El “7Q5” es un pequeño papiro encontrado en cuevas cercanas al Mar Muerto. Este papiro trae un pequeño texto del Evangelio de San Marcos y es anterior al año 50 después de Cristo. Su autenticidad es una prueba más de la autenticidad de los Evangelios y fue identificado por el R. P. O’Callaghan.
ENTREVISTA AL R. P. O'CALLAGHAN
¿Cómo sintetizaría usted el significado de haber identificado el fragmento 7Q5 con el texto del Evangelio de San Marcos 6,52-53? El aporte al haber identificado el 7Q5 es la aproximación al Jesús histórico que éste nos permite. Según algunos estudiosos estaba cortada la línea de unión con el Cristo histórico, porque no sabríamos nada de Él. Pero resulta que si ahora tenemos un papiro del año 50 d. C. del Evangelio de San Marcos, como dice muy bien la destacada papiróloga Orsolina Montevecchi, que a lo más está datado unos 20 años después de la muerte del Señor, y si éste también nos habla de tres milagros del Señor, entonces tocamos ya, con el testimonio de un papiro, al Cristo histórico.
¿Podría contarnos algo del camino que ha recorrido desde 1972 y que culmina con la confirmación científica de esta identificación? La primera recepción de mi artículo aparecido en la Revista Bíblica: "¿Papiros neotestamentarios en la cueva 7 de Qumrán?", del año 1972, fue muy polémica. Entonces personas de mucha autoridad científica me dijeron textualmente: «Ni usted ni yo veremos el final de la polémica internacional, porque es fortísima. Va usted contra la opinión internacional». Opinión internacional, por lo demás, ubicada entre la mayor parte de los estudiosos de la Biblia en el campo protestante y en el campo católico.
¿Estamos hablando de la perspectiva de R. Bultmann, que establece una separación entre el Jesús histórico, que sería absolutamente inaccesible, y el Cristo de la fe, que sería para él la elaboración de la primera comunidad cristiana y que es aquel que ha llegado a nosotros consignado en el Nuevo Testamento? Pues, sí. Y entonces, claro, esto es fortísimo. En realidad el papiro es pequeño y ofrecía ciertamente dificultades. Por aquel entonces todo no se acababa de ver totalmente claro. Al comienzo no contesté los ataques de estudiosos famosos como el profesor Kurt Aland especialmente, los de los especialistas de la Escuela Bíblica de Jerusalén, etc. Ellos me atacaban fuertemente, pero más que argumentos científicos de peso eran ataques personales de gran resonancia internacional. Yo veía, por los argumentos que me permite la ciencia de la papirología, de la que conozco, que no tocaban el meollo de la cuestión. Eran ataques de poco contenido científico papirológico.
Hay otro asunto papirológico y es el de las tentativas de realizar otras identificaciones del 7Q5 distintas a la suya. Allí está la de la profesora Spottorno con Zac. 7,4-5. Otros estudiosos, como Julio Trebolle por ejemplo, en un libro recientemente editado, hablan de que son posibles diferentes identificaciones del papiro. ¿Qué dice usted al respecto? Que es completamente falso. Y lo digo, como papirólogo, con toda claridad. Todo lo que afirman a nivel papirológico yo lo analizo en profundidad. Esas alternancias que proponen, como papirólogo... ¡da pena verlas! Parece que aquí quieren, más que iluminar, desorientar y hablar por hablar. ¡Se han propuesto como identificaciones textos que no casan en manera alguna! Siempre he dicho, desde el comienzo, que si a mí me prueban que esto no es del Evangelio de San Marcos, yo lo acepto enseguida. Pero han querido distorsionar la realidad...
Otra objeción es aquella que afirma que el papiro es demasiado pequeño para poder hacer un trabajo serio con él... Esto a uno que no sea papirólogo le puede llamar la atención, pero a un papirólogo no le llama la atención porque hay papiros más pequeños, como por ejemplo el correspondiente a la "Samia" (cuyo código es P. Oxy. XXXVIII 2831), obra de Menandro, que mide 2.4 cm. por 3.3 cm. Para su identificación el papirólogo británico E.G. Turner modifica el texto y realiza un cambio fonético que no se encuentra en ninguna otra. Esta identificación ha sido aceptada por todos.
