los mundanos. A ella van dirigidas sus más envenenadas flechas, y Satanás se goza en afilar sus finas flechas contra todas las virtudes.

II) ¿QUIÉNES SON LA FAMILIA Y LOS AMIGOS DE LA BURLA?
Claro está, la burla es hija de la soberbia. La mejor ayudante de la burla es la Hipocresía, pues ésta le presta la capa con que el burlesco esconde el veneno que inyecta al prójimo.
La mejor amiga del la burla es la murmuración, son compañeras inseparables y caminan siempre unidas, tanto que a primera vista se confunden.
Ambas amigas, la burla y la murmuración, son víboras venenosas que clavan traidoramente sus colmillos en la fama del prójimo.
Si se compara a la burla con la murmuración, la burla es más infame, y arrastra en pos de sí más prosélitos.
¿y quién es el hijo mayor de la burla? El sarcasmo, pero éste es peor que la burla, pues él tiene el refinamiento de su madre.
El sarcasmo es “una mofa satánica que se recrudece en el corazón humano por las más bajas y rastreras pasiones”. El sarcasmo es el colmo de la vileza y de la infamia en un negro corazón. El sarcasmo hiere al alma y la punza con una finísima flecha, haciendo que el alma sangra dolorosamente.
El sarcasmo se anida en los corazones pérfidos, y es tan venenoso, que aunque tiene a su disposición miles de medios para dañar, por la palabra, por el escrito y por otros muchos, sin embargo, no necesita sino una sola sonrisa para envenenar y dejar lastimado el corazón de prójimo.
“Vicio infame al cual le basta una sonrisa para quitar la paz del alma,
Vicio infame que con una sonrisa inyecta su veneno, que con una sonrisa daña y mata; sonrisa finísima, pero que cual envenenado puñal quita a veces la vida de la gracia a las almas, haciendo que pierdan la tranquilidad”

III) ¿CUÁNTOS TIPOS HAY DE BURLA?
- La burla propiamente, cuando se hace con la boca, es decir, con palabras o carcajadas;
- Se le llama IRRISION, cuando la burla se hace con gestos (ejem. frunciendo el ceño) o con ciertos movimientos del cuerpo (taparse la boca con la mano, moviendo la cabeza, etc.)
- Se le llama ILUSION, cuando uno se burla de otro mediante algún engaño (el novio que sale con otra mujer distinta de la novia; este engaño que le hace a la novia es una especie de Burla).

IV) ¿CUÁN GRAVE ES LA BURLA?
Dijo Nuestro Señor a una santa mujer: “Yo odio y aborrezco la burla por ser ella en grado superlativo el refinamiento de la murmuración”.
“El que se burla mancha su lengua y su corazón en la sangre del burlado”.
“Yo soy inexorable sobre el punto de la caridad… por eso detesto la burla y me alejo de las almas que la llevan consigo”.
“Y, ¡ay del que en sus burlas toque al pobre y al desvalido! Yo le pediré algún día estrecha cuenta. De la misma manera se la pediré a quien se burle de mi Religión y de mi Iglesia.
El que tal cosa hiciere tendrá un terribilísimo castigo, y más le valiera no haber nacido”.
¿Qué tan grave es la burla? La burla es pecado grave, y tanto más grave cuanto mayor sea el respeto que se le debe a esa persona sobre quien recaiga la burla.
Por consiguiente:
- La peor de todas es Burlarse de Dios ó de las cosas sagradas, esto es pecado gravísimo, porque también es una especie de blasfemia contra la Religión. Dijo Dios por el profeta Isaías: “¿a quién has insultado y contra quién has alzado tu voz?”, y luego añade: “contra el Santo de Israel”.
- El segundo lugar en gravedad lo tiene el burlarse de los padres.
Dijo Dios en el libro de los Proverbios: “Los ojos del que hace burla de su padre y desprecia a la madre que le engendró, serán arrancados por los cuervos del torrente y comido por los hijos de las águilas”(Prov.30,17)
- Ocupa el tercer lugar por su gravedad la burla que recae sobre los justos (almas buenas), pues esto implica el burlarse de la virtud y de las obras buenas, lo cual es muy nocivo, pues causa que la gente se aleje de la vida virtuosa.

La burla no sólo es pecado contra la caridad, también es pecado grave contra la justicia, cuando causa graves daños o pecados.
Nota: Si la burla se hace sobre un defecto o mal leve, o se hace sin suficiente deliberación, será pecado venial;
E incluso podrá no ser pecado si se hace con moderación y con justa causa.
(ejem. Para que la persona de la cual uno se burla se abstenga de algún defecto o pecado; O cuando uno se burla moderadamente en una honesta recreación).
Sin embargo, aún entre amigos, se exige sobriedad y prudencia en las burlas que se hagan, y más si se prevé que la persona de quien se burla pueda sentirse ofendida, como advierte sabiamente Santo Tomás (q.72,a.2, ad I).

CONCLUSION
Queridos fieles, luchemos contra burla, no caigamos nosotros en esta bajeza.
Una vez dijo Nuestro Señor a una santa mujer: “El burlarse del prójimo es propio de almas viles. Un católico jamás debe hacerlo, ni aún consentirlo en su presencia”.
¿y qué remedios podemos usar para no caer en este vicio?
Bueno, el primero es el Temor de Dios, recordemos siempre lo mucho que detesta Dios a los que se burlan de los demás.
Dice la Sagrada Escritura: “Dios se burla de los burladores” (Prov.3,34) “El que habita en los cielos, se reirá de ellos”(Salm.2,4)
Dice Santo Tomás que esta burla de Dios consiste en castigar el pecado mortal por toda la eternidad, es decir, el infierno.
Y aún cuando Dios no castigara con el infierno a los burladores, recuerden lo que le pasó a uno de los hijos de Noé, y el gran castigo que recibió:
Cam se burló de su padre, pues al embriagarse con el vino y quedarse dormido, quedó al descubierto su desnudez, y viéndolo Cam, se burló y llamó a sus hermanos para que lo vieran.
Cuando Noé se enteró de lo que hizo su hijo Cam, lo maldijo: “Maldito sea Canaán ( Cam y toda su descendencia), esclavo de esclavos será para sus hermanos” (Gen.9,25). Maldición terrible que tuvo consecuencias enormes de generación en generación, y todo por una burla. (Se dice que los africanos descienden de Cam).
Y TAMBIÉN RECUERDEN EL CASTIGO DE DIOS A LOS QUE SE BURLARON DEL PROFETA ELISEO: “Mientras iba subiendo por el camino, unos muchachos salieron de la ciudad y se burlaban de él, diciendo: “¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!”. Él se dio vuelta, los vio y los maldijo en nombre del Señor. Entonces salieron del bosque dos osas, que despedazaron a cuarenta y dos de esos jóvenes”.
Y el otro remedio es tener caridad fraterna con espíritu de fe, hay que ver a Nuestro Señor en el prójimo. Uno puede recordar las veces en las que la Sagrada Escritura nos dice que Nuestro Señor sufrió afrentas y burlas: “Y los hombres que lo tenían (apresado), se burlaban de Él y lo golpeaban” (Lc.22,63). “Entonces lo escupieron en la cara, y lo golpearon, y otros lo abofetearon, diciendo: “adivínanos Cristo, ¿quién es el que te pegó?” (Mt.26,68), ¡que burla tan infame!, “adivina quién es el que te pegó”.
La burla al coronarlo de espinas, doblar la rodilla ante Él, escupirle y pegarle con una caña. Dice la Sagrada Escritura: “Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos y se lo llevaron para crucificarlo”. (Mt.27,31) También los transeúntes se burlaban de Jesús meneando la cabeza e insultándole.(Mt.27,40) “Los sacerdotes (de los judíos) se burlaban de Él, junto con los escribas y ancianos, diciendo:
“A otros salvó, a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel es, baje ahora de la cruz y creeremos en Él” (Mt.27,41-42) “También se burlaron de Él los soldados, acercándose, ofreciéndole vinagre y diciendo: “Si Tú eres el rey de los judíos, sálvate a Ti mismo” (Lc.23,36-37)

Uno, al recordar todas estas burlas, podría con justa razón indignarse contra los burladores, Y decir: “¡qué grave, burlarse de Nuestro Señor! “¿quién se puede atrever a cometer semejante atrocidad?”

Queridos fieles, alejémonos de la burla, pues Nuestro Señor dijo: “En verdad os digo, todo cuanto hiciéreis al más pequeño, conmigo lo hicisteis”
Y esto vale tanto para lo bueno, como para lo malo. Vale al dar caridad al prójimo, vale cuando uno se burla de él.
Queridos fieles, que estas reflexiones nos sirvan para desechar ya la burla,
Y para que nos preocupemos en cubrir las faltas y defectos del prójimo con el velo espeso de la caridad.

jueves, 21 de agosto de 2008

UN EQUÍVOCO

El conflicto surgido entre "obediencia" y verdad reposa, en realidad, sobre un equívoco. Reside en el hecho de identificar falsamente la obediencia debida a la jerarquía con una adhesión a orientaciones impuestas por miembros de la jerarquía contra el precedente Magisterio de la Iglesia. Tomemos el ejemplo del liberalismo y del ecumenismo que inspiran la nueva marcha de la Iglesia y que suscitan la más viva resistencia de los "tradicionalistas".
El liberalismo que defiende la libertad civil de todos los cultos, la cual no sería en sí contraria a los fines de la sociedad, sino "conforme a la razón y al espíritu evangélico" ha sido condenado varias veces por la Iglesia a través del Magisterio de una larga serie de Pontífices, particularmente por Gregorio XVI, Pío IX, León XIII.
El Padre Garrigou-Lagrange agrega en su libro De Revelatione: "Los Soberanos Pontífices siempre enseñaron eso, por ejemplo Bonifacio VIII en la bula Unam Sanctam" (Dz.469), Martín V en la condenación de los errores de Juan Hus y de Wiclef f (Dz 469) y también León X condenando ex cathedra los errores de Martín Lutero..."
Aún en 1967, el Padre Malteo da Casola contaba en el rango de los "cismáticos" que niegan la autoridad del Pontífice Romano en alguna materia en particular, a los "católicos liberales" y "a quien admita el sistema político religioso del liberalismo puro que enseña la absoluta y plena independencia del Estado en relación a la Iglesia". De allí que la "Declaración sobre la libertad religiosa" (Dignitatis Humanae), que se quiere imponer a todo precio a los católicos, fue redactada por “cismáticos".
No entremos en debate. Basta aquí destacar que una mirada rápida sobre los documentos pontificios de los últimos 150 años permite demostrar que la nueva orientación eclesial es obra de una vieja corriente, desde hace mucho tiempo obstinadamente rebelde al Magisterio. Esta corriente, después de que la oposición fue reducida al silencio por medios más o menos honestos durante el Concilio, se instaló en los puestos de comando en el post-Concilio, y exige hoy obediencia a sus propias orientaciones personales, contra todo el Magisterio precedente de la Iglesia. Lo mismo pasa con el ecumenismo irénico de origen protestante que inspira todos los textos equívocos o inaceptables del Concilio antes del revoltijo litúrgico de Pablo VI. Este ecumenismo, que impuso e impone a los católicos las determinaciones más numerosas y graves, fue condenado repetidas veces por la Iglesia a través del Magisterio de León XIII (Testem benevolentiae, Satis cognitum), de San Pío X (Singulari quadam), de Pío XI (Mortalium animos), de Pío XII (Humani generis), No nos detendremos porque lo hemos denunciado e ilustrado suficientemente en este periódico. Pío XII escribía en su Mortalium animos que la caridad "no puede volverse en detrimento de la Fe" y que en consecuencia "la Sede Apostólica no puede de ninguna manera participar de sus congresos (de los ecumenistas), y que de ninguna manera los católicos pueden votar a favor de tales proyectos o colaborar con ellos; si lo hicieran, acordarían una autoridad a una falsa religión cristiana enteramente ajena a la única Iglesia de Cristo."
¿Podemos soportar -continúa el Papa- que sea puesta en arreglos la verdad, y la verdad divinamente revelada? Sería el colmo de la iniquidad. Pues en tal circunstancia se trata de respetar la verdad revelada." Es la demostración del conflicto entre la Verdad y una pretendida "obediencia", conflicto que viven hoy tantos católicos.
En cuanto al "diálogo" que habría que trabar con todos los errantes y todos los errores, no es más que una invención personal de Pablo VI, absolutamente sin precedente en los dos mil años de historia de la Iglesia. No obstante, el católico no tiene el deber de estar en comunión con el Sucesor de Pedro más que en la medida en que él cumple los deberes de su cargo, es decir en la medida en que él guarda, transmite e interpreta fielmente el depósito de la Fe. No tiene ningún deber de estar en comunión con las "adinventiones" (las invenciones - opiniones, puntos de vista, orientaciones personales) del Sucesor de Pedro. Más aún, si esas orientaciones están en conflicto con la pureza y la integridad de la Fe, la fidelidad a Cristo requiere resistir a quien quisiera de alguna manera imponerlas. Esto por la clara distinción que hay que establecer entre la obediencia debida a la autoridad y la adhesión a puntos de vista, a opiniones, a orientaciones personales de los que detentan la autoridad.
Y como no es raro que se aproveche el equívoco descripto aquí arriba para tratar de hacer sentir remordimientos de conciencia a los "tradicionalistas", hoy más que nunca es necesario tener ideas claras sobre el Papado y sobre su función en la Iglesia.

