Son los obispos quienes aplican abiertamente la técnica modernista condenada por San Pío X! Todo se encuentra en este párrafo, releedlo con atención: el sentimiento religioso provocado por la necesidad, las aspiraciones profundas, la verdad tomando nacimiento de la confrontación de experiencias, la variación de los dogmas, la ruptura con la Tradición.
Para el modernismo, los sacramentos nacen también de una necesidad “pues como se ha observado, la necesidad, el menester, tal es su sistema, la gran y universal explicación”. Es preciso dar a la religión un cuerpo sensible: “los sacramentos son (para ellos) puros signos o símbolos, si bien dotados de eficacia.
Los comparan a ciertas palabras de las que se dice vulgarmente que han hecho fortuna, porque ellas tienen la virtud de hacer brillar las ideas fuertes y penetrantes que impresionan y conmueven. Es lo mismo que decir que los sacramentos no han sido instituidos más que para alimentar la fe: proposición condenada por el concilio de Trento”.
Se encuentra esta idea en Besret, por ejemplo, que fue “experto” en el Concilio: “el que pone el amor de Dios en el mundo no es el sacramento. El amor de Dios está actuando en todos los hombres. El sacramento es el momento de su manifestación pública en la comunidad de los discípulos... diciendo esto, yo no pretendo de ningún modo negar el aspecto eficaz de los signos puestos. El hombre se realiza también expresándose y esto vale tanto para los sacramentos como para el resto de su actividad”.
¿Los libros santos? Son para los modernistas “la colección de experiencias hechas en una determinada religión”. Es Dios quien habla por medio de estos libros, pero el Dios que está en nosotros. Son libros inspirados en sentido parecido a como se habla de inspiración poética; la inspiración es asimilada a la necesidad intensa que tiene el creyente de comunicar su fe por escrito: la Biblia es una obra humana.
En Piedras Vivas se dice a los niños que el Génesis es un “poema” escrito un día por creyentes que “han reflexionado”. Esta compilación, impuesta por los obispos de Francia a todos los alumnos de catecismo, respira el modernismo en casi todas las páginas. Hagamos un pequeño paralelo.
San Pío X: “Es una ley (para los modernistas) que la fecha de los documentos no puede determinarse de otro modo que por la fecha de las necesidades a las cuales la Iglesia ha estado sujeta sucesivamente”.
Piedras Vivas: “Para ayudar a estas comunidades a vivir el Evangelio, algunos Apóstoles les escriben cartas, llamadas también Epístolas... pero los Apóstoles han contado sobre todo de viva voz lo que Jesús había hecho en medio de ellos y lo que les había dicho... más tarde cuatro autores -Marcos, Mateo, Lucas y Juan- han puesto por escrito lo que los Apóstoles habían dicho”. “Redacción de los Evangelios: ¿Marcos hacia el setenta? ¿Lucas entre el 80-90? ¿Mateo hacia los años 80-90? ¿Juan por el 95-100?”. “Ellos han explicado los acontecimientos de la vida de Jesús, sus palabras y sobre todo su muerte y resurrección para iluminar la fe de los creyentes”.
San Pío X: “En los libros sagrados (dicen ellos) se hallan bastantes lugares, con referencia a la ciencia o a la historia, donde se constatan errores manifiestos. Pero no es de la historia ni de la ciencia de lo que estos libros tratan, es únicamente de religión y de moral”.
Piedras Vivas: “Es un poema (el Génesis) y no un libro de ciencia. La ciencia nos dice que han sido necesarios millones de años para ver aparecer la vida”. “Los Evangelios no cuentan la narración de la vida de Jesús como se relata hoy un acontecimiento en la radio, en la televisión o en el periódico”.
San Pío X: “No vacilan en afirmar que los libros en cuestión, sobre todo el Pentateuco y los tres primeros Evangelios, se han ido formando lentamente con adiciones hechas a un relato primitivo muy breve: interpolaciones a manera de interpretaciones teológicas o alegóricas, o simplemente transiciones y suturas”.
Piedras Vivas: “Lo que está escrito en la mayoría de estos libros había sido primero explicado oralmente de padre a hijo. Un día alguien lo escribió para transmitirlo a su vez y a menudo lo que escribió fue reescrito por otros, por otras gentes todavía... 538, dominación de los persas: la reflexión y las tradiciones se convierten en libros. Esdras, hacia el 400, colecciona (diversos libros) para hacer la ley o Pentateuco. Los rollos de los profetas son compuestos. La reflexión de los sabios conduce a diversas obras maestras”.
A los católicos que se extrañan del nuevo lenguaje utilizado en “la Iglesia conciliar” les conviene saber que no es tan nuevo, que Lamennais, Fuchs, Loisy, lo emplearon ya en el siglo pasado y que ellos no habían hecho más que coleccionar todos los errores que han existido en el curso de los siglos. La Religión de Cristo no ha cambiado y no cambiará jamás, no hay que dejarse manipular.