Hay otro asunto respecto del 7Q5 y es el de la letra incompleta que algunos han leído como una «I» y usted ha leído como «N»... Hay una letra que yo leo como «N» en relación a la cual me dijeron los de la Escuela Bíblica de Jerusalén que aquello era “textualmente” «absurdo». Decían que era absurdo el ver allí el trazo vertical izquierdo de una «N» –la ny mayúscula en griego es como la N en castellano–. Esto se llevó entonces al Departamento de Investigación y Ciencia Forense de la Policía Nacional de Israel, y con aparatos de la tecnología moderna, concretamente con el estereomicroscopio, vieron que en el trazo vertical al que nos referimos, en la parte superior, descendía parte del trazo oblicuo descendente correspondiente a una N. Está, pues, científicamente establecido.
El hecho de que se haya recurrido a la policía técnica israelí, que no tiene ningún interés en la polémica, garantiza la imparcialidad de la información que sirvió para determinar la letra... En algo, pero no en lo fundamental. La objetividad de la identificación se garantiza por el rigor científico del trabajo en su conjunto. Le diré otra cosa para que vea la honestidad del procedimiento. Siempre que publiqué un artículo defendiendo mi postura, siempre publiqué la fotografía a rayos infrarrojos. Los que atacaron la identificación nunca publicaron nada, solamente hablaban. Aquí hay ya una diferencia de proceder científico. En este deseo de honestidad se llegó a un extremo de máximo rigor científico de agotar todas las posibilidades de investigación, y se llevó así el papiro a la policía israelí
Hay quien hablaba de una intencionalidad apologética en usted... Si me dicen esto es como para ponerme un sambenito. Yo trabajo siempre con rigor científico y he hecho otras identificaciones, por ejemplo una que presentaron un grupo de profesores alemanes de Berlín como un trozo de prosa que yo lo identifiqué como del poeta Teócrito. Ahora me pregunto: ¿qué apologética he hecho con esta identificación? Entonces y ahora mi proceder es científico. En el caso del 7Q5 la identificación realizada no fue buscándola, sino que simplemente se produjo. Además, el llegar a ella fue curiosidad en mi descanso... «hacer crucigramas en griego», sencillamente.
Dejando de lado el tema de la identificación propiamente tal del texto, acerca de la datación del texto... La datación la hizo Roberts, el gran paleógrafo de Oxford. Quizás ahora van a poner más dificultades al respecto, pero hasta el momento nadie se había molestado. El profesor Fitzmayer decía en un artículo que como no se puede cambiar la datación, no han de aceptar la identificación del 7Q5. Ahora, como no se puede cambiar la identificación, han de buscar cambiar la datación.
¿Habría la posibilidad de utilizar el método del Carbono 14 para precisar la datación? No, es imposible, porque habría que quemar el papiro... En pedazos de papiro más grandes sí es posible hacerlo, pero en este caso implicaría la pérdida total del mismo.
Además existe un problema de por medio que es el paso del rollo al códice, ¿podría usted explicar algo de esto? En el Simposio de La Sorbona, en París, realizado hace unos pocos años, recuerdo exactamente que los especialistas se pusieron de acuerdo y se puede decir que hacia el año 80 d. C. se dio el paso del rollo al códice; no matemáticamente, sino poco a poco se fue cambiando y cambiando, hasta que finalmente se pasó al códice, sobre todo para facilitar la difusión del Nuevo Testamento. Era más fácil enviar libros, códices, que rollos, complicadísimos de ser manejados.
En el caso del papiro 7Q5 tenemos un pedazo de rollo, lo que implica que sea anterior al año 80 d. C., que fue cuando éstos dejaron de ser utilizados... En realidad anterior a cuando se cerraron las cuevas de Qumrán, hacia el año 68 d. C. O sea que ya por arqueología y por historia, por precisión histórica, este fragmento 7Q5 es muy antiguo.