domingo, 17 de agosto de 2008

SEAMOS SAGACES HIJOS DE DIOS

Domingo VIII después de Pentecostés - Julio 2008

Queridos fieles: Nuestro Señor en el Evangelio ha dicho unas PALABRAS TRISTES, palabras muy tristes, pero muy verdaderas: “los hijos de este siglo son en sus negocios más sagaces que los hijos de la luz”. O SEA, LOS HIJOS MUNDANOS, los malos, los enemigos de la Iglesia, son más sagaces que los hijos de Dios, que los católicos que sirven a Nuestro Señor. ¡Qué triste! SÍ, LOS CATÓLICOS SOMOS, en su mayoría, malos administradores de los bienes que Dios nos ha dado.
PARA PROFUNDIZAR ESTA TRISTE VERDAD, volvamos a escuchar la PARÁBOLA y luego expliquémosla: "Había un hombre rico que tenía un mayordomo a quien acusaron ante él de dilapidar sus bienes;le llamó y le dijo: "¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando."Se dijo a sí mismo el mayordomo: "¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas.""Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi señor?"Respondió: "Cien medidas de aceite." El le dijo: "Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta."Después dijo a otro: "Tú, ¿cuánto debes?" Contestó: "Cien cargas de trigo." Dícele: "Toma tu recibo y escribe ochenta." "Y alabó el amo a este mayordomo infiel por su previsión, pues los hijos de este mundo son más sagaces en sus negocios que los hijos de la luz.

EXPLICACIÓN:
EL HOMBRE RICO es Dios. Él es el Señor Universal de todas las cosas Como Creador y Conservador de todo cuanto existe tiene dominio absoluto, universal, de todas las criaturas. “Más son todas las cosas” (Ex.13,2) dijo el Señor a Moisés.

EL MAYORDOMO es el hombre. Dios nos ha confiado la administración de múltiples bienes: -bienes sobrenaturales.- la gracia, la redención, etc. -bienes naturales.- la inteligencia, la voluntad, etc. -bienes del cuerpo.-la salud, belleza, fortaleza -bienes materialesDe todos estos bienes, el hombre no es el dueño absoluto, sólo se le ha confiado la administración de ellos. Debe emplearlos en el servicio de Dios, de donde se seguirá su provecho y recompensa.

¿PERO QUÉ PASA? Que muchos, a semejanza del mayordomo infiel los administran mal. Los emplean en su propio provecho, para satisfacer sus propios gustos y caprichos; para alimentar sus pasiones.

LA CUENTA que se le pide al mayordomo es símbolo del juicio particular, en el cual el Señor dirá a cada uno de nosotros: “Rinde cuentas de tu gestión, pues en adelante ya no podrás ser mi mayordomo”AL LLEGAR LA HORA DE LA MUERTE, se nos quitará el cargo de administradores de la vida, y se nos pedirá cuenta estrecha de cómo la hemos administrado.

REFLEXIÓN: Queridos fieles, ¿qué pasaría si ahora mismo Nuestro Señor nos llamara a juicio? ¿aprobaríamos el tremendo juicio de Dios?
LA LITURGIA DE DIFUNTOS nos hace temer ese momento: “Día de ira, el día aquel…Cuán grande será el terror cuando aparezca el juez…Para sentenciarlo todo con rigor.
El Libro, ya completo, será leído, en el que todo se haya consignado…Cuando el juez se haya sentado, se revelará todo secreto. Nada quedará sin castigo.¿qué he de decir entonces, miserable de mí?¿ a qué abogado recurriré, si aún apenas el justo estará seguro?
Queridos fieles, APROVECHEMOS ESTOS MOMENTOS PARA:
1º. Reflexionar que tan malos mayordomos de Dios hemos sido,y
2º. Aprovechemos el tiempo que aún nos quede de vida, siendo astutos, como el mayordomo de la parábola.

1º. REFLEXIONEMOS QUE TAN MALOS MAYORDOMOS DE DIOS HEMOS SIDO.
Quizás hemos despilfarrado los bienes de nuestro Dios:
(BIENES DEL CUERPO)
• Quizás NO HEMOS EMPLEADO NUESTRA VIDA, NUESTRAS FUERZAS, NUESTRA SALUD en servir al prójimo, en dar limosna al necesitado, en visitar a los enfermos, en ir a la iglesia;
• Quizás no hemos usado nuestro cuerpo, nuestras fuerzas, para hacer penitencia;
• Quizás sólo hemos usado nuestro cuerpo, nuestras fuerzas, nuestro tiempo, para divertirnos, para reír, para jugar, para comer y beber.
(BIENES DEL ALMA)
• Quizás HEMOS USADO MAL la inteligencia que Dios nos ha dado, y la hemos usado para salirnos siempre con la nuestra, para aprovecharnos de los demás;
• Quizás la hemos usado para aprender cosas malas
• Y NO LA HEMOS EMPLEADO en aprender más cosas de Dios, en conocer cómo agradarlo más;
(BIENES DE RIQUEZA)
• Quizás HEMOS USADO MAL los bienes de riqueza que Dios nos ha dado, y hemos gastado el dinero inútilmente, en cosas de vanidad, en casas de juego, bailes, diversiones;
• Quizás lo hemos usado en comprar cosas malas o peligrosas, en vicios, en cosas inútiles;
• Y NO LO HEMOS USADO en ayudar a los pobres, a los necesitados;
(BIENES DE GRACIA)
• Quizás hemos desperdiciado los bienes de gracia que Dios nos ha dado, y NO HEMOS APROVECHADO NUESTRA FE para darle gracias a Dios, para pedirle cosas, para crecer en amor hacia él.
• Quizás hemos desperdiciado muchos buenos pensamientos que Dios nos ha dado, santas inspiraciones, buenos deseos,
• ¡CUÁNTAS RIQUEZAS HA PUESTO DIOS EN NUESTRAS MANOS Y NOSOTROS LAS HEMOS DESPERDICIADO!:
• Dios puso en nuestras manos su MAYOR TESORO, nos dio a su mismo Hijo único, y nosotros lo crucificamos por nuestros pecados;- y cuántas veces después de que Dios nos perdona, nosotros volvemos gustosos a pecar y así volvemos a crucificar a su Hijo.
• NOS HA DADO SU GRACIA, SU GRACIA SANTIFICANTE, que es una participación a su misma vida divina, y por ella nos hacemos hijos de Dios, y nosotros muchas veces la tiramos por el suelo, pues preferimos algún placer ilícito, aunque dure breves momentos.
• Jesús NOS DIO A SU MADRE SANTÍSIMA: “Hijo, ahí tienes a tu Madre”, dijo antes de morir, y nosotros apenas si nos acordamos de Ella, y que flojera nos da el acompañarla rezándole su santo Rosario.
• NUESTRO SEÑOR NOS HA DEJADO LA ORACIÓN PARA QUE NADA NOS FALTARA, y para que todo lo que quisiéramos tener lo tuviésemos: “En verdad, en verdad os digo, todo cuanto pidáis al Padre en mi Nombre lo conseguiréis”, y nosotros casi ni la usamos. Por eso nos quedamos con nuestras miserias.
¡Sí, quizás nosotros somos ese mayordomo que ha dilapidado los bienes de su amo!¡Cuánto los hemos desperdiciado!¡Hemos tirado por tierra la Sangre de Jesús, pues Jesús por su Sangre preciosísima nos adquirió todos estos bienes!Si, somos mayordomos malos, y Jesús nos podría decir como en la parábola: “¿Qué es esto que oigo de ti? Rinde cuentas de tu gestión, pues en adelante ya no podrás ser mi mayordomo”
POR ESO, QUERIDOS FIELES, APROVECHEMOS EL TIEMPO que aún nos quede de vida, antes de que llegue nuestro juicio y tengamos que rendir cuentas de la gestión de nuestra vida, es el segundo punto:

