lunes, 4 de agosto de 2008

LA LENGUA

Sermón Domingo XII después de Pentecostés - Agosto 2008

Queridos fieles, en el Evangelio, un doctor de la Ley le preguntó a Nuestro Señor qué es lo que había que hacer para entrar en el Reino de los cielos, ustedes ya saben bien la respuesta:“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu entendimiento; y a tu prójimo como a ti mismo”; es decir, hay que amar a Dios con todas nuestras facultades, con todas nuestras potencias: usando para ello toda nuestra inteligencia, toda nuestra voluntad, nuestra memoria, todos nuestros sentidos, etc.
Pero queridos fieles, hay una parte de nuestro cuerpo que muchos no la usan bien para amar a Dios y al prójimo, es una parte pequeña pero poderosa, me refiero a la lengua.
LA LENGUA ES, SIN DUDA ALGUNA, UNO DE LOS GRANDES DONES QUE DIOS NOS HA DADO:
- por ella expresamos nuestros pensamientos, nuestros deseos
- por ella nos comunicamos con nuestros semejantes
- por ella se puede transmitir la verdad, calmar las discordias
- por la lengua podemos instruir al ignorante, iluminar al que yerra, enderezar al descarriado, aconsejar al que duda,
- por la lengua podemos consolar al afligido, tranquilizar al furioso, reprimir al delincuente;
- por la lengua podemos alabar a Dios, darle gracias, pedirle sus dones
¡LA LENGUA, QUÉ GRAN DON DE DIOS! ¡Cuántas cosas buenas podemos hacer con ella!
UN AUTOR EXCLAMA que la lengua es la fuente de las más nobles y santas virtudes:“La lengua es fuente de verdad, cuando revela sin engaño los más íntimos afectos del alma;Es fuente de caridad, en cuanto expresa nuestros sentimientos de amor para con Dios y para con el prójimo;Fuente de equidad, en cuanto defiende al inocente y condena al culpable;Fuente de piedad, en cuanto consuela al afligido y corrige al que yerra;Fuente de amistad, en cuanto introduce la benevolencia y la unión entre los hombres;Fuente de religión, en cuanto tributa los debidos honores a Dios, canta sus alabanzas, celebra sus magnificencias e implora sus bendiciones;La lengua confiesa, predica y defiende la fe;Convierte a los infieles, confirma a los fieles, corrige el vicio y ensalza la virtud”.
VEAN, QUERIDOS FIELES, ¡QUÉ HERMOSO DON ES LA LENGUA!“Es instrumento del culto, vehículo de la gracia, fuente de méritos, instrumento de justicia, ministro de las virtudes, guía del hombre, mensajera de gloria, vinculo social y origen de todos los bienes”.
PERO, ¡OH FATAL PROPENSIÓN DE NUESTRA CORROMPIDA NATURALEZA!Este don inestimable de Dios, que es el más bello ornamento de la vida,El hombre, que todo lo trastorna y pervierte, lo cambia, a fuerza de abusos, en instrumento de muerte.
LA MENTIRA, LA MURMURACIÓN, LA CALUMNIA Y LAS HORRENDAS TORPEZAS que profiere con la lengua, hacen que la parte más noble del cuerpo venga a ser la más ruin, y que la fuente de todo bien, se convierta en raudal de infinitos males.Bien lo dijo Dios en el libro de los Proverbios: “La muerte y la vida están en poder de la lengua” (Prov.18,21).
QUERIDOS FIELES, ¿CÓMO USAMOS NUESTRA LENGUA? ¿LA USAMOS PARA PRACTICAR LAS VIRTUDES que hemos mencionado? Usamos la lengua para decir la verdad, para consolar, para ayudar, para aconsejar, para manifestar nuestro amor; ¿NO SERÁ ACASO QUE MUCHAS VECES UTILIZAMOS NUESTRA LENGUA PARA TODO LO CONTRARIO? Quizás la usamos para engañar a la gente, para insultar, para dañar la fama del prójimo.
QUERIDOS FIELES, DEL BUEN GOBIERNO DE NUESTRA LENGUA depende nuestra salvación y la de muchas almas; Y POR EL CONTRARIO, SU MAL USO nos puede sumergir más hondo, a nosotros y a nuestro prójimo, en los abismos infernales.
POR ESO, PARA ESTAR BIEN ADVERTIDOS DEL GRANDE MAL QUE HACE LA LENGUA y los pecados que provienen de ella, y así poder precavernos de ellos, veamos los siguientes puntos:
1) Recordemos las palabras de Dios contra la lengua maligna
2) Veamos cuántos daños ocasiona la lengua
3) ¿Cuáles son algunos de los engendros malignos de la lengua?4) Recordemos algunos castigos de Dios a los que han pecado con su lengua