Entre los métodos paleográficos, ¿cuáles se utilizaron para datar el papiro antes del año 50 d. C.? ¿Qué tiene que ver el llamado Zierstil («estilo elegante») con todo esto? Cada estilo paleográfico (estilo de escritura) tiene un nacimiento, un desarrollo y una muerte. Es en base a estos estilos y a sus ciclos de vigencia que se puede saber la datación de un manuscrito. La datación la realizó el profesor Roberts, de Oxford, muy reconocido como ya he dicho; y el rango de años para este tipo de escritura va del 50 a. C. al 50 d. C.
Teniendo en cuenta las reacciones totalmente faltas de objetividad, ¿no ve usted en esto, en el fondo, una discusión entre preconcepciones de pensamiento exegético? Pues parecería que sí. Aquí hay un trasfondo de escuelas o mejor de posiciones. Claro que lo veo... La gente eminente del mundo que tiene su posición científica y demás, ¿cómo iba a cambiar por la propuesta de un joven desconocido en el campo bíblico internacional? En el papirológico yo era conocido, pero en el campo bíblico no. Si no se es un papirólogo de verdad, verá cosas o no verá cosas superficialmente...
Aun cuando su trabajo sobre el 7Q5 no es un intento apologético, aún así tiene consecuencias importantes para el anuncio de la fe en nuestro tiempo, sobre todo en lo que se refiere a la historicidad de los Evangelios. ¿Cómo ve usted esto? Una cosa es que yo como sacerdote me alegre mucho, pero otra cosa es que un sacerdote haya llevado el agua a su molino. Cuando hacía una consideración final, tras haber discutido y hablado con rigor científico, encontraba que como sacerdote estoy encantado de la vida, más aún considerando que mi lucha inicial fue muy difícil –yo había pasado entonces las primeras votaciones para seguir como catedrático en el Pontificio Instituto Bíblico y me lo jugaba todo como científico; era muy arriesgado para mí meterme en el asunto del 7Q5–. Y es que soy un convencido de que la investigación de la verdad necesariamente lleva a Dios, quien es la Verdad.
ENTREVISTA AL R. P. O'CALLAGHAN
¿Cómo sintetizaría usted el significado de haber identificado el fragmento 7Q5 con el texto del Evangelio de San Marcos 6,52-53? El aporte al haber identificado el 7Q5 es la aproximación al Jesús histórico que éste nos permite. Según algunos estudiosos estaba cortada la línea de unión con el Cristo histórico, porque no sabríamos nada de Él. Pero resulta que si ahora tenemos un papiro del año 50 d. C. del Evangelio de San Marcos, como dice muy bien la destacada papiróloga Orsolina Montevecchi, que a lo más está datado unos 20 años después de la muerte del Señor, y si éste también nos habla de tres milagros del Señor, entonces tocamos ya, con el testimonio de un papiro, al Cristo histórico.
¿Podría contarnos algo del camino que ha recorrido desde 1972 y que culmina con la confirmación científica de esta identificación? La primera recepción de mi artículo aparecido en la Revista Bíblica: "¿Papiros neotestamentarios en la cueva 7 de Qumrán?", del año 1972, fue muy polémica. Entonces personas de mucha autoridad científica me dijeron textualmente: «Ni usted ni yo veremos el final de la polémica internacional, porque es fortísima. Va usted contra la opinión internacional». Opinión internacional, por lo demás, ubicada entre la mayor parte de los estudiosos de la Biblia en el campo protestante y en el campo católico.