2º.- APRENDAMOS DEL MAYORDOMO DE LA PARÁBOLA:
Él, antes que lo quitaran de su puesto, se hizo amigos con el dinero y con todo lo que administraba, para que después tuviera quien lo recibiera y lo ayudara
"¿Cuánto debes a mi señor?"Respondió: "CIEN MEDIDAS DE ACEITE." El le dijo: "Toma tu recibo, siéntate en seguida y ESCRIBE CINCUENTA."Después dijo a otro: "Tú, ¿cuánto debes?" Contestó: "CIEN CARGAS DE TRIGO." Dícele: "Toma tu recibo y ESCRIBE OCHENTA.
Y por hacer esto, el amo alabó a este mayordomo por su previsión, por su sagacidad;No lo alabó porque siguió aprovechándose de sus riquezas, sino que lo alabó por su astucia: “porque los hijos de este siglo son en sus negocios más sagaces que los hijos de la luz”
Queridos fieles, SEAMOS TAMBIÉN NOSOTROS ASTUTOS como este mayordomo, antes de que seamos quitados de nuestro cargo, antes de que seamos quitados del mundo de los vivientes.
¡Seamos tan astutos en este negocio como los hijos del mundo lo son en sus negocios!¡Aprendamos de ellos!
¿Y qué hacen ellos? ¿qué hacen los hombres del mundo?
- Ellos, cuando tienen un negocio, se sientan y lo planean muy bien
- Hacen un cronograma, un plan de acción
- Se fijan objetivos a corto plazo, a mediano plazo y a largo plazo;
- Calculan los recursos que tienen
- Y ejecutan su plan de acción
Pues nosotros, queridos fieles, ¡hagamos también algo semejante!
- planeemos nuestro negocio, el más importante de todos: el negocio de nuestra salvaciónSi este negocio lo ganamos, todo está ganado; si lo perdemos, todo está perdido,
- Hagamos un plan de acción para salvarnos, para ser santos
- Pongámonos propósitos, primero pequeños, después mayores para cumplir nuestras metas
- Cada uno conoce sus defectos, sus vicios, sus tentaciones, sus caídas más frecuentes, comiencen a combatirlos, poco a poco, consulten con un sacerdote para establecer su plan de acción particular
Por el momento sólo MENCIONARÉ ALGUNAS COSAS GENERALES que pueden poner por obra,cosas generales que pueden hacer a semejanza de los hombres astutos en los negocios del mundo:
1) los hombres del mundo USAN SEGUROS, seguros contra incendios de casa, seguro para los carros, seguros médicos, etc.; quizás nunca se queme la casa, quizás nunca le roben el carro, pero aún así pagan mensualmente el seguro, para no perder mucho en caso de que suceda.
pues nosotros también seamos previsores: tengamos un seguro, o varios seguros para que al morir tengamos asegurada la vida eterna;Quizás nunca se queme la casa, quizás nunca se roben el carro, ¡PERO DE QUE NOS VAMOS A MORIR, ESO SÍ ES SEGURO!, Por eso, este seguro sí lo vamos a necesitar. ¿ y cuál es este seguro?Hay varios:
- el hacer los 5 primeros viernes de mes
- el hacer los 9 primeros sábados
- el tratar de vivir siempre en gracia de Dios, pues como dicen los santos, “normalmente, como se vive se muere”;
- otro seguro es el uso del Escapulario de Nuestra Señora del Carmen con el consiguiente amor y devoción a Nuestra Señora.
Sí, queridos fieles, seamos astutos, si los hombres del mundo tienen seguros, tengamos nosotros también muchos seguros para un negocio mucho más importante.
2) los hombres del mundo en cuanto pueden, NO QUIEREN TENER DEUDAS, quieren saldarlas, si pudiesen, para no tener que pagar intereses;
pues nosotros también hagamos lo posible para no tener deudas:
- CONFESÉMONOS muy seguido para ir borrando todos nuestros pecados y las penas debidas a ellos, que si no las pagamos ahora, tendríamos que hacerlo en el temible Purgatorio; y como dicen los santos: “¡del Purgatorio líbranos Señor!”
- Paguemos nuestras deudas TRATANDO DE GANAR INDULGENCIAS PLENARIAS: recemos el Santo Rosario en familia, recemos el santo Vía crucis;
3) los hombres del mundo hacen INVERSIONES, buscan lo que es más lucrativo y se aprovechan de ello, y allí invierten, y se hacen ricos, muy ricos;
pues nosotros hagamos lo mismo:
- ¿CUÁL ES EL MÁS LUCRATIVO DE LOS TESOROS que tenemos de nuestro Padre celestial?Pues LA SANTA MISA: una sola Misa vale más que ayunar todos los días de nuestra vida, vale más que rezar un millón de Rosarios, vale más que flagelar todo nuestro cuerpo durante todo un año.- Por eso, AMEMOS ASISTIR a la Santa Misa, no faltemos a ella los Domingos, si entre semana podemos asistir a alguna Misa adicional, hagámoslo: EN LA SANTA MISA, JESÚS CON SU SANGRE NOS PURIFICA, nos perdona nuestros pecados, nuestras deudas, nos concede muchas gracias, nos santifica.
- Además, APROVECHEMOS OTRO GRAN TESORO, LA SANTA COMUNIÓN, si estuviésemos bien dispuestos, una sola comunión sería suficiente para hacernos santos; ¡ahora imagínense como sería transformada nuestra alma con la comunión frecuente!
4) los hombres del mundo hacen AMIGOS CON EL DINERO;
Nosotros hagamos algo semejante, como nos lo recomendó Nuestro Señor:
“Así os digoYo, haceos amigos con el inicuo dinero, para que cuando él os faltare, aquellos os reciban en las moradas eternas”
- ¿Quiénes son los amigos que haremos? Pues los pobres y los difuntos;
- A LOS POBRES AYUDÉMOSLES EN CUANTO PODAMOS, y la oración de ellos subirá hasta el cielo a favor de nosotros;
- A LOS DIFUNTOS, mandémosles decir Misas para su eterno descanso, y así ellos también rogarán a Dios para que algún día nos reciba en la morada del cielo.
5) los hombres fuertes del mundo luchan contra sus enemigos, tratan de apartarlos, para evitar que les hagan algún daño a ellos, o a sus proyectos;
Nosotros también luchemos contra nuestros enemigos, contra los demonios, que buscan perdernos en el infierno;Por eso, usemos con frecuencia de LA SEÑAL DE LA CRUZ, usemos AGUA BENDITA, recemos cuando podamos el EXORCISMO DE LEON XIII contra Satanás y los espíritus malignos.
6) los hombres fuertes del mundo HACEN ALIANZAS, para aumentar su poderío, sus riquezas;
Nosotros también hagamos alianzas: Hagamos alianzas con los PODEROSOS ARCÁNGELES del cielo, con los Querubines y Serafines, con todos los otros Ángeles; tenemos a nuestra disposición millones de legiones de Ángeles, que esperan nuestra súplica y oración confiada, para venir en nuestro socorro.Hagamos alianzas CON TODOS LOS SANTOS del cielo, todos son grandes y poderosos, encomendémosles misiones, ¡con semejantes gigantes que cosas no podemos lograr!Ni qué decir si hacemos alguna alianza CON LA REINA DEL CIELO…
7) hombres del mundo, por sus ideales mundanos, han DESGASTADO sus vidas, se han DESVELADO, han SUFRIDO, HAN LLEGADO A DAR SUS VIDAS por alcanzar las cosas vanas que quieren,
Y nosotros:
¿NO NOS DESGASTAREMOS sirviendo al único Dios verdadero?¡NO NOS DESVELAREMOS de vez en cuando para pedir a Dios misericordia por nuestros pecados?¿NO SUFRIREMOS UN POQUITO para satisfacer por nuestros pecados y los del prójimo?¿NO NOS ANIMAREMOS A DAR LA VIDA por amor a Jesús Crucificado, pues Él la dio primero por nosotros?


CONCLUSION
¡OH, TRISTE VERDAD! : “los hijos de este siglo son en sus negocios más sagaces que los hijos de la luz”.
¡Por eso han llegado los malos a dominar el mundo!
Bien decía Edmund Burke: “Lo único que se necesita para que triunfe el mal, es que los hombres buenos no hagan nada”
¡queridos fieles, que en nosotros esto no se quede así¡ ¡ya es hora de hacer algo más!¡PONGÁMONOS MANOS A LA OBRA, seamos astutos el tiempo que nos quede de vida!¡USEMOS LOS GRANDES TESOROS que Dios ha puesto en nuestras manos!¡PARA ASÍ SALVAR NUESTRAS ALMAS, para así ayudar a la Iglesia!Para acelerar el Reinado de Nuestro Señor Jesucristo.

viernes, 15 de agosto de 2008

LOS ORNAMENTOS SAGRADOS: LA ESTOLA Y LA CASULLA

LA ESTOLA. El término. Con el nombre de estola se designaban en la Sagrada Escritura y en general en la antigüedad todas las vestimentas, y más en particular los vestidos preciosos, de fiesta. A partir del siglo IX el término se empezó a utilizar para designar al ornamento que hoy conocemos bajo ese nombre.
Las oraciones. El obispo reviste al diácono con este ornamento diciendo: “Recibe esta blanca estola de la mano de Dios; cumple tu ministerio; pues Dios es suficientemente poderoso para acrecentar su gracia en ti”. Al cruzar las dos partes de la estola sobre el pecho del diácono agrega: “Recibe el yugo del señor, pues su yugo es suave y su carga es ligera”. Revistiendo la estola antes de la Misa, el sacerdote reza: “Concédeme, Señor, la estola de la inmortalidad que he perdido en la prevaricación de nuestro primer padre; y aunque sea indigno de acercarme a tus santos misterios, merezca, sin embargo, las alegrías eternas”.
El simbolismo. La comparación de los textos litúrgicos, muestra que la estola tiene, en la intención de al Iglesia, una significación doble: su posición en torno del cuello hace de ella la imagen del servicio de Dios en el santuario; en la medida en que entre los antiguos era una vestimenta de honor y que aún hoy es un ornamento, es el símbolo de la inocencia necesaria para el cumplimiento de las funciones sagradas, y del vestido de gloria con el que será revestido el siervo bueno y fiel por el Señor en recompensa de sus méritos.
La estola representa el vestido de la santidad con la cual el sacerdote debe servir a Dios y brillar delante de los hombres, y la vestidura de gloria con la que su fidelidad será recompensada en el cielo. Ambos, el vestido de la gracia y de la gloria, componen la estola de inmortalidad que Adán perdió para sí y para sus descendientes y que el Jesucristo conquistó son con su sangre. Si “aquellos que fueron instruidos brillarán como el esplendor del firmamento, los que instruyeron a muchos hombres por la justicia, resplandecerán como las estrellas por toda la eternidad” (Dan. 12, 3).

LA CASULLA. Historia. El principal ornamento del sacerdote para la celebración de la Misa es la casulla. Originalmente tenía una forma muy distinta de la actual. Era una prenda que envolvía completamente al sacerdote, cayendo alrededor de todo su cuerpo; solamente tenía una abertura en el medio por la cual se introducía la cabeza. En el siglo XI se la acortó por sus costados que se empezaron a abrir, tomando la forma de las casullas llamadas góticas. Desde el siglo XVI se acortaron aún más tomando la forma de las casullas actuales.
Las oraciones. El rito de la ordenación y el Misal nos hacen conocer el simbolismo de la casulla. Revistiendo al sacerdote con la casulla todavía plegada en su parte posterior el obispo dice: “Recibe la vestidura sacerdotal que representa la caridad; pues Dios es suficientemente poderoso para aumentar en ti la caridad y la perfección de tus obras”. Más tarde, desplegando completamente la casulla agrega: “Que el Señor te reviste de la estola de inocencia”. Al revestirse con la casulla en sacerdote reza: “Señor, que has dicho: Mi yugo es suave y mi carga ligera, haz que pueda llevar éste de manera tal que obtenga vuestra gracia”.
El simbolismo. La casulla debe ser realizada con telas preciosas y adornada con cuidado, para así ser comparada con la caridad. Esta virtud es la más grande y preciosa de todas; fecunda, ennoblece y transfigura nuestra vida.
Las dos caras de la casulla figuran el amor a Dios y el amor al prójimo, que son una única virtud. El sacerdote es el representante sobre la tierra del amor de Jesucristo, vicarius amoris Christi. Lo que distingue al buen pastor es un amor generoso, magnánimo. Servir a Dios e inmolarse por Él, hacer bien al prójimo y consagrarse a él: esa es la vocación del sacerdote.
En cuanto al amor del prójimo, figurado por la parte posterior de la casulla, el sacerdote lo ejerce sobre todo en la administración del sacramento de la penitencia. Pero para purificar al pecador de sus faltas y reconciliarlo con Dios, el sacerdote debe ser él mismo de una virtud sólida y agradable a Dios por su santidad. Por esta razón el obispo, luego de haber conferido al ordenando el poder de perdonar los pecados, le dice, desplegando la casulla hasta entonces doblada: “Que el Señor te revista de la estola de inocencia”.
Según las distintas épocas del año la casulla lleva colores diferentes: la caridad despierta los afectos y los actos más variados. Es ingeniosa y se esfuerza de hacerse todo para todos para salvar los hombres y ganarlos para Jesucristo (1 Cor. 9, 22). Se alegra con los que están en la alegría y llora con los que lloran (Rom. 12, 15).