I) RECORDEMOS LAS PALABRAS DE DIOS CONTRA LA LENGUA MALIGNA
DIOS DIJO LO SIGUIENTE POR EL APÓSTOL SANTIAGO: “La lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas.Mirad cuán pequeño es el fuego que incendia un bosque tan grande.También la lengua es fuego: es el mundo de la iniquidad. Puesta en medio de nuestros miembros, la lengua es la que contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la vida, siendo ella a su vez inflamada por el infierno.Todo género de fieras, de aves, de reptiles y de animales marinos se doma y se amansa por el género humano; pero no hay hombre que pueda domar la lengua.
La lengua: incontenible azote, llena está de veneno mortífero. Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, hechos a semejanza de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición.No debe, hermanos, ser así. ¿Acaso la fuente mana por la misma vertiente agua dulce y amarga? ¿Puede, hermanos míos, la higuera dar aceitunas, o higos la vid? Así tampoco la fuente salada puede dar agua dulce”. (Sant.3, 5 y ss)

II) ¡VEAMOS CUÁNTOS DAÑOS OCASIONA LA LENGUA!ESCRIBE UN AUTOR: “Tan pronto como la lengua traspasa los límites prescritos, se convierte en un instrumento de destrucción, que no perdona cosa humana ni divina”.
DIJO SAN BASILIO: “La lengua encierra todos los males, enciende el fuego de las pasiones, destruye lo bueno y es un instrumento del infierno”.
DIJO SAN BERNARDO: “La lengua se desplaza como el águila, penetra como la flecha, destruye a los amigos y multiplica los enemigos, promueve quimeras y siembra discordias; La lengua, de un solo golpe hiere ó mata a varios;
Escribió un autor: “¡Oh terrible y fatal poder de la lengua ! Por ella perece la santidad del sacerdote, la seriedad del anciano, la equidad del jurista, la probidad del comerciante, el pudor de la mujer, la fidelidad del amigo; por ella perecen, en fin, todas las virtudes de los hombres”.“La lengua, ella, nadie más que ella, es quien suscita las discordias, promueve las herejías, enciende las guerras, concita los odios y todas las malas pasiones. Por ella deplora la patria la corrupción de los ciudadanos; por ella lamenta la Iglesia el extravío de sus hijos; por ella la tierra se ve plagada de iniquidades”.
¡SÍ, QUERIDOS FIELES, CUÁNTOS DAÑOS OCASIONA LA LENGUA, y lo peor de todo es que una vez hecho el daño, es casi imposible repararlo, pues: “¡Cuán fácil es al hombre decir una palabra, y cuán difícil e imposible volver a recogerla!”

III) ¿CUÁLES SON LOS ENGENDROS MALIGNOS DE LA LENGUA?Ustedes ya los conocen, les recuerdo algunos de los más comunes:
- la artificiosa mentira
- la pérfida calumnia
- la detestable adulación
- la maligna detracción
- la provocativa injuria
- la sucia conversación obscena
- la abominable blasfemia
- la sarcástica burla
La artificiosa mentira, por cuyo medio lo verdadero se convierte en falso, y lo falso en verdadero; la luz en tinieblas y las tinieblas en luz; la boca dice lo que el corazón no siente, y la palabra y el pensamiento están siempre en lucha recíproca.
La pérfida calumnia, que inventa el mal que no existe y lo da por cierto; lo aumenta si es pequeño, lo disfraza si es dudoso y lo atribuye al inocente, llamando bien al mal y mal al bien.
La detestable adulación, que se deshace de alabanzas y elogios al prójimo buscando algún provecho; llegando incluso al aberrante extremo de alabar y elogiar el pecado de los otros.
La maligna detracción, que descubre los defectos y pecados ocultos, y a voz viva los divulga y comunica públicamente, no respetando edad, sexo, condición, ni estado, ni aún su propio decoro.
La provocativa injuria, que insulta a los otros en su misma cara, hiere su delicadeza, vulnera su honor, y lo llena de oprobio, sin hacer distinción entre amigo y enemigo.La sucia conversación obscena, que derrama a raudales palabras y conceptos deshonestos e inmundos, contaminando así la pureza e inflamando incendios devastadores de toda clase de impureza.
La abominable blasfemia, que sin respeto a las cosas del cielo, se rebela contra Dios, ultraja a su Majestad. desafía su poder, se burla de sus ministros, de la Santísima Virgen, de los Santos y de todo lo más respetable y sagrado.
La sarcástica burla, que desgarra a su prójimo mediante palabras, chistes y risas que hieren hasta el fondo de alma.
ESTOS SON SÓLO ALGUNOS DE LOS ENGENDROS de una lengua desordenada, si tuviéramos que escribirlos todos, no acabaríamos.