¿Estamos hablando de la perspectiva de R. Bultmann, que establece una separación entre el Jesús histórico, que sería absolutamente inaccesible, y el Cristo de la fe, que sería para él la elaboración de la primera comunidad cristiana y que es aquel que ha llegado a nosotros consignado en el Nuevo Testamento? Pues, sí. Y entonces, claro, esto es fortísimo. En realidad el papiro es pequeño y ofrecía ciertamente dificultades. Por aquel entonces todo no se acababa de ver totalmente claro. Al comienzo no contesté los ataques de estudiosos famosos como el profesor Kurt Aland especialmente, los de los especialistas de la Escuela Bíblica de Jerusalén, etc. Ellos me atacaban fuertemente, pero más que argumentos científicos de peso eran ataques personales de gran resonancia internacional. Yo veía, por los argumentos que me permite la ciencia de la papirología, de la que conozco, que no tocaban el meollo de la cuestión. Eran ataques de poco contenido científico papirológico.
Hay otro asunto papirológico y es el de las tentativas de realizar otras identificaciones del 7Q5 distintas a la suya. Allí está la de la profesora Spottorno con Zac. 7,4-5. Otros estudiosos, como Julio Trebolle por ejemplo, en un libro recientemente editado, hablan de que son posibles diferentes identificaciones del papiro. ¿Qué dice usted al respecto? Que es completamente falso. Y lo digo, como papirólogo, con toda claridad. Todo lo que afirman a nivel papirológico yo lo analizo en profundidad. Esas alternancias que proponen, como papirólogo... ¡da pena verlas! Parece que aquí quieren, más que iluminar, desorientar y hablar por hablar. ¡Se han propuesto como identificaciones textos que no casan en manera alguna! Siempre he dicho, desde el comienzo, que si a mí me prueban que esto no es del Evangelio de San Marcos, yo lo acepto enseguida. Pero han querido distorsionar la realidad...
Otra objeción es aquella que afirma que el papiro es demasiado pequeño para poder hacer un trabajo serio con él... Esto a uno que no sea papirólogo le puede llamar la atención, pero a un papirólogo no le llama la atención porque hay papiros más pequeños, como por ejemplo el correspondiente a la "Samia" (cuyo código es P. Oxy. XXXVIII 2831), obra de Menandro, que mide 2.4 cm. por 3.3 cm. Para su identificación el papirólogo británico E.G. Turner modifica el texto y realiza un cambio fonético que no se encuentra en ninguna otra. Esta identificación ha sido aceptada por todos.
Hay otro asunto respecto del 7Q5 y es el de la letra incompleta que algunos han leído como una «I» y usted ha leído como «N»... Hay una letra que yo leo como «N» en relación a la cual me dijeron los de la Escuela Bíblica de Jerusalén que aquello era “textualmente” «absurdo». Decían que era absurdo el ver allí el trazo vertical izquierdo de una «N» –la ny mayúscula en griego es como la N en castellano–. Esto se llevó entonces al Departamento de Investigación y Ciencia Forense de la Policía Nacional de Israel, y con aparatos de la tecnología moderna, concretamente con el estereomicroscopio, vieron que en el trazo vertical al que nos referimos, en la parte superior, descendía parte del trazo oblicuo descendente correspondiente a una N. Está, pues, científicamente establecido.
El hecho de que se haya recurrido a la policía técnica israelí, que no tiene ningún interés en la polémica, garantiza la imparcialidad de la información que sirvió para determinar la letra... En algo, pero no en lo fundamental. La objetividad de la identificación se garantiza por el rigor científico del trabajo en su conjunto. Le diré otra cosa para que vea la honestidad del procedimiento. Siempre que publiqué un artículo defendiendo mi postura, siempre publiqué la fotografía a rayos infrarrojos. Los que atacaron la identificación nunca publicaron nada, solamente hablaban. Aquí hay ya una diferencia de proceder científico. En este deseo de honestidad se llegó a un extremo de máximo rigor científico de agotar todas las posibilidades de investigación, y se llevó así el papiro a la policía israelí
Hay quien hablaba de una intencionalidad apologética en usted... Si me dicen esto es como para ponerme un sambenito. Yo trabajo siempre con rigor científico y he hecho otras identificaciones, por ejemplo una que presentaron un grupo de profesores alemanes de Berlín como un trozo de prosa que yo lo identifiqué como del poeta Teócrito. Ahora me pregunto: ¿qué apologética he hecho con esta identificación? Entonces y ahora mi proceder es científico. En el caso del 7Q5 la identificación realizada no fue buscándola, sino que simplemente se produjo. Además, el llegar a ella fue curiosidad en mi descanso... «hacer crucigramas en griego», sencillamente.