miércoles, 13 de agosto de 2008

CARTA A LOS NOVIOS Y ESPOSOS

Matrimonio y sociedad. La célula familiar es la clave del edificio social. De la estabilidad de la familia depende la paz y la prosperidad de un país. No podremos superar la crisis que atraviesa la sociedad actual si no devolvemos a la familia su verdadero lugar, restaurando los valores que le son propios. Es reconfortante para un sacerdote preparar para el matrimonio a jóvenes a quienes una sólida educación católica les ha conducido a la virtud desde su tierna infancia. El sacerdote no tiene nada que añadir, todo está preparado, es simple..... Pero desgraciadamente hay que señalar que incluso en nuestros ambientes encontramos, cada vez más, matrimonios frágiles, que se separan después de algunos años. Me gustaría hablar aquí de estos dramas y sus causas.
Compatibilidad. La célula matrimonial debe basarse en una compatibilidad natural. También es de extrema importancia que los novios pertenezcan a un mismo medio social y que hayan recibido la misma educación. Es un error creer que la armonía de las convicciones religiosas eliminará estas diferencias naturales. Me acordaré siempre de la reflexión que me hizo un hombre separado de su mujer: “Dígales sobre todo, a sus novios, que se casen dentro de su entorno.” ¡No es discriminación sino buen sentido común! Si existe una gran diferencia entre los novios, una vez casados surgirán discusiones y se avergonzarán el uno del otro. El esposo debe estar orgulloso de su esposa y viceversa. Evidentemente no es sólo esta causa. Debe existir una verdadera armonía religiosa entre los esposos. Es imposible pensar en matrimonio si los novios no se comprometen a practicar juntos su religión desde el noviazgo. Hay muchos que comprenden esto y vemos cómo jóvenes vuelven a practicar la religión gracias al ejemplo del otro. Pero no nos equivoquemos, lo que no se ha obtenido antes del matrimonio, nunca o raramente se conseguirá después.
Deberes de religión. Novios, comprended bien que es vuestro deber ir a misa cada domingo, debéis confesaros y comulgar regularmente, y esto antes de casaros. Si no tenéis las mismas convicciones religiosas y el mismo análisis de la crisis de la Iglesia, tarde o temprano os enfrentaréis en estas materias y discutiréis delante de vuestros hijos que corren el riesgo de sufrir gravemente. En un hogar se puede transigir en muchas cosas, pero jamás sobre la adhesión a la verdad católica y su tradición. Así, por ejemplo, un novio no puede de ninguna manera ir a la nueva misa para complacer al que ama. Nosotros los sacerdotes sabemos de muchos padres desgraciados por haber descuidado esta condición durante el noviazgo.
Independencia. Es también importante, para la perdurabilidad del hogar, que los esposos tengan autonomía en relación a su propia familia. El libro del Génesis no hace otra cosa sino confirmarlo: “El hombre dejará a su padre y a su madre y se atará a su mujer y serán una sola carne”.
Así, es impensable afrontar un matrimonio donde el novio no tenga un trabajo que le permita, como jefe de familia, asumir las necesidades materiales de los suyos, es una cuestión de sentido común. La dependencia económica de personas ajenas al hogar es siempre perjudicial porque destruye su autonomía y genera numerosas tensiones.
Jerarquía. El igualitarismo reinante pisotea otra verdad que me gustaría señalar. Existe una jerarquía en la familia: el padre es el jefe y debe ser digno de este papel. Sabrá asociar a su esposa en sus decisiones y evitará tomarlas en una soledad egoísta. En cuanto a la esposa será sumisa a su marido como pide San Pablo. No se trata de una obediencia servil, sino de una sumisión libremente aceptada porque es la voluntad de Dios. El odioso igualitarismo tal como se proclama hoy, es una de las causas principales de divorcio en las familias, pues es origen de independencia, envidia y celos. El esposo es el cabeza de familia y debe seguir siéndolo, la esposa es el corazón. En un cuerpo, la cabeza y el corazón no son iguales pero sí complementarios e inseparables.
¡Novios! Aceptar desde ahora esta verdad, os ayudará a vivir armoniosamente. Hace falta que estéis convencidos, vosotros, futuros jefes de familia, que vuestra esposa e hijos serán las pupilas de vuestros ojos y que deberán estar por encima de vuestro trabajo. Se necesitará vuestra ayuda en la educación de los niños y estos últimos necesitan vuestra autoridad y vuestra disponibilidad. Desde el noviazgo velad por que vuestro trabajo sea compatible con vuestras obligaciones de futuros padres. Muchas familias se tambalean porque el padre regresa muy tarde por la noche.
Sacrificio. Que los hombres tengan cuidado con los ordenadores domésticos que absorben demasiado y vosotras mujeres con ese maldito televisor que impide toda discusión familiar. La falta de comunicación en el hogar crea fisuras que se convierten en grietas y luego en abismos que el tiempo y las pasiones tornarán infranqueables.
El secreto de la felicidad familiar reside en el sentido del sacrificio cristiano. Hace falta que el uno y la otra sepan desde el noviazgo impregnarse de un amor recíproco y casto. Así la gracia del matrimonio podrá expandirse totalmente. Y si algún día alguna dificultad viene a visitaros ésta no os alejará, sino que fortificará vuestra unión.
Tened por seguro que la Iglesia espera mucho de vosotros. Es vuestro futuro hogar donde se formarán los santos y las elites que tanto hacen falta en nuestro impío siglo. El ejemplo de la Sagrada Familia que comtemplais en tiempo de adviento y Navidad os ayudará.
R. P. Christian Bouchacourt

LA PROFECIA DE MALAQUÍAS

Las palabras del profeta. (Cap. I - 10 - 11) El afecto mío no es hacia vosotros, dice el Señor de los ejércitos, ni aceptaré de, vuestra mano ofrenda ninguna. Porque desde Levante a Po­niente es grande mi nombre entre las naciones y en todo lugar se sacrifica y se ofrece al nombre mío una ofrenda pura; pues grande es mí nombre entre las naciones, dice el Señor de los ejércitos.
El Espíritu Santo atestigua en las palabras del Profeta que en la Ley Nueva, ha de suceder un nuevo sacrificio visible en substitución de todas las antiguas ofrendas de la ley anti­gua. Todas las caracteresticas asignadas a ese futuro sacrificio designan con exclusividad el sacrificio del altar, la Eucaristía.
El nombre de la ofrenda que debe substituir las del pue­blo repudiado, (se sacrifica —se ofrece— una ofrenda pura) designa un verdadero sacrificio visible. Principalmente teniendo en cuenta el valor de la palabra hebrea m i n c h a (oblación) que indica un verdadero sacrificio.
El Señor repudia los verdaderos sacrificios de la ley anti­gua, por impuros y defectuosos, prometiendo otro sacrificio que substituyéndolos a todos honre su nombre.
Finalmente, el anuncio profético designa a los nuevos sa­cerdotes que realizarán el nuevo culto y ofrecerán a Dios los sacrificios en justicia. (Cap. III - v - 3).
Características del nuevo sacrificio. Si se consideran las características del nuevo sacrificio preanunciado, sólo corresponden a nuestro sacrificio de la misa. La catolicidad o universalidad del sacrificio: desde Levante a Poniente... en todo lugar se sacrifica y se ofrece... una ofrenda pura se aplica a la letra a nuestra Eucaristía, ofrecida en todas las latitudes del mundo, en contraposición a los sacrifi­cios gentílicos reducidos a pocos continentes, y diversos unos de otros; en oposición a los sacrificios judaicos ofrecidos solo en Jerusalén. Porque el sacrificio debe ser, además, de la misma condición del culto que constituye. La Iglesia de Cristo es ca­tólica, universal y su sacrificio lo es igualmente, pues corresponde a la dignidad del acto cultual único que rinde a Dios el honor de adoración digno de Él.
Predice el Profeta un sacrificio incruento (oblación). La palabra hebrea m i n c h a, traducida oblación, designa una oblación incruenta [como se expone en el Libro del Levítico cap. II] consistente en una ofrenda de flor de harina, aceite e incienso, ofrecida al Señor en olor suavísimo. Esta oblación incruenta, ha de ser el sacrificio único de la Nue­va Ley, su sacrificio característico, ya que debe ofrendarse en todas partes como hostia agradable al Señor. No es otra esta ofrenda, que la oblación de la misa, sacrificio incruento, sin espectáculo de muerte, que por su suavidad y delicadeza, significa la diversa condición espiritual de los hombres del Evangelio; en contraposición a la de los hombres anteriores a Cristo, cuyos altares redundaban en sangre, para que se evidenciase a sus ojos, que aun tenían sin pagar toda la deuda de sus pecados.
La tercera característica enunciada es la pureza de 1a ofrenda (ofrenda pura). Esta nota distintiva no puede referirse principalmente a los oferentes, puesto que los hombres siempre pueden mancharse y contaminarse con el pecado.
Pero nuestra oblación de la Eucaristía, es siempre por sí misma pura y agradable a Dios, pues Cristo es el que se ofrece "inmaculado a Dios" por manos de los hombres. "Esta es aque­lla oblación pura, que no se puede manchar por indignos y malos que sean los que la ofrezcan; la misma que predijo Dios por Malaquías, que se había de ofrecer limpia en todo lugar a su nombre, que había de ser grande entre todas las gentes". (Concilio de Trento. (Ses. XXII - cp , I). (1)
Un nuevo sacrificio para una nueva era. Profecía maravillosamente clara, confirmada por la rea­lidad de nuestra Eucaristía. Pues cuando fue anunciada, la re­ligión universal superaba aun los cálculos de toda sospecha hu­mana; la división de las falsas religiones po­blaban la redondez del orbe.
No predice el profeta la extensión de su religión judía, antes al contrario, de parte de Dios declara la abolición del judaísmo para dar paso al nuevo culto del Mesías. La universalidad de la Nueva Era se caracteriza por el misterio principal que la glorifica, misterio lejano de todos los conceptos e ideas existentes entonces entre los hombres. Tal ha sido siempre la persuasión de la Iglesia católica " columna y fundamento de la verdad " ya desde sus primeros comienzos. La Didaché (del año 80), San Justino en su diálogo con el judío Trífón (R. J. N º 135) apoyan la realidad del sacrificio Eucarístico, entendiendo la admirable predicción del profeta Malaquías.
"Desde el Oriente al Ocaso; dice San Agustín. ¿Qué responderéis a esto? Abrid los ojos finalmente y mirad desde el Oriente al Occidente, no en un lugar, como os había sido or­denado, sino en todo lugar es ofrecido el sacrificio de los cris­tianos, no a cualquier Dios, sino al que lo predijo, al Dios de Israel. Ni en un lugar, como había sido mandado a vosotros en la terrena Jerusalén, sino en todo lugar, hasta en la misma Jerusalén ". (Tratado contra los judíos - Nº 9).