Carta abierta a los católicos perplejos, Cap. XVI
Para el modernismo, los sacramentos nacen también de una necesidad “pues como se ha observado, la necesidad, el menester, tal es su sistema, la gran y universal explicación”. Es preciso dar a la religión un cuerpo sensible: “los sacramentos son (para ellos) puros signos o símbolos, si bien dotados de eficacia.
Los comparan a ciertas palabras de las que se dice vulgarmente que han hecho fortuna, porque ellas tienen la virtud de hacer brillar las ideas fuertes y penetrantes que impresionan y conmueven. Es lo mismo que decir que los sacramentos no han sido instituidos más que para alimentar la fe: proposición condenada por el concilio de Trento”.
Se encuentra esta idea en Besret, por ejemplo, que fue “experto” en el Concilio: “el que pone el amor de Dios en el mundo no es el sacramento. El amor de Dios está actuando en todos los hombres. El sacramento es el momento de su manifestación pública en la comunidad de los discípulos... diciendo esto, yo no pretendo de ningún modo negar el aspecto eficaz de los signos puestos. El hombre se realiza también expresándose y esto vale tanto para los sacramentos como para el resto de su actividad”.
¿Los libros santos? Son para los modernistas “la colección de experiencias hechas en una determinada religión”. Es Dios quien habla por medio de estos libros, pero el Dios que está en nosotros. Son libros inspirados en sentido parecido a como se habla de inspiración poética; la inspiración es asimilada a la necesidad intensa que tiene el creyente de comunicar su fe por escrito: la Biblia es una obra humana.
En Piedras Vivas se dice a los niños que el Génesis es un “poema” escrito un día por creyentes que “han reflexionado”. Esta compilación, impuesta por los obispos de Francia a todos los alumnos de catecismo, respira el modernismo en casi todas las páginas. Hagamos un pequeño paralelo.
San Pío X: “Es una ley (para los modernistas) que la fecha de los documentos no puede determinarse de otro modo que por la fecha de las necesidades a las cuales la Iglesia ha estado sujeta sucesivamente”.
Piedras Vivas: “Para ayudar a estas comunidades a vivir el Evangelio, algunos Apóstoles les escriben cartas, llamadas también Epístolas... pero los Apóstoles han contado sobre todo de viva voz lo que Jesús había hecho en medio de ellos y lo que les había dicho... más tarde cuatro autores -Marcos, Mateo, Lucas y Juan- han puesto por escrito lo que los Apóstoles habían dicho”. “Redacción de los Evangelios: ¿Marcos hacia el setenta? ¿Lucas entre el 80-90? ¿Mateo hacia los años 80-90? ¿Juan por el 95-100?”. “Ellos han explicado los acontecimientos de la vida de Jesús, sus palabras y sobre todo su muerte y resurrección para iluminar la fe de los creyentes”.
San Pío X: “En los libros sagrados (dicen ellos) se hallan bastantes lugares, con referencia a la ciencia o a la historia, donde se constatan errores manifiestos. Pero no es de la historia ni de la ciencia de lo que estos libros tratan, es únicamente de religión y de moral”.
Piedras Vivas: “Es un poema (el Génesis) y no un libro de ciencia. La ciencia nos dice que han sido necesarios millones de años para ver aparecer la vida”. “Los Evangelios no cuentan la narración de la vida de Jesús como se relata hoy un acontecimiento en la radio, en la televisión o en el periódico”.
San Pío X: “No vacilan en afirmar que los libros en cuestión, sobre todo el Pentateuco y los tres primeros Evangelios, se han ido formando lentamente con adiciones hechas a un relato primitivo muy breve: interpolaciones a manera de interpretaciones teológicas o alegóricas, o simplemente transiciones y suturas”.
Piedras Vivas: “Lo que está escrito en la mayoría de estos libros había sido primero explicado oralmente de padre a hijo. Un día alguien lo escribió para transmitirlo a su vez y a menudo lo que escribió fue reescrito por otros, por otras gentes todavía... 538, dominación de los persas: la reflexión y las tradiciones se convierten en libros. Esdras, hacia el 400, colecciona (diversos libros) para hacer la ley o Pentateuco. Los rollos de los profetas son compuestos. La reflexión de los sabios conduce a diversas obras maestras”.
A los católicos que se extrañan del nuevo lenguaje utilizado en “la Iglesia conciliar” les conviene saber que no es tan nuevo, que Lamennais, Fuchs, Loisy, lo emplearon ya en el siglo pasado y que ellos no habían hecho más que coleccionar todos los errores que han existido en el curso de los siglos. La Religión de Cristo no ha cambiado y no cambiará jamás, no hay que dejarse manipular.
Carta abierta a los católicos perplejos, Cap. XVI
Monseñor Marcel Lefebvre
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