Dejando de lado el tema de la identificación propiamente tal del texto, acerca de la datación del texto... La datación la hizo Roberts, el gran paleógrafo de Oxford. Quizás ahora van a poner más dificultades al respecto, pero hasta el momento nadie se había molestado. El profesor Fitzmayer decía en un artículo que como no se puede cambiar la datación, no han de aceptar la identificación del 7Q5. Ahora, como no se puede cambiar la identificación, han de buscar cambiar la datación.
¿Habría la posibilidad de utilizar el método del Carbono 14 para precisar la datación? No, es imposible, porque habría que quemar el papiro... En pedazos de papiro más grandes sí es posible hacerlo, pero en este caso implicaría la pérdida total del mismo.
Además existe un problema de por medio que es el paso del rollo al códice, ¿podría usted explicar algo de esto? En el Simposio de La Sorbona, en París, realizado hace unos pocos años, recuerdo exactamente que los especialistas se pusieron de acuerdo y se puede decir que hacia el año 80 d. C. se dio el paso del rollo al códice; no matemáticamente, sino poco a poco se fue cambiando y cambiando, hasta que finalmente se pasó al códice, sobre todo para facilitar la difusión del Nuevo Testamento. Era más fácil enviar libros, códices, que rollos, complicadísimos de ser manejados.
En el caso del papiro 7Q5 tenemos un pedazo de rollo, lo que implica que sea anterior al año 80 d. C., que fue cuando éstos dejaron de ser utilizados... En realidad anterior a cuando se cerraron las cuevas de Qumrán, hacia el año 68 d. C. O sea que ya por arqueología y por historia, por precisión histórica, este fragmento 7Q5 es muy antiguo.
Entre los métodos paleográficos, ¿cuáles se utilizaron para datar el papiro antes del año 50 d. C.? ¿Qué tiene que ver el llamado Zierstil («estilo elegante») con todo esto? Cada estilo paleográfico (estilo de escritura) tiene un nacimiento, un desarrollo y una muerte. Es en base a estos estilos y a sus ciclos de vigencia que se puede saber la datación de un manuscrito. La datación la realizó el profesor Roberts, de Oxford, muy reconocido como ya he dicho; y el rango de años para este tipo de escritura va del 50 a. C. al 50 d. C.
Teniendo en cuenta las reacciones totalmente faltas de objetividad, ¿no ve usted en esto, en el fondo, una discusión entre preconcepciones de pensamiento exegético? Pues parecería que sí. Aquí hay un trasfondo de escuelas o mejor de posiciones. Claro que lo veo... La gente eminente del mundo que tiene su posición científica y demás, ¿cómo iba a cambiar por la propuesta de un joven desconocido en el campo bíblico internacional? En el papirológico yo era conocido, pero en el campo bíblico no. Si no se es un papirólogo de verdad, verá cosas o no verá cosas superficialmente...
Aun cuando su trabajo sobre el 7Q5 no es un intento apologético, aún así tiene consecuencias importantes para el anuncio de la fe en nuestro tiempo, sobre todo en lo que se refiere a la historicidad de los Evangelios. ¿Cómo ve usted esto? Una cosa es que yo como sacerdote me alegre mucho, pero otra cosa es que un sacerdote haya llevado el agua a su molino. Cuando hacía una consideración final, tras haber discutido y hablado con rigor científico, encontraba que como sacerdote estoy encantado de la vida, más aún considerando que mi lucha inicial fue muy difícil –yo había pasado entonces las primeras votaciones para seguir como catedrático en el Pontificio Instituto Bíblico y me lo jugaba todo como científico; era muy arriesgado para mí meterme en el asunto del 7Q5–. Y es que soy un convencido de que la investigación de la verdad necesariamente lleva a Dios, quien es la Verdad.
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