domingo, 10 de agosto de 2008

LA DESTRUCCIÓN DE LOS INSTRUMENTOS DE LA GRACIA

La misión de la Iglesia. La Iglesia tiene la misión de santificar las almas. La santificación de las almas se opera a través de una acción doble, a saber: la transmisión de la Fe y la transmisión de la Gracia. Sin Fe es imposible agradar a Dios, frase de la Sagrada Escritura tomada a su vez por el Vaticano I para explicar la razón de ser de la Iglesia Católica. Sin Fe es imposible agradar a Dios, imposible ser justificado e imposible ir al Cielo, de donde se desprende que es necesaria una entidad para transmitir esta Fe, provista de los atributos extraordinarios de infalibilidad para que así esta Fe no se vea alterada a través de los siglos, y esta entidad es la Iglesia Católica. Junto a esta transmisión de la Fe está la transmisión de la Gracia, gracia santificante que es participación en la naturaleza divina y transmitida a través de los Sacramentos. Los Sacramentos son los canales por los que se vierte en las almas todas las gracias que Nuestro Señor Jesucristo nos ha merecido en la Cruz gracias al Sacrificio perpetuo, renovado en el Santo Sacrificio de la Misa. La Misa ha sido atacada. Han creado una nueva Misa con la participación de expertos protestantes, pues el fin de esta nueva Misa es un fin ecuménico.
La Misa. El autor de esta nueva Misa, Monseñor Bugnini, declaró lo siguiente: “La oración no debe ser un motivo de escándalo para nuestros hermanos separados, por eso vamos a suprimir de la Misa todo lo que puede ser motivo de choque para estos hermanos nuestros”. Dicho de otra manera, todo lo que era una afirmación pura y clara del catolicismo ha sido quitado en la nueva Misa. Y para corroborar esta afirmación del autor de la nueva Misa, ahí tenemos la definición de esta nueva Misa, definición que se encuentra en el primer misal, definición herética, de forma que fue necesario corregirla, tan mala era, pero no fue corregida la Misa que corresponde a esta definición.
Algunas declaraciones de los protestantes sobre la Nueva Misa.
Max Thurian: “En adelante los protestantes pueden usar el Misal romano para celebrar la Cena, teológicamente es posible”. Es decir, la nueva Misa corresponde a la teología protestante.
El profesor Metz, profesor de teología protestante, declara: “Ya que la noción de sacrificio ha quedado como entre sombras, en adelante un protestante puede asistir a la misa sin sentirse extraño”.
El Pastor Viot, presidente de la comunidad luterana de París y también masón insigne, declara. “Nuestros antepasados prefirieron ir a la hoguera antes que aceptar la Misa tridentina”. Opina así pero acepta la nueva Misa.
La Confesión de Augsburgo, en Estrasburgo, propuso a las comunidades luteranas que utilizasen el nuevo misal romano en su celebración litúrgica protestante.
El Sacerdocio. Suprimido el carácter de sacrificio, el sacerdocio se ha visto seriamente afectado. Mas el sacerdocio o el sacerdote es el instrumento para la transmisión de la gracia. Mucho se ha hablado de crisis de identidad y se ha dicho que los sacerdotes no saben ya lo que son. Es verdad, pues han perdido el sentido de la Misa. Cuando la Misa es solamente un banquete, cuando la Misa no es verdaderamente un sacrificio, cuando se está casi seguro que no se da la Presencial real de Nuestro Señor en las Sagradas Formas, ¿cómo es posible que los sacerdotes sigan cumpliendo con su misión sacerdotal? Esta crisis sacerdotal supone un desastre increíble. Podríamos contar innumerables ejemplos de barbaridades cometidas durante las Misas. ¿Se puede hablar de Presencia real en todo el mundo? En determinados países de Europa menos de la mitad...
Vivimos una época inverosímil, en la que a menudo los Sacramentos son administrados inválidamente, y esto vale para los siete Sacramentos.
El Bautismo. Cuando se toma a un niño entre diez y se vierte el agua sobre este niño diciendo que, por supuesto, como el bautismo es una ceremonia de recepción en la Iglesia, basta que lo reciba simbólicamente uno para que los demás sean recibidos también en la Iglesia. Pues bien, en este caso hay sólo un bautismo e incluso se puede dudar de la validez de éste, ya que el bautismo borra en primer lugar el pecado original. Es verdad que nos incorpora al Cuerpo místico, pero en primer lugar borra el pecado original: el agua que se vierte significa este baño, esta purificación del alma respecto al pecado original y respecto a los pecados actuales en el caso de los adultos. Si no se cree ya en el pecado es cierto que el bautismo no tiene ya mucho sentido.

LA MENTIRA

Sermón Domingo XIII después de Pentecostés - Agosto 2008

Queridos fieles, HEMOS HABLADO LA SEMANA PASADA SOBRE LA LENGUA, uno de los grandes dones que Dios nos ha dado. ¡vimos CUÁNTAS COSAS BUENAS PODEMOS HACER CON ELLA!
Con ella podemos transmitir la fe, expresar y defender la verdad; con ella podemos consolar, aconsejar, manifestar nuestro amor a Dios y al prójimo; PERO TAMBIÉN HEMOS VISTO COMO ESTE DON INESTIMABLE DE DIOS, el hombre, que todo lo trastorna y pervierte, lo cambia, a fuerza de abusos, en instrumento de muerte. ¡CUÁNTOS PECADOS, CUÁNTAS TORPEZAS SE PROFIEREN CON LA LENGUA!
PARA AYUDARNOS A DETESTAR más los pecados que provienen de la lengua, PARA QUE NOS ANIMEMOS MÁS a combatirlos y a extirparlos de nosotros, comencemos poco a poco a ver cada uno de estos pecados de la lengua. HOY ESTUDIEMOS EL PECADO DE LA MENTIRA, vicio tan común hoy en día.

Dice la Sagrada Escritura: “El Señor aborrece los labios mentirosos”(Prov.12,22). Y SIN EMBARGO, VEMOS CON DOLOR, que la mayor parte de los católicos hacen muy poco caso de las mentiras, y las profieren a cada paso, unas veces por broma, otras veces para excusar faltas propias ó ajenas; hasta se les llama “mentiras piadosas” para tratar de disminuir su gravedad, pero de piadosas no tienen nada, pues son malditas.

Por todo esto, y para así ADQUIRIR MAYOR CONOCIMIENTO Y ODIO CONTRA LA MENTIRA, veamos los siguientes puntos:
1) ¿Qué es la mentira?
2) ¿Cuántos tipos hay de mentiras?
3) ¿Cómo ha hablado Dios contra la mentira?
4) ¿Qué tan grave es la mentira?

I) ¿QUÉ ES LA MENTIRA?
La mentira es hija de Satanás, pues él es el padre de la mentira en todas sus acepciones. “Fue el demonio el que inventó la mentira, sin haberla oído a nadie” (San Agustín).
La mentira es una epidemia universal que aleja al Espíritu Santo de las almas que la llevan consigo.
Una vez dijo Nuestro Señor a una santa mujer: “La mentira es un enemigo capital del alma que esconde su deformidad, pasando por pequeño y por menos horrible de lo que es. Mucha almas no temen la mentira, la ven sin terror, es más, la ven sin la menor repugnancia, siendo ella una serpiente envenenada que daña al alma, y con secreta malicia la va inclinando por medio de la frialdad y de la tibieza al pecado mortal.”

LA MENTIRA es cuando uno habla contra lo que uno piensa, con intención de perjudicar o de engañar.
LA MENTIRA PUEDE EXPRESARSE con palabras, con señales y gestos, con escritos, con maneras de actuar, y a veces hasta con el silencio.
SE PUEDE INCLUSO MENTIR DICIENDO LA VERDAD; por ejemplo: si uno afirma como verdadera una cosa que en realidad sí es verdadera pero que él cree que es falsa.

II) ¿CUÁNTOS TIPOS HAY DE MENTIRAS?
Hay tres tipos de mentiras, división que se hace según el motivo ó el fin por el que la persona miente: mentira jocosa, mentira oficiosa y la mentira perniciosa.
LA MENTIRA JOCOSA es la que se dice para bromear ó para divertir a los demás;
LA MENTIRA OFICIOSA es la que se dice para sacar algún provecho para uno mismo ó para utilidad de otro;
Y LA MENTIRA PERNICIOSA es la que se dice con intención o peligro de perjudicar al prójimo.
Cuando la mentira se dice en un juicio, se llama FALSO TESTIMONIO;
puede ser también acompañada de PERJURIO; ésta es la peor, la más nociva de todas y la más culpable delante de Dios.

HAY OTROS TIPOS DE MENTIRAS: La simulación, la jactancia, la ironía mentirosa y la adulación.
LA SIMULACIÓN es cuando se miente por medio de las obras; es decir, cuando alguien, por medio de sus acciones externas, intenta dar a entender a otros, otra cosa diferente de lo que realmente piensa en su mente. Por ejemplo Judas Iscariote, quien da un beso a Nuestro Señor antes de entregarlo, el beso simula que lo ama y respeta, cuando en realidad lo está traicionando. DIJO SAN AGUSTÍN: “La mentira no consiste solamente en palabras falsas, sino también en las obras fingidas, por ejemplo, es una mentira llamarse cristiano, y no obrar como tal”.
Hablando de la simulación, una vez dijo Nuestro Señor: “La simulación es muy odiosa para Mí”… “Desgraciadamente, muy general es este vicio, sobretodo en las mujeres: ellas son por naturaleza un compuesto de simulación y fingimiento, más o menos refinado, que sólo la virtud y la santidad son capaces de echarla por tierra”.
LA SIMULACIÓN TIENE UNA HIJA PREDILECTA, LA HIPOCRECÍA,
Que consiste en fingir virtudes o cualidades que no se tienen. La hipocresía era el pecado de los fariseos, cuya raza no se ha extinguido aún.
Una vez dijo Nuestro Señor: “La hipocresía es el vicio mismo, es Satanás cubierto con la máscara de los sentimientos más puros, nobles, elevados y aún santos. La hipocresía es un montón de podredumbre asquerosa e insoportable, cubierto con capa de finísimo oro; es una víbora dentro de un estuche de preciosas perlas”.
LA JACTANCIA es cuando alguien, por medio de sus palabras, miente exagerando las cosas; dice más de lo que en realidad es.
LA IRONÍA MENTIROSA, que es cuando alguien, por medio de sus palabras, dice menos de lo que en realidad es. Por ejemplo: cuando alguien dice y asegura de sí, un defecto o cosa mala que en realidad no tiene; o cuando niega de sí algo bueno que en realidad sí tiene.
LA ADULACIÓN, que es cuando alguien alaba falsamente ó exageradamente a otra persona.

III) ¿CÓMO HA HABLADO DIOS CONTRA LA MENTIRA?
DIOS HA HABLADO FUERTEMENTE contra la mentira:
“Guárdate de proferir mentira alguna” (Eccli.7,14)
“El Señor abomina los labios mentirosos” (Prov.12,22)
“Seis son las cosas que abomina el Señor…, y otra además le es detestable… el que forja embustes” (Prov.VI,16 y 19)
“Perecerá el que habla la mentira” (Prov.19,19)
“Fuera los perros y los hechiceros… y (también) todo aquél que ama y platica la mentira”(Apoc.22,15)
“A todos los embusteros su suerte será en el lago que arde con fuego y azufre”(Apoc.21,8)
PARA RESUMIR LO FUERTE QUE DIOS HA HABLADO contra la mentira y contra los mentirosos, no olvidemos lo que Dios nos dio a entender: de que todo mentiroso es hijo del demonio; PUES NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO DIJO a los fariseos: “Ustedes tenéis por padre al demonio, … pues él es mentiroso y padre de la mentira”. (Jn. 8,44)

IV) ¿QUÉ TAN GRAVE ES LA MENTIRA?
LA MENTIRA ES MALA POR SU PROPIA NATURALEZA; jamás puede estar permitida, aunque con ella se pudiese salvar al mundo entero.
DIJO DIOS: “No hay que hacer males para que vengan bienes”.
DIJO SAN GREGORIO: “Toda mentira es mala e injusta, pues, todo lo que es contrario a la verdad, lo es también a la justicia”.
SANTO TOMAS dice que la mentira es mala por tres razones:
a) mala en relación a Dios,
b) mala en relación al fin por el cual Dios nos dio la facultad de hablar
c) mala en relación al prójimo

a) mala en relación a Dios, pues se opone a Él, que es la Verdad suprema y eterna;
b) Pero también es mala porque se opone a la misma razón de ser de la palabra, instituida por Dios, que es manifestar al prójimo nuestros pensamientos y deseos.
c) Y también la mentira es mala, porque engaña al prójimo, hace perder la confianza en el prójimo y daña la vida social, al generar muchas sospechas e incertidumbres.