IV) RECORDEMOS ALGUNOS CASTIGOS DE DIOS A LOS QUE HAN PECADO CON SU LENGUA
• Recuerden como Dios castigó a ANANÍAS Y SAFIRA por sus LENGUAS MENTIROSAS: en un instante, después de haber mentido, cayeron muertos, uno tras otro;Los fieles que lo supieron, quedaron espantados de temor.
• Dios castigó a los DOS ANCIANOS LASCIVOS POR SUS LENGUAS CALUMNIADORAS: el pueblo los agarró y los mató
• Dios castigó a la HERMANA DE MOISÉS POR SU LENGUA CRITICONA, y al instante le mandó una horrible lepra de pies a cabeza.
• Dios castigó a 45 JÓVENES POR SUS LENGUAS BURLONAS (se burlaron del profeta Eliseo), y Dios les mandó dos osas furiosas que los destrozó a todos ellos.
• Dios castigó a MICOL, HIJA DE SAÚL, POR SU LENGUA CRITICONA, pues se atrevió a regañar al rey David por haber bailado con alegría cuando el arca de la Alianza entraba triunfante a Jerusalén. Por este pecado, Dios le mandó el duro castigo de no poder tener hijos hasta el día de su muerte.
• Dios castigó a SEMEÍ, POR SU LENGUA INJURIOSA, pues el se atrevió a insultar al rey David, por eso Dios lo castigó: el rey Salomón ordenó a uno de sus hombres que se echara sobre él y lo matara.
• Si David se animó a combatir a GOLIAT, fue porque éste, CON SU LENGUA MALVADA Y BLASFEMA, SE ATREVIÓ A INSULTAR AL EJÉRCITO DE DIOS VIVO, y por eso perdió la cabeza.
QUERIDOS FIELES, CUÁLES NO SERÁN LOS CASTIGOS DE DIOS en el purgatorio ó en el infierno, para aquellos que han desparramado el mal con su boca; PUES, COMO DIJIMOS, MUCHAS VECES ESTE MAL SE PROPAGA DE BOCA EN BOCA, y en poco tiempo, ya son muchos los que han pecado por nuestra culpa. Y nosotros tendremos que cargar con la cuenta.
Nuestro Señor una vez dijo: “¡En cuán graves males y profundos precipicios caen las personas que no refrenan su lengua! A muchas, más les valiera no haber nacido”.
Sor Josefa Menéndez nos habla de un SUFRIMIENTO DE LA LENGUA EN EL INFIERNO: "He sentido, como si quisieran, sin poderlo conseguir, arrancarme la lengua, lo cual me llevó al extremo de un dolor atroz”.

CONCLUSION. Queridos fieles, Por todo lo que hemos hablado, ya vemos cuán necesario es dominar bien nuestra lengua.
DIRIGIENDO BIEN NUESTRA LENGUA, evitaremos la mentira, la detracción, la calumnia, la insolencia, la deshonestidad, la blasfemia, fuentes de toda maldad; Y AL PROPIO TIEMPO PRACTICAREMOS la verdad, la justicia, la honestidad, la probidad, la piedad, origen de toda obra buena.
PARA DIRIGIR BIEN LA LENGUA, CONVIENE OBSERVAR DOS REGLAS PRINCIPALES: Hablemos poco y hablemos con cautela.
Hablemos poco. Es una norma de prudencia; la lengua habla de lo que abunda en nuestro corazón, y como nuestra corazón, por el pecado original, tiene una inclinación natural a la maldad, al egoísmo, a la mundanidad, a la vanidad; por eso, es muy fácil que en las palabras nos excedamos, y que ofendamos a Dios y al prójimo.
Y si pudiéramos hablar sin ofender a nadie, por lo menos corremos el riesgo de que nuestras palabras sean vanas, y esto ya es pecado y merece castigo.
Por eso, amemos mejor el guardar silencio; prefiramos escuchar antes que hablar. Y cuando haya que hablar, hablemos con cautela, que es la segunda regla.
Hablemos con cautela. “Nuestra lengua ha de ser como la pluma del experto y prudente escribano, que antes de escribir un documento, piensa mucho en el tema, examina su importancia, calcula su trascendencia, medita todas sus cláusulas, y después de una madura reflexión, y de haber suprimido lo superfluo, lo escribe exactamente, sin omitir una sola letra”. De una manera semejante, antes de hablar, consideremos con quién hablamos, con qué fin, por qué motivo, sobre qué tema; y cuando veamos que la conversación puede ser peligrosa para la pureza, para las buenas costumbres ó para la fama del prójimo, cerremos al punto nuestros labios.

LOS AUTORES NOS DAN OTRAS REGLAS PARA MANEJAR LA LENGUA:
- nunca interrumpir a quien habla
- no cortar con una respuesta precipitada a quien nos pregunta
- tener un tono de voz siempre moderado, nunca brusco ni cortante
- Evitar los “muy”, los “extremadamente”, los “horriblemente”, etc.: no hay que ser exagerados en el hablar
- Amar la sencillez y la rectitud;
-Evitar la simulación y los rodeos

QUERIDOS FIELES, ¡ES UN GRAN ARTE DOMINAR LA LENGUA! Comencemos a practicarlo, SERÁ UNA LUCHA TERRIBLE, pues como dijo San Agustín: “El hombre doma las fieras, pero no doma la lengua” LO CUAL NO QUIERE DECIR QUE SEA IMPOSIBLE, pero sí que será difícil, pero animémonos pensando aquello que dijo Dios:
“Si alguno no tropieza en el hablar, es hombre perfecto”. (Sant. 3,2)

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