¿Y QUÉ TAN GRAVES SON LAS MENTIRAS?
LAS MENTIRAS JOCOSAS (las que se hacen por divertirse) normalmente son pecados veniales, pero pueden llegar a ser pecados mortales por causa de algunas circunstancias particulares, por ejemplo si éstas mentiras causan gran escándalo.
NOTA: Si durante las bromas, las otras personas se dan cuenta de que lo que se dice es mentira, y por eso no lo toman en serio, estas “mentiras jocosas” no son pecado.

LAS MENTIRAS OFICIOSAS (las que se hacen para sacar algún provecho), serán pecado venial ó mortal, dependiendo de que la mentira sea pequeña o grande.
Ejemplos:
- Si la mamá le pregunta a su hijo si ya hizo la tarea, y él, para sacar provecho (para que lo dejen jugar, o para que no lo castiguen) miente, entonces la mentira será pecado venial.
- Si la hija miente en su provecho y dice a sus papás que ella irá a estudiar a casa de alguna amiga, cuando en realidad ella se irá a bailar, entonces el pecado es grave.

LAS MENTIRAS PERNICIOSAS (las que se hacen para causar daño), son más graves, y son pecado mortal cuando el daño que le causan al prójimo es grande.
Las mentiras perniciosas más graves son las que le causan daño al honor de Dios y a las cosas de la Religión.
EJEMPLO DE MENTIRA PERNICIOSA que dañó el honor de Dios: Moisés envió a la tierra prometida unos exploradores. Cuando regresaron, ellos dijeron que aquella tierra tragaba a sus moradores, y que estaba poblada de gigantes y de monstruos; Por este relato pernicioso, el pueblo israelita se amotinó y murmuró contra Dios, pues decían que Dios los había sacado de la tierra de Egipto para después hacerlos perecer en esas otras tierras.
Y Dios castigó a los exploradores que dijeron esta mentira perniciosa y exagerada, pues cayeron muertos repentinamente en el desierto.

NOTA: Hay algunas expresiones que debido al uso común de la gente, ya no significan siempre lo que expresan, sino que se han hecho ambiguas; por ejemplo:
- una persona llama por teléfono y pregunta por alguien y se le dice “no está en casa” cuando en realidad sí está en la casa;
- ó cuando alguien pide limosna y uno le dice “no tengo”;
Este tipo de expresiones, los autores dicen que no son propiamente mentiras; pero hay que tener cuidado con no escandalizar a los niños y a la gente sencilla, pues ellos no entienden estas distinciones y para ellos sí son mentiras.

CONCLUSION
Queridos fieles, POR TODO ESTO que hemos recordado, ¡tengamos horror a la mentira!
DIJO DIOS: “¡Oh, hijos de los hombres!, ¿hasta cuándo seréis de estúpido corazón? ¿por qué amáis la vanidad y vais en pos de la mentira?”
Queridos fieles, NOSOTROS AMEMOS LA VERDAD. Pues los que aman la verdad, tendrán un lugar en el Reino de los cielos.
EL REY DAVID, en sus Salmos, le preguntó a Dios: “¡Ah, Señor! ¿quién morará en tu celestial tabernáculo?” (Salm. 14,1) Y EN SU MISMA INSPIRACIÓN, DIOS LE RESPONDIÓ: (¿quién morará en mi celestial tabernáculo?, pues) “Aquel que habla la verdad que tiene en su corazón,
Y no ha forjado ningún dolo con su lengua” (Salm.14,3)

Para terminar les cuento una anécdota sobre San Saba, el mártir de la mentira piadosa, pues murió para que no se ofendiera a Dios con una pequeña mentira:
Hace muchos siglos, Atafarico, rey de los godos, ordenó una matanza de cristianos. Hacían pasar por la región, un carro con la estatua de un ídolo, todos los que no salían para adorarla eran asesinados.
En una región vivía un hombre muy santo: Saba. Los paganos que vivían en esa región lo admiraban por sus virtudes y por su caridad. Querían a toda costa salvarle la vida. Pero sabiendo que él nunca se dejaría persuadir a la apostasía, pensaron ir a comunicarle a los oficiales imperialistas, que por aquél lugar no había ningún cristiano, y que por lo tanto sería un trabajo inútil ir con el carro y con el ídolo. Apenas se enteró el santo de esta intención que tenían, comenzó a gritar: “¡Desgraciados! ¿qué habéis planeado? ¿queréis decir una mentira para salvarme? ¿queréis ofender a Dios para conservarme la vida? ¿qué es mi vida y todo el mundo para preferirla a la gloria del Señor?”
Tiempo después, cuando llegó el carro con el ídolo, y para evitar que dijesen alguna mentira, él mismo salió al encuentro de los oficiales gritando: “Yo no adoraré al demonio. Yo no comeré las carnes a él sacrificadas”. Y entonces, lo mataron.

Queridos fieles, ¡qué gran ejemplo para nosotros! ¡qué gran amor por la gloria de Dios! ¡qué gran odio y horror contra el pecado, aunque fuese pequeño!
Queridos fieles, aborrezcamos la mentira, tengamos gran amor por la verdad, esto nos hará muy amigos de Dios y nos asegurará un lugar muy cerca de Él en la vida eterna.

viernes, 8 de agosto de 2008

ADORACIÓN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Oh misericordiosísimo Corazón de Jesús Eucarístico, por el purísimo corazón de María Inmaculada, y desde lo más profundo de mi alma, te ruego y te suplico, te dignes disponerme y confortarme, con abundantes gracias, para hacer y ofrecer esta adoración reparadora con verdaderos afectos de fe, esperanza y caridad para con las dolidas y prisioneras almas del purgatorio que imploran el beneficio de tu sangre preciosísima, oh Jesús, y el fruto de los dolores de Maria, tu Inmaculada y Santa Madre.
Si, mi Jesús, esa sangre y esos dolores que fueron tan eficaces en el calvario para la humanidad entera sírvales de alivio a aquellas infelices prisioneras. Pues esa sangre, esos dolores, o mejor, esos vuestros Sagrados Corazones martirizados al unísono, rompieron todo lazo de iniquidad, librándonos del imperio y esclavitud de satanás y nos hicieron hijos verdaderos del Dios inmortal, del Dios del amor.
Por eso ahora quiero unir mi humilde adoración reparadora a tu Sagrado Corazón, y al purísimo Corazón de tu Madre Inmaculada. Así, a ellos unida, ésta, mi adoración, servirá para reparar las faltas por las que están detenidas las almas de muchos hermanos míos. Redimidos por ti, sufriendo la mayor, la indecible pena de no poder verte, Jesús amadísimo, están separados lejos del fin para el que fuimos creados: alabarte, bendecirte, glorificarte y gozarte por siempre a Ti, Jesús, que con el Padre y el Espíritu Santo eres nuestro Dios. Amen

LA BATALLA DE LEPANTO

La amenaza turca. Desde que los otomanos unificaran el Islam desde la península de Turquía, sus conquistas en Europa se sucedieron una tras otra ocupando Macedonia, Bulgaria, Serbia y Bosnia. En 1453 cayó Constantinopla, el último recuerdo del Imperio Romano de Oriente, seguida de Valaquia, Besarabia, Bosnia y Hungría hasta que en 1529 los jenízaros fueron detenidos ante Viena. En el Mediterráneo la situación era análoga, las galeras turcas imponían su ley y las incursiones berberiscas desde Túnez, Argelia y Marruecos no respetaban ninguna costa.
En 1566 llegó al trono de la Sublime Puerta el Sultán Selim, quien alentaba la idea de una guerra santa con argumentos religiosos panislamistas muy semejantes a los argumentos contrarreformistas de Felipe II.
Frente al peligro turco el Papa San Pío V convocó una alianza de las potencias cristianas. La alianza tendría validez por un período inicial de tres años, durante el cual se reuniría una gran flota cuyo mando se otorgó a Don Juan de Austria, hermano bastardo del rey Felipe II.
El día 15 de Septiembre, Don César Dávalos fue destacado hasta la isla de Corfú como vanguardia con un cuerpo de galeras marinadas por Gutiérrez de Argüello. La salida definitiva de la Flota se realizó al día siguiente y la armada fue despedida con el repique de las campanas de Mesina y salvas de los castillos
El comienzo de la expedición. La flota hizo otra escala en la isla de Cefalonia donde encontraron un bergantín veneciano por el que se supo que Famagusta, en Chipre, se había rendido dos meses atrás. Los turcos habían hecho esclavos a los soldados, ejecutando a los oficiales, mientras que a Marco Antonio Bragadino, comandante de la plaza, le cortaron la nariz y las orejas para luego ser desollado vivo y su piel rellena de paja, colgada en la nave insignia turca.
Llegaron noticias de Gil de Andrada, quien había sido enviado con cuatro galeras para localizar al enemigo, de que la flota turca estaba concentrada en los golfos de Corinto y Patrás, que los italianos conocían conjuntamente con el nombre de Lepanto. En la galera de Barcelona La Real se celebró consejo de guerra en el que Andrea Doria y Requesens fueron partidarios de no presentar batalla. Don Juan de Austria los desoyó diciendo: "Señores, ya no es hora de debates sino de combates".
La más alta ocasión que vieron los siglos. Se oyó un cañonazo en el lado turco entendido por Don Juan de Austria como el desafío de La Sultana y ordenó contestar con otro desde La Real como señal que aceptaba el reto. Don Juan pasó a una fragata para comprobar el orden del ala derecha mientras Requesens hacía lo mismo en el lado opuesto. Don Juan se dirigió a los venecianos diciendo: "Hoy es día de vengar afrentas; en las manos tenéis el remedio a vuestros males. Por lo tanto, menead con brío y cólera las espadas". Dirigió a Veniero palabras afectuosas y éste le prometió esforzarse más que nadie en los sucesos que se avecinaban. A los españoles Don Juan les dijo: "Hijos, a morir hemos venido, o a vencer si el cielo lo dispone. No deis ocasión para que el enemigo os pregunte con arrogancia impía ¿Dónde está vuestro Dios? Pelead en su santo nombre, porque muertos o victoriosos, habréis de alcanzar la inmortalidad".
El combate de las dos naves insignias. Cuestiones de honor exigían que los almirantes se enfrentaran directamente nave contra nave y en muchas ocasiones el resultado de este combate dictó la suerte de toda la batalla. Don Juan se adelantó con La Real y reconociendo la capitana de Alí por su estandarte, mandó bogar con más fuerza. El choque fue terrible y La Sultana llegó con su espolón hasta el cuarto banco de la cristiana, pero aún más terrible fue la matanza que hizo la artillería de La Real pues a la segunda descarga no quedaba nadie sobre la crujía de La Sultana.
Mientras tanto, de la capitana de Génova solo pudo saltar un soldado español, Alonso Dávalos, al abordaje de una galera turca ganándola él sólo antes de recibir ayuda. En la enfermería de la San Juan de Sicilia se hallaba el sargento Martín Muñoz y saltando de la cama dijo que no quería morir de calentura, subió al abordaje de una galera donde mató a cuatro turcos. Pasado el palo mayor y herido de nueve flechas, una bala le arrancó una pierna y sentándose a morir dijo: "Señores, que cada uno haga otro tanto".
Por fin, con los soldados que traía Don Álvaro los españoles por fin consiguieron pasar del palo mayor de La Sultana y conquistando el castillo de popa, el capitán Andrés Becerra se hizo con el estandarte turco. Alí Pachá recibió un disparo en la frente y un galeote de los liberados para combatir le cortó la cabeza y se la presentó a Don Juan ensartada en una pica. La noticia de la conquista de La Sultana y la muerte de Alí Pachá pasó de una nave a otra y los turcos comenzaron a dar por perdida la batalla.
La intercesión de Nuestra Señora. Esto sucedió un 7 de octubre de 1571, y en acción de gracias el Papa San Pío V mandó celebrar la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias, hoy fiesta de Nuestra Señora del Rosario.

lunes, 4 de agosto de 2008

LA MESA Y EL ALTAR EN LA REFORMA LITÚRGICA

Las mutaciones acaecidas en la estructura y en el lugar del altar como consecuencia de la reforma litúrgica arguyen las variaciones acaecidas en la mentalidad eclesial, sean conscientes o inconscientes. Como hemos señalado muchas veces, las ideas se mueven según una mecánica interna propia e inevitable.

Una primera idea que anduvo descarriada es la del altar como base compacta, elevada y excelsa sobre la cual inmolar el sacrificio. El altar simbolizaba el "monte de Yahvé ve” (...) sobre el que Abraham de disponía a sacrificar a su hijo en obediencia al Señor, y representaba también la altura del Calvario del Dios-hombre. Al altar estaba conectada la idea de la estabilidad, eternidad y excelsitud de Dios. (...) El altar estaba “in excelsis”, era el sitio del sacrificio y llevaba los signos de la inmutabilidad de Dios. Y siendo el lugar de la Eucaristía, le correspondía la posición más digna, más eminente y más visible de todo el templo.
Sé bien que la estructura y el sitio del altar variaron a lo largo de los siglos, y que la actual disposición procede sustancialmente de Trento; pero no creo que solamente por probarse la preexistencia en la Iglesia de una opinión o una costumbre sucesivamente caducadas haya motivo para retornar a aquella modalidad ya pasada. Para resucitar una forma antiguamente existente es necesario que ésta, al ser resucitada, realice más completamente que las actuales el sentido de la fe y las creencias de la Iglesia. De hecho muchas formas de vida en la Iglesia histórica representan un grado inferior de ese conocimiento de la fe y de ese “sensus Christi” que se desarrolla progresivamente en la Iglesia. Volver a ellas implicaría un paso retrógrado. (...) Ahora bien, la perfecta comprensión del dogma eucarístico y la necesidad de venerar, adorar y custodiar con sumo cuidado el Sacramento está ciertamente menos presente en la reforma conciliar.

En primer lugar se ha perdido la idea de la elevación del altar: habiendo prevalecido el significado asambleario de la Misa sobre su carácter sacrificial, la grácil, sencilla y móvil mesa ha eliminado el compacto, monumental, e inmóvil altar. Éste es abatido (si las autoridades civiles no lo defienden por razones artísticas), separado de la mesa, y reducido a frontal; o bien conservado, pero anulado funcionalmente detrás del nuevo.
En segundo lugar, en vez de en un sitio elevado y dominante, el “altar” es colocado en el fondo del templo y dominado (como en un teatro es dominada la escena) por las gradas del patio destinado al pueblo.
En tercer lugar, el Sacramento (otrora conservado en un tabernáculo sobre el altar) ha perdido el sitio central, el más digno, y es colocado al lado de la mesa o en una capilla secundaria no inmediatamente reconocible; o bien se lo deja en el tabernáculo central antiguo, que viene ahora a encontrarse a espaldas del celebrante.

El “altar” cara al pueblo es la variación más importante ocurrida después del Concilio. La reforma misma lo declaraba "no indispensable", y ordenaba la conservación del altar primitivo cuando razones históricas, artísticas o religiosas lo aconsejasen; finalmente prohibía la constitución de dos altares, uno delante del otro, en un mismo presbiterio. Sin embargo en casi todas partes donde no lo impidió la autoridad civil, se demolieron los antiguos altares o cuando menos se duplicaron en el mismo presbiterio, plantando la mesa para poder celebrar cara al pueblo.
El altar cara al pueblo estaba admitido por la liturgia incluso antes de la reforma, pero al parecer subordinado a la orientación del edificio, ya que las rúbricas dicen: "Si el altar está hacia el oriente cara al pueblo". Pero la posición del celebrante debe respetar la preeminencia absoluta del Sacramento, tanto si la asamblea se reúne en torno al sacerdote como fue antiguamente (y es recordado todavía por el término “omnium circunstantium” del canon), como si el pueblo de Dios se agolpa detrás o delante.
El “altar” cara al pueblo presenta graves inconvenientes. Si está plantado delante del altar antiguo (como a menudo sucede) que contiene el tabernáculo, es un agravio que el celebrante le dé la espalda al Sacramento para volver la cara al pueblo. Se verifica entonces la "abominación" execrada en Ez. 8, 16, cuando los sacerdotes sacrificaban dando la espalda al Sancta Sanctorum. El agravio aparece más manifiesto si se tiene en cuenta que en la Ley Antigua se trataba de un Sancta Sanctorum prefigurado, y aquí del Santísimo real. Y más aún si se recuerda que para no volver la espalda al Santísimo los púlpitos se construían en el lateral de la nave (...).

Pero prescindiendo de la irreverencia al Sacramento, una celebración “cara al pueblo” padece otros inconvenientes. Los espacios en los cuales nos movemos son también espacios de emociones y de valores, porque el espacio universal base de todos los entes corpóreos no sólo está diferenciado por sus términos físicos, sino por significados metafísicos que fundamentan su simbolismo (que a su vez constituye la cara inteligible de lo sagrado). Lo de delante, por ejemplo, es esperanza, y lo de detrás, sospecha; la derecha favor, la izquierda desventura; lo alto es lo divino, lo bajo es el mal; lo recto es la verdad, lo oblicuo es la incertidumbre, etc. Así, en la liturgia, posiciones y disposiciones, tanto de los objetos como de las personas, tienen significados profundos que pueden convenir o no a la realidad de lo sagrado. Que el sacerdote vuelva la cara hacia el pueblo y el pueblo hacia el sacerdote crea una situación totalmente distinta respecto a cuando ambos tenían la misma orientación. La celebración cara al pueblo rompe la unanimidad de la asamblea. En el rito preconciliar de la Misa sacerdote y fieles están todos juntos vueltos hacia Dios, que está delante y por encima de todos. Están en disposición jerárquica y tienen una visión teotrópica. En la nueva Misa "à l'envers" (como decía Claudel), la asamblea y el sacerdote se vuelven hacia el hombre y hacia el rostro del hombre. Se corrompe así la unanimidad de la Iglesia, porque el Dios hacia el que se vuelve el pueblo está, por así decirlo, al revés de aquél hacia el que se vuelve el sacerdote. La derecha del sacerdote es la izquierda del pueblo. El celebrante está en presencia de un Dios al cual el pueblo vuelve la espalda, y al revés, el pueblo está en presencia de un Dios al cual vuelve la espalda el celebrante. Ciertamente se puede prescindir de esta figuración y centrar los pensamientos en la Hostia del sacrificio; pero la piedad natural humana procede por figuraciones e imagina personas. Se corrompe la unanimidad de la Iglesia, que no consiste en la consideración recíproca de sus miembros, sino en mirar a Dios todos juntos. Se reduce la Iglesia a comunidad de concentración, cuando en realidad es comunidad de proyección hacia un único punto trascendente.

LA LENGUA

Sermón Domingo XII después de Pentecostés - Agosto 2008

Queridos fieles, en el Evangelio, un doctor de la Ley le preguntó a Nuestro Señor qué es lo que había que hacer para entrar en el Reino de los cielos, ustedes ya saben bien la respuesta:“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu entendimiento; y a tu prójimo como a ti mismo”; es decir, hay que amar a Dios con todas nuestras facultades, con todas nuestras potencias: usando para ello toda nuestra inteligencia, toda nuestra voluntad, nuestra memoria, todos nuestros sentidos, etc.
Pero queridos fieles, hay una parte de nuestro cuerpo que muchos no la usan bien para amar a Dios y al prójimo, es una parte pequeña pero poderosa, me refiero a la lengua.
LA LENGUA ES, SIN DUDA ALGUNA, UNO DE LOS GRANDES DONES QUE DIOS NOS HA DADO:
- por ella expresamos nuestros pensamientos, nuestros deseos
- por ella nos comunicamos con nuestros semejantes
- por ella se puede transmitir la verdad, calmar las discordias
- por la lengua podemos instruir al ignorante, iluminar al que yerra, enderezar al descarriado, aconsejar al que duda,
- por la lengua podemos consolar al afligido, tranquilizar al furioso, reprimir al delincuente;
- por la lengua podemos alabar a Dios, darle gracias, pedirle sus dones
¡LA LENGUA, QUÉ GRAN DON DE DIOS! ¡Cuántas cosas buenas podemos hacer con ella!
UN AUTOR EXCLAMA que la lengua es la fuente de las más nobles y santas virtudes:“La lengua es fuente de verdad, cuando revela sin engaño los más íntimos afectos del alma;Es fuente de caridad, en cuanto expresa nuestros sentimientos de amor para con Dios y para con el prójimo;Fuente de equidad, en cuanto defiende al inocente y condena al culpable;Fuente de piedad, en cuanto consuela al afligido y corrige al que yerra;Fuente de amistad, en cuanto introduce la benevolencia y la unión entre los hombres;Fuente de religión, en cuanto tributa los debidos honores a Dios, canta sus alabanzas, celebra sus magnificencias e implora sus bendiciones;La lengua confiesa, predica y defiende la fe;Convierte a los infieles, confirma a los fieles, corrige el vicio y ensalza la virtud”.
VEAN, QUERIDOS FIELES, ¡QUÉ HERMOSO DON ES LA LENGUA!“Es instrumento del culto, vehículo de la gracia, fuente de méritos, instrumento de justicia, ministro de las virtudes, guía del hombre, mensajera de gloria, vinculo social y origen de todos los bienes”.
PERO, ¡OH FATAL PROPENSIÓN DE NUESTRA CORROMPIDA NATURALEZA!Este don inestimable de Dios, que es el más bello ornamento de la vida,El hombre, que todo lo trastorna y pervierte, lo cambia, a fuerza de abusos, en instrumento de muerte.
LA MENTIRA, LA MURMURACIÓN, LA CALUMNIA Y LAS HORRENDAS TORPEZAS que profiere con la lengua, hacen que la parte más noble del cuerpo venga a ser la más ruin, y que la fuente de todo bien, se convierta en raudal de infinitos males.Bien lo dijo Dios en el libro de los Proverbios: “La muerte y la vida están en poder de la lengua” (Prov.18,21).
QUERIDOS FIELES, ¿CÓMO USAMOS NUESTRA LENGUA? ¿LA USAMOS PARA PRACTICAR LAS VIRTUDES que hemos mencionado? Usamos la lengua para decir la verdad, para consolar, para ayudar, para aconsejar, para manifestar nuestro amor; ¿NO SERÁ ACASO QUE MUCHAS VECES UTILIZAMOS NUESTRA LENGUA PARA TODO LO CONTRARIO? Quizás la usamos para engañar a la gente, para insultar, para dañar la fama del prójimo.
QUERIDOS FIELES, DEL BUEN GOBIERNO DE NUESTRA LENGUA depende nuestra salvación y la de muchas almas; Y POR EL CONTRARIO, SU MAL USO nos puede sumergir más hondo, a nosotros y a nuestro prójimo, en los abismos infernales.
POR ESO, PARA ESTAR BIEN ADVERTIDOS DEL GRANDE MAL QUE HACE LA LENGUA y los pecados que provienen de ella, y así poder precavernos de ellos, veamos los siguientes puntos:
1) Recordemos las palabras de Dios contra la lengua maligna
2) Veamos cuántos daños ocasiona la lengua
3) ¿Cuáles son algunos de los engendros malignos de la lengua?4) Recordemos algunos castigos de Dios a los que han pecado con su lengua

I) RECORDEMOS LAS PALABRAS DE DIOS CONTRA LA LENGUA MALIGNA
DIOS DIJO LO SIGUIENTE POR EL APÓSTOL SANTIAGO: “La lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas.Mirad cuán pequeño es el fuego que incendia un bosque tan grande.También la lengua es fuego: es el mundo de la iniquidad. Puesta en medio de nuestros miembros, la lengua es la que contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la vida, siendo ella a su vez inflamada por el infierno.Todo género de fieras, de aves, de reptiles y de animales marinos se doma y se amansa por el género humano; pero no hay hombre que pueda domar la lengua.
La lengua: incontenible azote, llena está de veneno mortífero. Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, hechos a semejanza de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición.No debe, hermanos, ser así. ¿Acaso la fuente mana por la misma vertiente agua dulce y amarga? ¿Puede, hermanos míos, la higuera dar aceitunas, o higos la vid? Así tampoco la fuente salada puede dar agua dulce”. (Sant.3, 5 y ss)

II) ¡VEAMOS CUÁNTOS DAÑOS OCASIONA LA LENGUA!ESCRIBE UN AUTOR: “Tan pronto como la lengua traspasa los límites prescritos, se convierte en un instrumento de destrucción, que no perdona cosa humana ni divina”.
DIJO SAN BASILIO: “La lengua encierra todos los males, enciende el fuego de las pasiones, destruye lo bueno y es un instrumento del infierno”.
DIJO SAN BERNARDO: “La lengua se desplaza como el águila, penetra como la flecha, destruye a los amigos y multiplica los enemigos, promueve quimeras y siembra discordias; La lengua, de un solo golpe hiere ó mata a varios;
Escribió un autor: “¡Oh terrible y fatal poder de la lengua ! Por ella perece la santidad del sacerdote, la seriedad del anciano, la equidad del jurista, la probidad del comerciante, el pudor de la mujer, la fidelidad del amigo; por ella perecen, en fin, todas las virtudes de los hombres”.“La lengua, ella, nadie más que ella, es quien suscita las discordias, promueve las herejías, enciende las guerras, concita los odios y todas las malas pasiones. Por ella deplora la patria la corrupción de los ciudadanos; por ella lamenta la Iglesia el extravío de sus hijos; por ella la tierra se ve plagada de iniquidades”.
¡SÍ, QUERIDOS FIELES, CUÁNTOS DAÑOS OCASIONA LA LENGUA, y lo peor de todo es que una vez hecho el daño, es casi imposible repararlo, pues: “¡Cuán fácil es al hombre decir una palabra, y cuán difícil e imposible volver a recogerla!”

III) ¿CUÁLES SON LOS ENGENDROS MALIGNOS DE LA LENGUA?Ustedes ya los conocen, les recuerdo algunos de los más comunes:
- la artificiosa mentira
- la pérfida calumnia
- la detestable adulación
- la maligna detracción
- la provocativa injuria
- la sucia conversación obscena
- la abominable blasfemia
- la sarcástica burla
La artificiosa mentira, por cuyo medio lo verdadero se convierte en falso, y lo falso en verdadero; la luz en tinieblas y las tinieblas en luz; la boca dice lo que el corazón no siente, y la palabra y el pensamiento están siempre en lucha recíproca.
La pérfida calumnia, que inventa el mal que no existe y lo da por cierto; lo aumenta si es pequeño, lo disfraza si es dudoso y lo atribuye al inocente, llamando bien al mal y mal al bien.
La detestable adulación, que se deshace de alabanzas y elogios al prójimo buscando algún provecho; llegando incluso al aberrante extremo de alabar y elogiar el pecado de los otros.
La maligna detracción, que descubre los defectos y pecados ocultos, y a voz viva los divulga y comunica públicamente, no respetando edad, sexo, condición, ni estado, ni aún su propio decoro.
La provocativa injuria, que insulta a los otros en su misma cara, hiere su delicadeza, vulnera su honor, y lo llena de oprobio, sin hacer distinción entre amigo y enemigo.La sucia conversación obscena, que derrama a raudales palabras y conceptos deshonestos e inmundos, contaminando así la pureza e inflamando incendios devastadores de toda clase de impureza.
La abominable blasfemia, que sin respeto a las cosas del cielo, se rebela contra Dios, ultraja a su Majestad. desafía su poder, se burla de sus ministros, de la Santísima Virgen, de los Santos y de todo lo más respetable y sagrado.
La sarcástica burla, que desgarra a su prójimo mediante palabras, chistes y risas que hieren hasta el fondo de alma.
ESTOS SON SÓLO ALGUNOS DE LOS ENGENDROS de una lengua desordenada, si tuviéramos que escribirlos todos, no acabaríamos.

IV) RECORDEMOS ALGUNOS CASTIGOS DE DIOS A LOS QUE HAN PECADO CON SU LENGUA
• Recuerden como Dios castigó a ANANÍAS Y SAFIRA por sus LENGUAS MENTIROSAS: en un instante, después de haber mentido, cayeron muertos, uno tras otro;Los fieles que lo supieron, quedaron espantados de temor.
• Dios castigó a los DOS ANCIANOS LASCIVOS POR SUS LENGUAS CALUMNIADORAS: el pueblo los agarró y los mató
• Dios castigó a la HERMANA DE MOISÉS POR SU LENGUA CRITICONA, y al instante le mandó una horrible lepra de pies a cabeza.
• Dios castigó a 45 JÓVENES POR SUS LENGUAS BURLONAS (se burlaron del profeta Eliseo), y Dios les mandó dos osas furiosas que los destrozó a todos ellos.
• Dios castigó a MICOL, HIJA DE SAÚL, POR SU LENGUA CRITICONA, pues se atrevió a regañar al rey David por haber bailado con alegría cuando el arca de la Alianza entraba triunfante a Jerusalén. Por este pecado, Dios le mandó el duro castigo de no poder tener hijos hasta el día de su muerte.
• Dios castigó a SEMEÍ, POR SU LENGUA INJURIOSA, pues el se atrevió a insultar al rey David, por eso Dios lo castigó: el rey Salomón ordenó a uno de sus hombres que se echara sobre él y lo matara.
• Si David se animó a combatir a GOLIAT, fue porque éste, CON SU LENGUA MALVADA Y BLASFEMA, SE ATREVIÓ A INSULTAR AL EJÉRCITO DE DIOS VIVO, y por eso perdió la cabeza.
QUERIDOS FIELES, CUÁLES NO SERÁN LOS CASTIGOS DE DIOS en el purgatorio ó en el infierno, para aquellos que han desparramado el mal con su boca; PUES, COMO DIJIMOS, MUCHAS VECES ESTE MAL SE PROPAGA DE BOCA EN BOCA, y en poco tiempo, ya son muchos los que han pecado por nuestra culpa. Y nosotros tendremos que cargar con la cuenta.
Nuestro Señor una vez dijo: “¡En cuán graves males y profundos precipicios caen las personas que no refrenan su lengua! A muchas, más les valiera no haber nacido”.
Sor Josefa Menéndez nos habla de un SUFRIMIENTO DE LA LENGUA EN EL INFIERNO: "He sentido, como si quisieran, sin poderlo conseguir, arrancarme la lengua, lo cual me llevó al extremo de un dolor atroz”.

CONCLUSION. Queridos fieles, Por todo lo que hemos hablado, ya vemos cuán necesario es dominar bien nuestra lengua.
DIRIGIENDO BIEN NUESTRA LENGUA, evitaremos la mentira, la detracción, la calumnia, la insolencia, la deshonestidad, la blasfemia, fuentes de toda maldad; Y AL PROPIO TIEMPO PRACTICAREMOS la verdad, la justicia, la honestidad, la probidad, la piedad, origen de toda obra buena.
PARA DIRIGIR BIEN LA LENGUA, CONVIENE OBSERVAR DOS REGLAS PRINCIPALES: Hablemos poco y hablemos con cautela.
Hablemos poco. Es una norma de prudencia; la lengua habla de lo que abunda en nuestro corazón, y como nuestra corazón, por el pecado original, tiene una inclinación natural a la maldad, al egoísmo, a la mundanidad, a la vanidad; por eso, es muy fácil que en las palabras nos excedamos, y que ofendamos a Dios y al prójimo.
Y si pudiéramos hablar sin ofender a nadie, por lo menos corremos el riesgo de que nuestras palabras sean vanas, y esto ya es pecado y merece castigo.
Por eso, amemos mejor el guardar silencio; prefiramos escuchar antes que hablar. Y cuando haya que hablar, hablemos con cautela, que es la segunda regla.
Hablemos con cautela. “Nuestra lengua ha de ser como la pluma del experto y prudente escribano, que antes de escribir un documento, piensa mucho en el tema, examina su importancia, calcula su trascendencia, medita todas sus cláusulas, y después de una madura reflexión, y de haber suprimido lo superfluo, lo escribe exactamente, sin omitir una sola letra”. De una manera semejante, antes de hablar, consideremos con quién hablamos, con qué fin, por qué motivo, sobre qué tema; y cuando veamos que la conversación puede ser peligrosa para la pureza, para las buenas costumbres ó para la fama del prójimo, cerremos al punto nuestros labios.

LOS AUTORES NOS DAN OTRAS REGLAS PARA MANEJAR LA LENGUA:
- nunca interrumpir a quien habla
- no cortar con una respuesta precipitada a quien nos pregunta
- tener un tono de voz siempre moderado, nunca brusco ni cortante
- Evitar los “muy”, los “extremadamente”, los “horriblemente”, etc.: no hay que ser exagerados en el hablar
- Amar la sencillez y la rectitud;
-Evitar la simulación y los rodeos

QUERIDOS FIELES, ¡ES UN GRAN ARTE DOMINAR LA LENGUA! Comencemos a practicarlo, SERÁ UNA LUCHA TERRIBLE, pues como dijo San Agustín: “El hombre doma las fieras, pero no doma la lengua” LO CUAL NO QUIERE DECIR QUE SEA IMPOSIBLE, pero sí que será difícil, pero animémonos pensando aquello que dijo Dios:
“Si alguno no tropieza en el hablar, es hombre perfecto”. (Sant. 3,2)